Sartre: Testamento Político
1 ENERO, 1980
Jean-Paul Sartre
DE LA EVOLUCIÓN
Abolición del gobierno en todas sus formas, monárquica o republicana, se basa en la hegemonía de uno solo en la hegemonía mayoritaria.
Instauración de la anarquía, de la soberanía individual, de la libertad total, ilimitada, absoluta de hacer todo aquello que la naturaleza le dicte al ser humano.
Abolición de la religión, católica o judía, protestante o de otro tipo. Abolición del clero, y del altar, del sacerdote – cura o papa, pastor o rabino-, de la divinidad ídolo en una o tres personas, autocracia u oligarquía universal.
En su lugar, el hombre -al mismo tiempo criatura y creador- con la naturaleza por Dios, la ciencia por sacerdote y la humanidad por altar.
Abolición de la propiedad individual, de la propiedad del suelo, de las viviendas, de las oficinas de las tiendas de todo instrumento de trabajo de producción o de consumo.
La propiedad debe ser colectiva, una e indivisible, la posesión común.
Abolición de la familia basada en el matrimonio, en la autoridad paterna y marital, en la herencia. En su lugar la gran familia humana, la familia una e indivisible como la propiedad.
Liberación de la mujer, emancipación del niño.
En fin, abolición de la autoridad, de los privilegios, del antagonismo.
Pero, en su lugar, la libertad, a igualdad, la fraternidad humanas.
Al margen de las abstracciones del pasado, esta triple fórmula deberá desarrollar todas sus consecuencias concretas en la realidad positiva del presente.
En una palabra, la Armonía, este oasis de nuestros sueños, dejando de ser como un espejismo ante la caravana de las generaciones y entregando a todos y cada uno, como sombras fraternas y en la unidad universal, las fuentes de la felicidad, los frutos de la libertad; una vida de delicias. En fin, tras una agonia de más de dieciocho siglos en el desierto de arena de la civilización.
DEL GOBIERNO
Acabemos con los gobiernos, estos rodillos compresores, estas palancas de la reacción. Todo gobierno -y cuando digo gobierno estoy pensando en cualquier forma de delegación, en cualquier forma de poder al margen del pueblo- es en su esencia conservador -conservador-limitado, conservador-retrógrado-, del mismo modo que está en la esencia del hombre el ser egoísta. Pero en el hombre del egoísmo de uno se ve amortiguado por el egoísmo de los demás, por la solidaridad que la naturaleza ha establecido, o sea lo que el hombre haga, entre él y sus semejantes.
Pero el gobierno, al ser único y, por consiguiente, al no tener contrapeso, lo refiere todo a su propia realidad. Todo aquello que no se inclina ante su imagen, todo aquello que contradice sus oráculos, todo aquello que amenaza su supervivencia, todo aquello que es progreso, en una palabra, es fatalmente su enemigo.
Acabando con los gobiernos desaparecerán las sucias ambiciones que se sirven del pueblo ignorante y crédulo, para planear sobre ellas sus fraudes.
Desaparecerán los aprendices de acróbata que bailan sobre la cuerda floja de la profesión de fe, el pie derecho a un lado, el izquierdo al otro.
Desaparecerán los prestidigitadores políticos que manejan las tres palabras de la bandera republicana, Libertad, Igualdad y Fraternidad, como si fuesen tres bolas que pasan ante los ojos de los estúpidos para después desaparecer en el fondo de la propia conciencia, ese bolsillo secreto de la malicia.
Desaparecerán los acróbatas de la cosa pública que, desde lo alto del balcón de un ayuntamiento, o desde las escalinatas de una convención, ofrecen su espectáculo en la mejor de las Repúblicas. Espectáculo que después nos hacen pagar -pobres estúpidos de nosotros- con nuestro sudor y nuestra sangre.
Desaparecerán los aprendices de acróbata que bailan sobre la cuerda floja de la profesión de fe, el pie derecho a un lado, el izquierdo al otro.
Desaparecerán los prestidigitadores políticos que manejan las tres palabras de la bandera republicana, Libertad, Igualdad y Fraternidad, como si fuesen tres bolas que pasan ante los ojos de los estúpidos para después desaparecer en el fondo de la propia conciencia, ese bolsillo secreto de la malicia.
