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lunes, 30 de septiembre de 2019

LCT - ART. 9 PRINCIPIO DE LA NORMA MÁS FAVORABLE PARA EL TRABAJADOR -AUTOR: DR. RODOLFO CAPÓN FILAS ---


Rodolfo Capón Filas - IV Congreso Internacional de Abordaje de Conflictos

Artículo 9º: El principio de la norma más favorable para el trabajador. 

" En caso de
duda sobre la aplicación de normas legales o convencionales prevalecerá la más
favorable al trabajador, considerándose la norma o conjunto de normas que rija cada
una de las instituciones del derecho del trabajo.
Si la duda recayese en la interpretación o alcance de la ley, los jueces o encargados de
aplicarla se decidirán en el sentido más favorable al trabajador.
Normas concordantes
Constitución Nacional
Art.14 bis. El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor…
Bases Constitucionales para América Latina y el Caribe 
Art.88. La Unión Latinoamericana adopta como modelo de organización del mundo del trabajo el paradigma del trabajo decente.
El concepto de trabajo decente comprende condiciones de realización, contenidos de despliegue y una esfera de cumplimiento
Comentario
En perspectiva temporal y en relación al principio protector del mundo del trabajo, la norma más favorable y la duda a favor del trabajador, lo aplican ahora. En el devenir temporal, lo aplica la condición más beneficiosa.
Norma más favorable 
Por su fuente productora cabe tipificar las normas en estatales y sectoriales. Si para el caso se han de aplicar normas diferentes, cualquiera fuese su fuente productora, se han de comparar todas las aplicables y seleccionar la más favorable. Para encontrarla, se deben comparar las que regulan el elemento de que se trate ("institución", en expresión normativa Dicho módulo comparativo es simple y concreto. No se trata de comparar todos los elementos de una situación sino específicamente cada uno de ellos porque, de lo contrario, la perplejidad impide encontrar la norma en cuestión. 
En general, los convenios colectivos avanzan sobre el nivel legal estableciendo mejores situaciones en algunos de los elementos, no en todos. Del mismo modo funcionan las restantes normas sectoriales. De allí que la comparación ha de realizarse entre cada uno de ellos. Lo mismo suele suceder con los negocios individuales de trabajo en relación a las normas estatales o a las de los convenios colectivos. 
Condición más beneficiosa
Las circunstancias políticas y económicas causaron o permitieron modificaciones normativas perjudiciales a los trabajadores. Los empresarios, por sí o mediante presiones sobre el Poder Ejecutivo, lograron reducir condiciones laborales y enervar derechos sociales, sobre todo referidos a la participación en las decisiones de las empresas. 
La teoría sistémica considera que la condición más beneficiosa expresa el principio protector en el tiempo, impidiendo que una norma posterior, perjudicando al trabajador, deje sin efecto una estructura normativa anterior, generada por cualquiera de las fuentes analizadas .
La teoría aplica la directiva constitucional protectora del mundo del trabajo (C.N. art. 14 bis) y lee circunstanciadamente el derecho de todo hombre a un orden social justo en que sus facultades y libertades sean ampliamente reconocidas (Declaración universal de derechos humanos, art. 28) (C.N. art.75, inc.22). El sentido prospectivo de C.N. art. 14 bis sanciona la in/constitucionalidad de cualquier norma posterior que derogue o modifique perjudicialmente niveles protectores anteriores.
El derecho comparado expresa similares consecuencias. (1)
Uso de la duda
Cuando la norma permite varias decisiones o la realidad admite varias lecturas, su interpretación ha de inclinarse en favor del trabajador, con lo cual la solución final le favorece. Si bien RCT art. 9 sólo menciona la duda respecto de la norma, nada impide que se la extienda a la interpretación de la realidad porque, si así no fuese, la duda se resolvería en favor del empleador. Cabe recordar que RCT en su texto constitucional así lo estableció expresamente. Por ello, la modificación normativa mediante la regla estatal 21.297/76 carece de sentido.
Por norma cabe entender leyes, convenios colectivos, acuerdos de empresa, negocios jurídicos laborales, declaraciones uni/laterales tanto del empleador como del trabajador, reglamentos sancionados por el Consejo de empresa, usos y costumbres. 
Como se sabe, duda no es ignorancia o ausencia de prueba, afirmación evidente, burlada por quienes pretenden en sede judicial la aplicación del principio cuando la norma no les favorece o la realidad no ha sido demostrada. Tales pretensiones deben rechazarse por razones lógicas y éticas, las primeras por alterar elementales principios del pensamiento, las segundas por vulnerar la buena fe que ha de orientar el juego procesal. 
Sin ningún sentido científico, la ley 24.013 (la llamada Ley de Empleo) art. 16 habilita el principio a favor del empleador cuando pudo dudar respecto del alcance laboral de una vinculación jurídica y la ha clandestinizado. En tal caso, el Tribunal se halla legitimado para reducir la indemnización a favor del trabajador. Esta norma es in-constitucional porque vulnera la propiedad privada del trabajador afectado. Si el empleador ha dudado y ha clandestinizado la relación, debe afrontar las consecuencias de su conducta sin ampararse en estados de ánimo, por otra parte de muy difícil prueba. 
Nota
1. La Ley del Trabajo venezolana recepciona expresamente la condición más beneficiosa ya que las estructuras del convenio colectivo se incorporan al contrato individual de trabajo (art.508) y una nueva norma convencional "no podrá concertarse en condiciones menos favorables para los trabajadores que las contenidas en los contratos de trabajo vigentes" (art. 511). 
Idéntico sentido manifiesta el Código de Trabajo de Paraguay, cuyo art. 337 sanciona: "Las estipulaciones del contrato colectivo se convierten en cláusulas obligatorias o en parte integrante de los contratos colectivos o individuales de trabajo vigentes en el momento de su homologación o que se concierten durante su vigencia. Cuando empleadores y trabajadores obligados por un contrato colectivo, celebrasen contratos de trabajo que contraviniesen las bases o condiciones estipuladas, regirán éstas, a no ser que las condiciones convenidas en aquéllas fuesen más favorables al trabajador" (art. 337).

