BYUNG CHUL HAN : EL SUJETO SOMETIDO NO ES CONSCIENTE DE SU
SOMETIMIENTO.
"El sujeto sometido no es siquiera
consciente de su sometimiento. El entramado de dominación le queda totalmente
oculto. De ahí que se ...
Bloghemia enero
13, 2021
"El sujeto sometido no es siquiera
consciente de su sometimiento.
El entramado de dominación le queda
totalmente oculto. De ahí que se presuma libre. "
-Byung Chul Han
Texto del filósofo surcoreano Byung Chul Han, publicado por
primera vez en su libro Psychopolitik.
Por: Byung Chul
Han
El poder tiene formas muy diferentes de manifestación.
La más indirecta e inmediata se exterioriza como negación de
la libertad.
Esta capacita a los poderosos a imponer su voluntad también
por medio de la violencia contra la voluntad de los sometidos al poder.
El poder no se limita, no obstante, a quebrar la resistencia
y a forzar a la obediencia: no tiene que adquirir necesariamente la forma de
una coacción.
El poder que depende de la violencia no representa el poder
supremo.
El solo hecho de que una voluntad surja y se oponga al
poderoso da testimonio de la debilidad de su poder.
El poder está precisamente allí donde no es tematizado.
Cuanto mayor es el poder, más silenciosamente actúa. El poder sucede sin que
remita a sí mismo de forma ruidosa.
El poder, sin duda, puede exteriorizarse como violencia o
represión. Pero no descansa en ella.
No es necesariamente excluyente, prohibitorio o censurador. Y
no se opone a la libertad. Incluso puede hacer uso de ella.
Solo en su forma negativa, el poder se manifiesta como
violencia negadora que quiebra la voluntad y niega la libertad.
Hoy el poder adquiere cada vez más una forma permisiva. En su
permisividad, incluso en su amabilidad, depone su negatividad y se ofrece como
libertad.
El poder disciplinario no está dominado del todo por la
negatividad. Se articula de forma inhibitoria y no permisiva.
A causa de su negatividad, el poder disciplinario no puede
describir el régimen neoliberal, que brilla en su positividad.
La técnica de poder propia del neoliberalismo adquiere una
forma sutil, flexible, inteligente, y escapa a toda visibilidad.
El sujeto sometido no es siquiera consciente de su
sometimiento.
El entramado de dominación le queda totalmente oculto. De ahí
que se presuma libre.
Ineficiente es el poder disciplinario que con gran esfuerzo
encorseta a los hombres de forma violenta con preceptos y prohibiciones.
Radicalmente más eficiente es la técnica de poder que cuida
de que los hombres se sometan por sí mismos al entramado de dominación. Quiere
activar, motivar, optimizar y no obstaculizar o someter.
Su particular eficiencia se debe a que no actúa a través de
la prohibición y la sustracción sino de complacer y colmar.
En lugar de hacer a los hombres sumisos, intenta hacerlos
dependientes.
El poder inteligente, amable, no opera de frente contra la
voluntad de los sujetos sometidos, sino que dirige esa voluntad a su favor.
Es más afirmativo que negador, más seductor que represor. Se
esfuerza en generar emociones positivas y en explotarlas.
Seduce en lugar de prohibir. No se enfrenta al sujeto, le da
facilidades.
El poder inteligente se ajusta a la psique en lugar de
disciplinarla y someterla a coacciones y prohibiciones.
No nos impone ningún silencio. Al contrario: nos exige
compartir, participar, comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos y
preferencias; esto es, contar nuestra vida.
Este poder amable es más poderoso que el poder represivo.
Escapa a toda visibilidad.
La presente crisis de libertad consiste en que estamos ante
una técnica de poder que no niega o somete la libertad, sino que la explota.
Se elimina la decisión libre en favor de la libre elección
entre distintas ofertas.
El poder inteligente, de apariencia libre y amable, que
estimula y seduce, es más efectivo que el poder que clasifica, amenaza y
prescribe.
El botón de me gusta es su signo. Uno se somete al entramado
de poder consumiendo y comunicándose, incluso haciendo clic en el botón de me
gusta.
El neoliberalismo es el capitalismo del me gusta.
Se diferencia sustancialmente del capitalismo del siglo XIX, que operaba con coacciones y prohibiciones disciplinarias.
El poder inteligente lee y evalúa nuestros pensamientos
conscientes e inconscientes.
Apuesta por la organización y optimización propias realizadas
de forma voluntaria. Así no ha de superar ninguna resistencia.
Esta dominación no requiere de gran esfuerzo, de violencia,
ya que simplemente sucede.
Quiere dominar intentando agradar y generando dependencias.
La siguiente advertencia es inherente al capitalismo del me
gusta: protégeme de lo que quiero.
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