Desaparecerán los acróbatas de la cosa pública que, desde lo alto del balcón de un ayuntamiento, o desde las escalinatas de una convención, ofrecen su espectáculo en la mejor de las Repúblicas. Espectáculo que después nos hacen pagar -pobres estúpidos de nosotros- con nuestro sudor y nuestra sangre.
Acabando con los gobiernos, desaparecerán los ejércitos que oprimen al pueblo a través del pueblo, las Universidades que someten al yugo del cretinismo a las mentes jóvenes, que manipulan cerebros y corazones, petrificándolos y grabando sobre ellos las imágenes de una sociedad caduca.
Desaparecerán los magistrados inquisidores que torturan en el potro de los interrogatorios o que condenan al silencio de la prisión o del exilio la voz de la prensa y las manifestaciones de la conciencia y del pensamiento.
Desaparecerán los verdugos, los carceleros, los gendarmes, los inspectores de policía, los espías que detectan, intimidan y matan a quienes no aceptan la devoción de la autoridad, los prefectos, los comisarios ordinarios y extraordinarios.
Desaparecerán los magistrados inquisidores que torturan en el potro de los interrogatorios o que condenan al silencio de la prisión o del exilio la voz de la prensa y las manifestaciones de la conciencia y del pensamiento.
Desaparecerán los verdugos, los carceleros, los gendarmes, los inspectores de policía, los espías que detectan, intimidan y matan a quienes no aceptan la devoción de la autoridad, los prefectos, los comisarios ordinarios y extraordinarios.
LA LEGISLATURA DIRECTA (PASO A LA ANARQUÍA)
La legislación directa, con su mayoría y su minoría, no es en efecto la última palabra de la ciencia social porque se trata, una vez mas, de un gobierno y, como ya he dicho, yo soy partidario de la soberanía individual.
Pero ya que la soberanía individual no tiene todavía una fórmula real, permaneciendo en estado de pura intuición, es preciso decidirse por lo más aplicable, por la forma de, gobierno más democrática posible, a la espera de su abolición absoluta. Por otra parte, con la legislación directa, la mayoría es la que domina. Como una marea, se desplaza a diario bajo la acción incesante, bajo la propaganda de las ideas del progreso. En una palabra, es hoy el único medio que podemos usar con provecho, la línea más recta a seguir para llegar a la realización de cualquier reforma social.
Pero ya que la soberanía individual no tiene todavía una fórmula real, permaneciendo en estado de pura intuición, es preciso decidirse por lo más aplicable, por la forma de, gobierno más democrática posible, a la espera de su abolición absoluta. Por otra parte, con la legislación directa, la mayoría es la que domina. Como una marea, se desplaza a diario bajo la acción incesante, bajo la propaganda de las ideas del progreso. En una palabra, es hoy el único medio que podemos usar con provecho, la línea más recta a seguir para llegar a la realización de cualquier reforma social.
La justicia. Ha de ser el pueblo, como conciencia, quien decida dónde reside la verdad, quien la busque y la ponga en acto. No me estoy refiriendo a la necesidad de galeras, verdugos, detenciones preventivas o represivas, prisiones o guillotinas. Ya pasó el tiempo de esas monstruosidades gubernamentales. Sólo digo que cualquiera que cometa actos contra la comunidad sea obligado a repararlos o, en caso contrario, que sea expulsado de la comunidad.
La policía y el ejército. No deben existir cuerpos especializados con una organización permanente, porque serían un peligro para la libertad pública. El pueblo en armas, ese debe ser el único ejercito (…) Acordaos de las vejaciones sanguinarias que el pueblo ha sufrido a manos de policías y ejército y reclamad su excomunión civil, su disolución eterna.
La policía, lo mismo que la justicia, debe ser la conciencia pública, manifestándose libremente. Cuando la conciencia pública es libre, la policía no tiene razón de ser: Cuando cada uno, a nivel individual, forma parte de la conciencia pública, podrá constatar que la propia conciencia será el mejor agente policiaco.
Debe desaparecer el ejército en cuanto fuerza organizada para el mantenimiento de la autoridad y para la guerra contra la libertad en el interior y en el exterior. Todo hombre deberá estar armado cuando la comuna se vea amenazada. No puede relegarse la función de legítima defensa.
Enseñanza Gratuita. Indemnización a los proletarios que estudian y a los familiares de los escolares jóvenes. El niño: alimentado, vestido, alojado en una casa especial, airada, espaciosa y abierta a la vida externa: todo esto en lugar de la enseñanza a peso de oro y de la claustrofobia de los colegios.