Jurisprudencia
CNAT, Sala VI, “Contreras, Bernabé y otros c/ Marshall Argentina SA”, 24.08.1988
Cuando la interpretación de la ley conduce a posiciones igualmente correctas, cabe decidir, teniendo en cuenta la que sea más protectora del trabajador.
CNAT, Sala VII, “Llammes Massini, Carlos A. c/ Cartecolor, SA” 23.03.1988.
La determinación de la norma más favorable en caso de duda no queda librada al criterio personal del trabajador, correspondiéndole al juez su elección dentro de parámetros que le marca la ley, tendiendo a orientarse hacia la voluntad del legislador.-
Dentro de las reglas que se conocen en doctrina para determinar la aplicación de la norma más favorable, nuestro ordenamiento legal, se pronunció por la del conglobamiento orgánico o por instituciones y en consecuencia ha de estarse al régimen que disciplina el respectivo instituto
Artículo 10: Conservación del contrato. - En caso de duda las situaciones deben
resolverse en favor de la continuidad o subsistencia del contrato.
Constitución Nacional
Art.14 bis. El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor…

Bases Constitucionales para América Latina y el Caribe 
Art.88. La Unión Latinoamericana adopta como modelo de organización del mundo del trabajo el paradigma del trabajo decente.
El concepto de trabajo decente comprende condiciones de realización, contenidos de despliegue y una esfera de cumplimiento. 
Las condiciones de realización se cumplen cuando el trabajo es prestado en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. 
El contenido del trabajo dado debe ser libre, productivo y seguro, y la esfera de cumplimiento lo enmarca el respeto de derechos laborales, ingresos adecuados, protección, diálogo social, libertad sindical, negociación colectiva y participación. 
Las condiciones, los contenidos y la esfera de cumplimiento deben estar presentes en forma conjunta en la prestación del trabajo para que pueda predicarse como suficiente la calificación de decente de tal acción humana.
Las Administraciones del Trabajo de los Estados miembros de la Unión velarán por el cumplimiento del trabajo decente que, como principio de optimización, obliga en forma ineludible a un contenido en el producto de la negociación colectiva. 
El incumplimiento de la presente norma traerá aparejada responsabilidad ante los organismos internacionales y entre los Estados miembros de la Unión
Comentario
Más allá de las modas impuestas o desatadas por el neo-liberalismo y la complicidad gubernamental y sindical respecto de la flexibilidad laboral con sus variadas figuras de relaciones temporales, los Derechos Humanos y la norma constitucional establecen como regla la duración in-definida de la vinculación laboral. Este tema ha sido nuevamente traído a consideración en Europa en julio del 2006 por el Tribunal de la Unión Europea que, ante una consulta formulada por el Tribunal Superior de Grecia, afírmó que las razones para apartarse de la duración mencionada debían ser muy graves. (1) 

Jurisprudencia
CNAT Sala VII, “Villalba, Marcela Rosa c/ Frigomex SA”, 27.06.86
Si bien la disposición del art. 10 de la LCT; parece dirigida al empleador en cuanto las situaciones dudosas acerca de la perdurabilidad de la relación de trabajo, también obliga al trabajador en cuanto a su principal cuando la permanencia está fuera de toda duda; esto último ya en consonancia con el deber de probidad y buena fe que debe imperar entre ambas partes por igual (art. 63 LCT).

Nota
1. Temporalidad laboral y razones objetivas
Tesis del Tribunal: 
El Tribunal de Justicia de la UE (TUE) consideró que los Estados miembros deben definir de manera más concreta y objetiva los motivos por los que se permite la celebración de sucesivos contratos temporales para que no se desvirtúe el Acuerdo marco existente en toda la UE sobre el trabajo de duración determinada "para evitar los abusos derivados de la utilización de sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada". 
Ésta es la conclusión que se extrae de la respuesta que dio el TUE a la cuestión prejudicial que le planteó un tribunal de Grecia debido a una denuncia planteada por un grupo de ciudadanos empleados durante ocho meses por una persona jurídica privada integrada en el sector público, pero por medio de contratos temporales que fueron encadenándose unos con otros con un intervalo que osciló entre un mínimo de 22 días y un máximo de 10 meses y 26 días. 
Estos trabajadores reclamaron que sus contratos temporales encadenados deberían ser considerados como contratos de duración indefinida, a pesar de que se sobrepasaron los límites que estableció el Gobierno griego en la aplicación del Acuerdo marco de la UE -una guía común para todos los Estados miembros que, sin embargo, pueden regular de manera diferente--. 
En primer lugar, el TUE explica en su respuesta que el Acuerdo marco dispone que la renovación de sucesivos contratos o relaciones de trabajo de duración determinada puede justificarse por "razones objetivas" y que los Estados miembros determinarán en qué condiciones los contratos de trabajo de duración determinada se considerarán "sucesivos" y "celebrados por tiempo indefinido". 
"Pretende imponer unos límites a la utilización sucesiva de los contratos de trabajo de duración determinada, considerados fuente potencial de abusos en perjuicio de los trabajadores, estableciendo un cierto número de disposiciones protectoras mínimas con objeto de evitar la precarización de la situación de los asalariados", explica el TUE. Sin embargo, admite en su respuesta que estos límites pueden adolecer de una indefinición excesiva, como, en su opinión, ocurre en la legislación griega, a la que el TUE pidió términos más objetivos para justificar la sucesión de contratos temporales sin que tengan que terminar convirtiéndose en indefinidos. 
En primer lugar, constata que "la renovación ilimitada de los contratos de trabajo de duración determinada será lícita cuando exista una razón objetiva que la justifique", entre otras, que su duración venga impuesta por una disposición "legal o reglamentaria". Asimismo, que la legislación griega limita a 20 días el periodo máximo que puede transcurrir entre el fin de un contrato y la celebración del siguiente y que "el régimen aplicable a los trabajadores del sector público excluye absolutamente la posibilidad de transformar un contrato de duración determinada en un contrato por tiempo indefinido". 
El TUE consideró que "el concepto de 'razones objetivas' requiere que existan factores concretos, derivados principalmente de la actividad de que se trate y de las condiciones en que ésta se desarrolla", al considerar que "no respeta la finalidad protectora del acuerdo marco una utilización sucesiva de contratos de trabajo de duración determinada cuya única justificación radique en haber sido establecida por una disposición legal o reglamentaria general de un Estado miembro". 


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domingo, 29 de septiembre de 2019

GIORGIO AGAMBEN ---ESTADO DE EXCEPCIÓN, NUDA VIDA, [entrevista] ---CONCEPTOS JURÍDICOS ESTRUCTURAN LA SOCIEDAD ---CAMPO DE CONCENTRACIÓN COMO PARADIGMA ---PARADIGMAS VUELVEN COMPRENSIBLE EL FENÓMENO ---PRESIÓN DEL MIEDO ---OPERACIÓN DE PODER PARA DIVIDIR LA VIDA ---LA VIDA UN CONCEPTO FILOSÓFICO-POLÍTICO ---BIOPOLÍTICA ---LA DESNUDEZ ---CONCEPTOS POLÍTICOS FUNDAMENTALES PUESTOS EN CUESTIÓN ---DISPOSITIVOS JURÍDICOS DE EXCEPCIÓN ---LA ECONOMÍA ES UNA TEOLOGÍA CORROMPIDA? ---TEOLOGÍA POLÍTICA ---TEOLOGÍA ECONÓMICA ---QUE SIGNIFICA GOBERNAR? ---LA ACCIÓN Y LA PROPIEDAD EN OCCIDENTE ---EL U SO ---DESOBRADO ---PRAXIS PROPIAMENTE HUMANA ---LA OBRA COMO POSIBLIDAD ---EL POEMA ---ENCONTRAR UNA VIA DE SALIDA ---CUADERNOS NEGROS DE HEIDEGGER ---ANTISEMITISMO

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ENE 07, 2016por GIORGIO AGAMBENen ACTUALIDAD 
“El miedo prepara para aceptarlo todo” | Giorgio Agamben

-------L’Obs.— En 1995, con “Homo sacer”, te propusiste una exploración de los grandes conceptos, especialmente jurídicos, que estructuran las sociedades contemporáneas. 
De entrada, pusiste el acento en el “estado de excepción”, es decir, el momento en que la ley normal queda suspendida, mostrando que esta suspensión del derecho no deja de ganar terreno. 
Incluso has hablado del campo de concentración como “paradigma” del mundo contemporáneo. Con la distancia, ¿tienes en consideración que la formulación haya podido causar conmoción?

---Giorgio Agamben.— Conmoción y escándalo no son nociones útiles para comprender: sirven, en general, para rechazar comprender. 

Más de una vez he precisado que los conceptos de los que me sirvo en mis investigaciones arqueológicas no son conceptos históricos en el sentido estricto de la palabra: se tratan, más bien, de paradigmas que sirven para volver comprensible un conjunto más vasto de fenómenos. 