Enseñanza libre. Todos han de poder enseñar, colaborando con el progreso. Nuevos planes de estudio y nuevos métodos bajarán del limbo de la teoría y reclamarán, y recibirán, a la luz de la experiencia, el bautismo de la realidad. La enseñanza de las lenguas vivas sustituirá a la de las lenguas muertas. La instrucción profesional y social ocupara el lugar de la instrucción burguesa y académica. El estudio agradable sustituirá al estudio embrutecedor. Los ignorantes del catolicismo y de la universidad, los tenderos de la instrucción y de la educación, serán aniquilados, enterrados por la, dura competencia de la libertad y de la verdad de enseñanza. Todos estos mercaderes de las plegarias y amuletos, que utilizan el pretexto de la educación, serán expulsados del templo de la ciencia. El profesor creado; para el alumno y no el almuno para el profesor.
DE LA RELIGIÓN
Todas las religiones tienen en común el predicar a los oprimidos la sumisión y el yugo del opresor. Si la espada del soldado hace de la multitud un esclavo físico, el catecismo del sacerdote -arma mucho más peligrosa- hace de ella un esclavo moral. La idea de Dios, el culto de la divinidad; esa es 18 causa primera de la decadencia del hombre, la primera pagina del libro en el que fue escrito el martirologio de la humanidad, quien niegue el derecho divino en la tierra, debe igualmente negar en el cielo la realidad de un ser sobrenatural.
El clero es el envenenador de la conciencia humana. Con sermones nos inculca la dosis diaria de nicotina que nos lleva a renunciar al placer en este mundo, a renunciar a nuestros derechos como hombres y como los ciudadanos. Estudiemos en vez de rezar. Instruyámonos en las ciencias naturales. La ignorancia, eso es lo que hace de nuestro mundo un valle de lágrimas. La ciencia, eso es lo que puede hacer de él una morada, de felicidad, un Edén.
Quien quiera curas que se los pague. Pero que sacerdotes y cultos se encierren en el habitáculo de sus supersticiones y que no salgan nunca más a la luz pública a tentar contra el pudor de la razón.
DE LA PROPIEDAD
Abolir la usura en todas sus formas: bajo la forma de interés del capital a cualquier tipo; bajo la forma de salario por cualquier trabajo; bajo la forma de alquiler por cualquier cosa: apartamento o terreno, oficina o máquina. Declarar crimen y delito la explotación del hombre por el hombre. Que quien tenga una casa dé alojamiento a quien no la tenga. Que quien tenga un pedazo de tierra permita cultivarla al que lo desee. Que quien posea una fábrica, o una máquina, y no la haga funcionar, la dé a quien quiera hacerla producir. Que los almacenes comunitarios basados en el intercambio gratuito reemplacen a la tienda, origen de la personalidad mercantil y de la usura. Que en los nuevos códigos, el robo de guante blanco, el robo de explotación sea asimilado al robo del ratero. Que el usurero -se haga llamar propietario, banquero, empresario, comerciante- sea relacionado con el vulgar estafador y castigado como éste. Que se rehagan las leyes de expropiación por utilidad pública, y que todos aquellos que dejen su casa vacía, su tierra sin cultivar, sus instrumentos de trabajo sin utilizar, sean expropiados y que sus casas y sus instrumentos de trabajo sean entregados a los trabajadores que lo soliciten.
DE LA FAMILIA
Producto de la religión. La familia es la base sobre la que se asientan la propiedad y el gobierno, el elemento que los cimenta, la linfa que los alimenta, el pecho que los nutre.
Estado diminuto (donde el hombre es soberano y la mujer y los hijos y los súbditos), la familia pone constantemente el deber individual en contradicción con la naturaleza y el interés material en hostilidad con la conciencia.
¿Qué hay que hacer para destruir a la familia?
- Abolir la herencia, esta manzana de la discorida que se pasa a los hermanos y los arrastra al parricidio (…)
- Abolir el matrimonio, esta prostitución legal, esta trata de mujeres que ha sustituido a la trata de esclavos. Si el hombre quiere ser libre debe reclamar la libertad de la mujer. Quien ha sido amamantado por una esclava tiene sangre de esclavo en las venas. Quien ha sido educado por una esclava, tiene ideas de esclavo en la mente.
Selección y traducción de Horacio del Carril
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