Así, el campo de concentración es el paradigma perfecto de un espacio de excepción, es decir, de un espacio en el que las garantías de la ley quedan suspendidas y todo deviene posible. Ahora bien, me parece que desde que formulé este paradigma, los espacios de excepción se han multiplicado por todas partes hasta coincidir con el espacio mismo de la ciudad.

Poca gente sabe que las leyes seguritarias en vigor en Francia son dos veces más restrictivas que aquellas en vigor en la Italia fascista. Unos hombres que son mantenidos bajo la presión del miedo son preparados para aceptarlo todo y los políticos sin escrúpulos que gobiernan Europa sacan su provecho de esto. Esto también ya lo he dicho en diversas ocasiones, pero tengo la impresión de hablarle a sordos.

-------Un hilo rojo de tu investigación filosófica es la “nuda vida”. ¿De qué se trata?

---Quiero en primer lugar precisar que, como todo concepto, el de “nuda vida”, que en sí mismo permanece vago, sólo adquiere su sentido verdadero si se lo sitúa en el contexto problemático que le es propio. 

La nuda vida no es la vida natural: es, al contrario, el resultado de una operación del poder, que consiste en dividir la vida.

Mis investigaciones me han enseñado que, en la cultura occidental, la vida no es una noción científica o médica, sino un concepto filosófico y político. 

En los cincuenta y siete tratados del Corpus hippocraticum (la antología de escritos de médicos griegos), la palabra zoé (“vida”) aparece sólo ocho veces, y nunca con un significado técnico. En cambio, en la filosofía de Aristóteles, adquiere inmediatamente una función decisiva. 

Por supuesto, Aristóteles nunca define lo que es la vida: se limita a dividirla aislando lo que él denomina la vida nutritiva (que se volverá la vida vegetativa) de las otras funciones (la vida sensitiva, la vida intelectual, pero también la vida política. 

El punto central de esta división, que la ciencia moderna retomará por su cuenta, es crucial. El origen de la biopolítica se encuentra ahí.

La vida vegetativa, que el hombre comparte con las plantas, no es considerada como verdaderamente humana: pero es por medio de su separación al menos teórica (Aristóteles sabía perfectamente que su separación factual acarrea la muerte) como se va a definir lo que es humano y lo que no lo es. 

El hombre es el viviente que separa en sí mismo la vida vegetativa de las otras funciones para rearticularlas juntas en una potente máquina antropológica.

En efecto, a nadie se le ocurriría decir de un animal que está “desnudo”… ¡La desnudez es propia del hombre! Pero ¿de qué modo esa “nuda vida” constituye un problema político mayor para Occidente?

En la historia de Occidente, un umbral decisivo es atravesado cuando en la segunda mitad del siglo XX, con los desarrollos de las técnicas de reanimación, la medicina consigue realizar lo que Aristóteles tenía por imposible, a saber, la separación en el hombre de la vida vegetativa de las otras funciones vitales.

El cuerpo del ultracomatoso que las máquinas mantienen entre la vida y la muerte en la cámara de reanimación es un ejemplo perfecto de la nuda vida en su significación a la vez abstracta y muy concreta. 

Y no hay que sorprenderse si, desde este momento, todos los conceptos fundamentales de la polítcia son puestos en cuestión. Toda nueva definición y división de la vida implica necesariamente una redefinición de la política. 

El caso del comatoso —así como el del deportado en Auschwitz— es por supuesto extremo, pero la línea de repartición puede pasar por niveles diferentes.

-------¿La llegada masiva de migrantes por el Mediterráneo es un ejemplo de esto?

---Nadie va a negar que los migrantes son hombres. Pero, en la medida en que se encuentran tomados dentro de dispositivos jurídicos de excepción, van a ser tratados en cierta medida como nuda vida.

-------Otra etapa importante de tu obra fue El Reino y la Gloria, aparecido hace siete años, donde analizas la noción de “economía” que fue primeramente un concepto… cristiano. ¿La economía sería una teología corrompida?

---Cuando emprendo una investigación genealógica sobre el pasado, mi objetivo es comprender lo que hay de más difícil de captar, es decir, el presente. La arqueología es para mí la única vía de acceso al presente. 

En El Reino y la Gloria, se trataba de comprender la dominación actual de la economía y del gobierno en las sociedades contemporáneas. 

Lo que he encontrado es que el concepto de “economía” fue utilizado masivamente por los Padres de la Iglesia para dar cuenta de la Trinidad y del gobierno divino del mundo. 

Desde siempre se habla de “teología política” y ahí yo he descubierto una teología económica igualmente eficaz y avasalladora.

Puedo asegurarte que yo he aprendido mucho más sobre lo que significa “gobernar” con la lectura de los tratados teológicos sobre los ángeles (que son los “ministros” del gobierno divino) que por los tratados de filosofía política. Pero es sobre todo la noción de “gloria” la que ha sido esclarecedora. 

Si el poder es esencialmente fuerza y acción eficaz, ¿por qué hace falta lo ceremonial y las aclamaciones, las imágenes y cantos de gloria? Se cree que esto pertenece al pasado, pero es exactamente lo contrario lo que es correcto.

La función de la gloria es hoy asumida por los mass media y la opinión pública (doxa significa originalmente en griego “gloria”). Las imágenes, los nombres y el discurso de los poderosos que en otro tiempo aparecían sólo por momentos y en ciertos lugares, son hoy en día difundidos en todo momento y en todas partes. La democracia contemporánea es una forma de gobierno íntegramente fundado sobre la gloria.

-------¿De qué modo esta arqueología de la economía puede ayudar a comprender por ejemplo el reciente brazo de hierro europeo en torno a la deuda griega?

---Te voy a responder con una explicación —irónica, sin duda— que debo a un teólogo ruso. Sabes tal vez que lo que dividió a la Iglesia ortodoxa de la Iglesia romana fue la función del Espíritu Santo con relación al Hijo. 

Para los ortodoxos, el Espíritu Santo procede únicamente del Padre, mientras que para Roma, el Espíritu procede del Padre y del Hijo juntos. Ahora bien, el Hijo es la persona divina que se ocupa de la “economía” de la salvación, es decir, del gobierno divino del mundo.

Así pues, para un ortodoxo (incluso para un griego), el Espíritu Santo no tiene nada que ver con la economía y el mundo, mientras que para un católico y sobre todo para un protestante (incluso un alemán) la economía es algo “espiritual” y sagrado. 

He aquí por qué, concluía el teólogo en cuestión, Grecia no podrá jamás salir de la crisis económica. En cuanto a mí, en este caso, me siento evidentemente ortodoxo y no protestante.

-------Has insistido en “lo inapropiable”: ¿qué es eso? Pienso especialmente en el bellísimo pasaje sobre la pasión del paisaje, que das como ejemplo de lo que uno no sería capaz de apropiarse.

---Una de las cuestiones centrales de mi último libro es la del uso. Se sabe que la acción y la propiedad siempre han estado en Occidente en el centro de la política y del derecho. Se trataba para mí de sustituir estos conceptos con el del uso, de pensar una política fundada únicamente sobre el uso. 

Ahora bien, una definición posible del uso es justamente concebirlo como una relación con el mundo en cuanto inapropiable. El paisaje, donde uno no puede sino extraviarse, es un ejemplo de esta relación con el mundo. Pero igualmente importantes son los otros dos: la lengua y el cuerpo, que son siempre objeto de un uso común, pero nunca de una verdadera apropiación.

-------Tu libro es una invitación a “desactivar” la maquinaria occidental. Pero ¿cómo arreglárselas? ¿El “desobramiento” es un proyecto político?

---Vale la pena precisar este concepto que para mí es decisivo. En primer lugar, la palabra misma, que hay que comprender en un sentido activo, supone un verbo activo, “desobrar” (que por lo demás existe): desactivar, volver inoperante.

Aristóteles planteó una vez esta cuestión completamente importante: ¿existe una obra o actividad propia no al zapatero, al arquitecto, al escultor, etc., sino al hombre en cuanto tal? O ¿habría que decir que el hombre en cuanto tal es sin obra, des-obrado? Yo he tratado de tomar con seriedad estas cuestiones.

El hombre es el viviente que no tiene obra propia, porque ninguna vocación específica le puede ser asignada como propia. Es, en este sentido, un ser de potencialidad y de potencia. 

La praxis propiamente humana es entonces aquella que, volviendo inoperantes las obras de la economía, del derecho, de la teología, de la biología, etc., las obras como posibilidad, vuelve posible un nuevo uso de ellas.

-------¿Puedes darnos un ejemplo?

---Sí: el poema. ¿Qué es la poesía, sino una operación lingüística que consiste en neutralizar las funciones informacionales y comunicativas del lenguaje, para abrirlo a un nuevo uso, que se llama justamente poema? 

Lo que la poesía cumple para la potencia de decir, la política y la filosofía deben cumplirlo para la potencia de actuar. Suspendiendo las operaciones económicas y biológicas, muestran qué puede el cuerpo humano, lo abren a un nuevo uso posible.

Ves que el desobramiento tal como lo concibo es lo contrario de la inercia. Es la única “actividad” que está a la altura de la naturaleza potencial y de la ausencia de obra esencial del ser humano. 

Pero, si esto es cierto, el modelo de la lucha, que ha paralizado a la imaginación, debe ser reemplazado por el de la salida y el éxodo. 

Es claro que la coalición Syriza en Grecia ha capitulado porque se había comprometido en una lucha sin término, pues había excluido la única vía practicable: la salida de la zona euro. 

Esto es igualmente cierto en la existencia individual. Como Kafka no lo deja de repetir, lo esencial no es luchar, sino encontrar una vía de salida.

-------Has sido un lector apasionado y admirador de Heidegger, del que seguiste su seminario en Le Thor, cerca de Avignon, en 1958, en casa de René Char. ¿Cuál ha sido tu reacción frente a la publicación de los “Cuadernos negros”, que contienen frases deplorables sobre los judíos?

---La polémica sobre estos famosos cuadernos descansa en un equívoco que es importante esclarecer: el uso y el significado de la palabra “antisemitismo”. 

Por razones históricas conocidas, esta palabra designa algo que tiene que ver con la persecución y la exterminación de judíos. No habría pues que emplear la misma palabra para opiniones sobre los judíos —erróneas o débiles quizá— pero que no tienen nada que ver con esos fenómenos. 

Ahora bien, es precisamente esto lo que deja de suceder. Y esto no concierne únicamente a Heidegger. Si toda observación crítica o negativa sobre el judaísmo, incluso contenida en notas privadas, es condenada como antisemita, esto equivale a poner el judaísmo fuera del lenguaje.

Fuente: Artillería Inminente, traducción de la entrevista Giorgio Agamben : “La peur prépare à tout accepter”, aparecida en L’Obs del 17 de septiembre de 2015.





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viernes, 27 de septiembre de 2019

NEOLIBERALISMO --- RESEÑA: EN LA FRONTERA. SUJETO Y CAPITALISMO, JORGE ALEMÁN [libro comentario] --- ---IMPORTANCIA DE LA PSICOTERARPIA Y EL INCONSCIENTE EN LA POLÍTICA ---RELACIÓN ENTRE SUJETO Y POLÍTICA ---EXPERIENCIA ANTI-FILOSÓFICA ---MALAS NOTICIAS DEL PSICOANALISIS ---LÍMITES DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO ---POTENCIA DEL CAPITALISMO ---CONTRA-DISCURSO ---ORDEN CAPITALISTA ---ESTADO DE EXCEPCIÓN ---CIRCULARIDAD DEL CAPITALISMO ---RECHAZO DE LO IMPOSIBLE ---EMPRENDEDOR Y DEUDOR DE SI MISMO ---EL SANTO ---ÉPOCA TECNICA ---LA HISTORIA NUNCA TERMINARÁ ---PROBLEMA DE LA REPRESENTACIÓN




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RESEÑA: EN LA FRONTERA. SUJETO Y CAPITALISMO, JORGE ALEMÁN

En la frontera, Jorge Alemán, Gedisa, Barcelona, 2014, 125pp.

En este texto, el psicoanalista y poeta argentino Jorge Alemán, pone de relieve la importancia del psicoanálisis y la experiencia del inconsciente para plantearse la práctica política transformadora. 

Para hacerlo intenta conjugar, asumiendo la dificultad que tal cosa implica, autores como Marx, Freud, Heidegger o Lacan.

El autor nos habla de la necesidad de “lacanianizar” la izquierda, mostrando que la relación entre sujeto y política es mucho más compleja de lo que parece. 

Como él mismo dice, “el libro es un texto inacabado, un comienzo de lectura, en el cual se plantean distintas hipótesis, propuestas arriesgadas y preguntas que no se resuelven”. 

En este sentido no podemos leerlo como un manual de instrucciones que trata de establecer unas pautas sistemáticas para la acción política. 

Uno no puede empezar una lectura a libro abierto de este texto, cosa que, por otra parte, ocurre con cualquier discurso.  A saber, es necesaria una distancia para tornar legibles los efectos. 

Si se le plantea al libro la relación con (y la especifidad de) su objeto, y a su vez la especifidad de su relación con el objeto, esto es, la cuestión del discurso científico, uno llega a la conclusión de que la obra es una experiencia antifilosófica, en sentido lacaniano.

El psicoanálisis nos revela que hay una serie de “malas noticias” y de límites en el pensamiento ilustrado que hay que asumir para repensar la política. 

En primer lugar: el capitalismo es algo mucho más potente que lo que el marxismo pensó. El autor recorre a Lacan para pensar en toda su dimensión el capitalismo. Funciona como un contradiscurso, esto es, no permite la experiencia del inconsciente. La forma circular en la que conecta todos los lugares impide la posibilidad para una brecha. 

Precisamente por éste motivo habla de contradiscurso. A saber, un discurso (en sentido lacaniano) siempre se construye en respuesta a una imposibilidad (para Lacan un objeto a, o el resto heterogéneo). Siempre queda algo fuera del discurso, lo incurable, la parte no simbolizable por el significante. 

El orden capitalista no permite “lo incurable”, todo se muestra como posible, no hay límites. Este es el motivo de que la singularidad irreductible no encuentre lugar en el capitalismo, este es el motivo, en otras palabras, de que veamos como en nuestras sociedades crece, pero de a miles, el número de enfermedades mentales. 

A esta situación Jorge Alemán la llama estado de excepción, donde el rechazo de la imposibilidad sujeta a la experiencia. A saber, el sujeto no decide, la decisión sujeta. “El ser de sujeto y el modo de ser se conjugan en Uno”. El sujeto queda atrapado en la circularidad del capital, que necesita siempre volver a lo mismo. 

Jorge Alemán muestra el paralelismo que existe entre esta estructura y la relación de la pulsión de muerte y el circuito mortífero en Freud: el superyó deudor y acreedor. 

“Si se rechaza lo imposible y se impide la mediación simbólica entre falta y exceso, el sujeto se expone a una insaciabilidad infinita que necesita constantemente reproducirse (para impedir la Castración, el sujeto se produce a sí mismo)”

Es decir, hay una red que lo atrapa todo en la dualidad falta-exceso. Es una lógica presente dentro de la propia subjetividad individual, cada sujeto se convierte en un emprendedor y un deudor al mismo tiempo. 

El capitalismo sobrevive en la medida en que emplaza permanentemente al sujeto a producir esa subjetividad por fuera del inconsciente. Puede parecer que el círculo se cierra, que el crimen es perfecto y que no hay nada que pueda subvertir al capital. 

Para Jorge Alemán, una manera de intentar pensar una experiencia que no esté atrapada por éste circuito sería la figura del “santo”, que es capaz de cambiar su relación con el goce para abrir paso al inconsciente, que separa al sujeto, la verdad, el saber y el goce. 

“En el santo la sustancia erótica de la pulsión está presente, no se oculta su voluntad sádica” Es decir, la figura del santo sería capaz de asumir plenamente el deseo, ofrecerse a la demanda del Otro, interrumpiendo así el circuito.

Uno de los sintagmas que repite con frecuencia Jorge Alemán es la idea de soledad:común. Es una “experiencia de soledad radical que es, a su vez, lo más común que tenemos. Es la soledad en el lazo social”. Esta relación que propone el autor trata de llevar más allá la idea de ser-con-los-otros de Heidegger, superando las problemáticas categorías de experiencia propia/impropia o auténtica/inauténtica, que remiten a una esencia primitiva. 

En la idea de soledad:común hay la necesidad de la destitución del sujeto. Algo así cómo una expropiación de sí para permitir la apropiación. Tal experiencia sería otra manera de pensar en algo fuera de la lógica del discurso capitalista. 

El sujeto necesita destituir su subjetividad. Este proceso niega la posibilidad de repensar una manera de colonizar la ausencia. Es decir, para pensar una experiencia anticapitalista no hay que encontrar un sujeto que ocupe el lugar del sujeto histórico que tradicionalmente ocupaba la clase obrera.

En una parte del libro Jorge Alemán empieza a pensar los límites, a su juicio, de la teoría de la hegemonía de su compatriota, maestro y amigo Ernesto Laclau. 

Este no es lugar para explicar la operación teórica de Laclau, simplemente señalaremos que para este la unidad mínima sobre la que construye toda identidad política serían las distintas demandas insatisfechas, que se dislocarían para ser articuladas en una cadena equivalencial contra un enemigo ( responsable de que las demandas no se satisfagan) y alrededor de un significante vacío. 

Jorge Alemán ve un problema en ésta teoría. “La demanda se formula en tanto que pasa por el lenguaje del Otro. Incluso puede gozar de ser rechazada repetidamente, de tal manera que se quede encerrada en su particularidad. Es problemático pensar la demanda como primera unidad del vínculo social. Además, la lógica neoliberal produce subjetividades preparadas para fracasar constantemente y para seguir buscando el rendimiento máximo, siendo deudoras por y para siempre.”

Jorge propone también una lectura particular de la noción de Técnica heideggeriana, buscando su relación con Lacan. 

Para Heidegger en la época de la Técnica la verdad ya no opera, “la obra de arte queda atrapada en su ser de objeto”. 

Si la historia de la filosofía es la historia del “olvido del ser” en la técnica aún más, a saber, el olvido ya no es una forma de represión, sino “un olvido en términos lacanianos, en el sentido de forclusión. Un olvido del olvido, en el que ya no se vería ni la retirada del ser, ni las huellas de la retirada”. 

Para Jorge Alemán esto es imposible porqué un acontecimiento siempre deja una huella, que permite “el retorno de lo reprimido”. Es decir la historia nunca podrá borrar la huella, la historia nunca terminará. Si fuera posible el capitalismo habría ganado, y el crimen sería perfecto.

Para ir terminando, voy a nombrar otra de las malas noticias del psicoanálisis que aparece en el libro. Se trata del problema de la representación. 

La teoría del inconsciente convierte en imposible pensar en la existencia de un sujeto soberano y completo. De tal manera que pensar la representación se convierte en algo mucho más difícil. 

Para Lacan la representación es, por su estructura, siempre fallida. Es decir, la representación nunca puede representar la singularidad, el momento del acto instituyente, de la pura presencia, del espíritu auténtico, que siempre se verá traicionado. 

De hecho, para Jorge Alemán, el éxito de la institución dependerá de su capacidad de borrar todo trazo del acto instituyente. Esto implica una manera distinta de pensar las identidades colectivas y los sujetos políticos. 

Después de las enseñanzas del psicoanálisis no es posible pensar, como hace el idealismo de la izquierda cavernaria, que la identidad viene determinada por alguna instancia concreta, a la que se puede reducir todo el campo social. 

El psicoanálisis opera, precisamente, cómo muro que viene a poner fin a la metafísica, también en la política. No hay teleología ni ciencia infalible que desvele el sentido de la historia a una vanguardia privilegiada. El inconsciente no exige leer ninguna teoría del inconsciente. Simplemente se pone en acto, el sujeto hace la experiencia del inconsciente como verdad.






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jueves, 26 de septiembre de 2019

WALTER BENJAMÍN --- EL CARÁCTER DESTRUCTIVO" POR WALTER BENJAMIN

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"EL CARÁCTER DESTRUCTIVO"
 POR WALTER BENJAMIN

Texto escrito por Walter Benjamin en 1931 bajo el titulo  "Die Frankfurter Zeitung" y publicado en el libro Discursos interrumpidos , en 1973.

Por Walter Benjamin 

El carácter destructivo es joven y alegre. Porque destruir rejuvenece, ya que aparta del camino las huellas de nuestra edad; y alegra, puesto que para el que destruye dar de lado significa una reducción perfecta, una erradicación incluso de la situación en que se encuentra. 

A esta imagen apolínea del destructivo nos lleva por de pronto el atisbo de lo muchísimo que se simplifica el mundo si se comprueba hasta qué punto merece la pena su destrucción. Éste es el gran vínculo que enlaza unánimemente todo lo que existe. Es un panorama que depara al carácter destructivo un espectáculo de la más honda armonía.

Puede ocurrirle a alguno que, al contemplar su vida retrospectivamente, reconozca que casi todos los vínculos fuertes que ha padecido en ella tienen su origen en hombres sobre cuyo “carácter destructivo” está todo el mundo de acuerdo. 

Un día, quizás por azar, tropezará con este hecho, y cuanto más violento sea el choque que le cause, mayores serán las probabilidades de que se represente el carácter destructivo. 

El carácter destructivo sólo conoce una consigna: hacer sitio; sólo una actividad: despejar. Su necesidad de aire fresco y espacio libre es más fuerte que todo odio.

El carácter destructivo es joven y alegre. Porque destruir rejuvenece, ya que aparta del camino las huellas de nuestra edad; y alegra, puesto que para el que destruye dar de lado significa una reducción perfecta, una erradicación incluso de la situación en que se encuentra. A esta imagen apolínea del destructivo nos lleva por de pronto el atisbo de lo muchísimo que se simplifica el mundo si se comprueba hasta qué punto merece la pena su destrucción. 

Éste es el gran vínculo que enlaza unánimemente todo lo que existe. Es un panorama que depara al carácter destructivo un espectáculo de la más honda armonía. El carácter destructivo trabaja siempre fresco. Es la naturaleza la que, al menos indirectamente, le prescribe el ritmo: porque tiene que tomarle la delantera. De lo contrario será ella la que emprenda la destrucción. 

Al carácter destructivo no le ronda ninguna imagen. Tiene pocas necesidades y la mínima sería saber qué es lo que va a ocupar el lugar de lo destruido. Por de pronto, por lo menos por un instante, el espacio vacío, el sitio donde estuvo la cosa que ha vivido el sacrificio. Enseguida habrá alguien que lo necesite sin ocuparlo.

El carácter destructivo hace su trabajo y sólo evita el creador. Así como el que crea, busca para sí la soledad, tiene que rodearse constantemente el que destruye de gentes que atestigüen su eficiencia. 

El carácter destructivo es una señal. Así como un punto trigonométrico está expuesto por todos lados al viento, él está por todos lados expuesto a las habladurías. No tiene sentido protegerle en contra. El carácter destructivo no está interesado en absoluto en que se le entienda. Considera superficiales los empeños en esa dirección. 

En nada puede dañarle ser malentendido. Al contrario, lo provoca, al igual que lo provocaron los oráculos, instituciones destructivas del Estado. 

El más pequeño burgués de todos los fenómenos, el cotilleo, tiene lugar sólo porque las gentes no quieren ser malentendidas. El carácter destructivo deja que se le entienda mal; no favorece el cotilleo.

El carácter destructivo es el enemigo del hombre-estuche. El hombre-estuche busca su comodidad y la médula de ésta es la envoltura. El interior del estuche es la huella que aquél ha impreso en el mundo envuelta en terciopelo. 

El carácter destructivo borra incluso las huellas de la destrucción. El carácter destructivo milita en el frente de los tradicionalistas. 

Algunos transmiten las cosas en tanto que las hacen intocables y las conservan; otros las situaciones en tanto que las hacen manejables y las liquidan. A éstos se les llama destructivos. 

El carácter destructivo tiene la conciencia del hombre histórico, cuyo sentimiento fundamental es una desconfianza invencible respecto del curso de las cosas (y la prontitud con que siempre toma nota de que todo puede irse a pique). De ahí que el carácter destructivo sea la confianza misma. 

El carácter destructivo no ve nada duradero. Pero por eso mismo ve caminos por todas partes. Donde otros tropiezan con muros o con montañas, él ve también un camino. Y como lo ve por todas partes, por eso tiene siempre algo que dejar en la cuneta. Y no siempre con áspera violencia, a veces con violencia refinada. 

Como por todas partes ve caminos, está siempre en la encrucijada. En ningún instante es capaz de saber lo que traerá consigo el próximo. Hace escombros de lo existente, y no por los escombros mismos, sino por el camino que pasa a través de ellos. 

El carácter destructivo no vive del sentimiento de que la vida es valiosa, sino del sentimiento de que el suicidio no merece la pena.





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