200 AÑOS DE LA DOCTRINA MONROE
El 2 de Diciembre de 1823, hace precisamente 200 años, el
entonces Presidente Estadounidense James Monroe leyó el informe que anualmente
hacen al Congreso todos los presidentes de ese país, conocido como “Estado de
la Unión”, y en él, formuló lo que pasó a llamarse después “Doctrina Monroe”,
sintetizada en la frase: “America for the americans” o sea “América para los
americanos”.
En realidad, la idea era de su Secretario de Estado, John Quincy
Adams, que fue presidente más tarde.
La frase es inicialmente ambigua, ya que “América” es utilizado
en los EE.UU. para referirse indistintamente a todo el continente o a su país.
Y análogamente “Americans” se usa para los habitantes del
continente o para los estadounidenses.
Más habitualmente para los segundos que para los primeros.
Más allá de la semántica de los términos, hay que leer el
contexto histórico y la evolución posterior:
--- Se libraban en Sudamérica las últimas batallas de la Guerra
de la Independencia, culminada en la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de
1824, por las tropas de Bolívar y Sucre.
--- Y a San Martín – carente del respaldo de un país detrás
suyo, por el sabotaje de Rivadavia y los suyos en Buenos Aires -, había
resignado en Bolívar el comando general de esta gran empresa en Guayaquil.
--- Los EE.UU. habían
sido hasta allí, claramente renuentes a reconocer la independencia de las
naciones sudamericanas (a menos que fuera a cambio de grandes ventajas
comerciales), e incluso ocasionalmente se habían puesto del lado del
colonialismo español, como en un incidente naval en el Río Orinoco, en 1818.
--- Jefferson había
escrito incluso, que a los EE.UU. no les convenía la emancipación de las
colonias españolas en América, hasta que ellos no estuvieran en capacidad de
adueñárselas.
--- México y Centroamérica habían alcanzado sus Independencias
en 1821.
Los EE.UU. estaban
intentando marcar la cancha, estableciendo a todo el continente como su zona de
influencia, y advirtiendo a las
potencias europeas de su pretensión; reivindicando el republicanismo para la
región frente a las monarquías europeas, como forma de colocarse a sí mismos
(prácticamente la primera república del mundo, en esa etapa histórica) a la
cabeza moral del conjunto.
Cabe señalar que eso era más – por el momento – una declaración
simbólica que una amenaza concreta y temible del uso de la fuerza contra
potencias extranjeras (europeas concretamente); que estuvieran pensando en
recuperar sus antiguas colonias o apropiarse de otras nuevas en el continente
americano.
El País del Norte carecía todavía del poderío militar o
económico suficiente para efectivizar una amenaza de ese tenor.
Con respecto a Cuba en particular, unos meses antes, Quincy
Adams había dicho: “hay leyes de gravitación política como las hay de
gravitación física, y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del
viento no puede, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez
separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es
incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la
Unión Norteamericana, y hacia ella exclusivamente, mientras que a la Unión
misma, en virtud de la propia ley, le será imposible dejar de admitirla en su
seno”.
Anticipaba así, con toda claridad, la intención de apoderarse de
Cuba; lo que no llegó EE.UU. a hacer como Colonia Formal, pero sí como
Protectorado, tras inmiscuirse artificialmente en 1898 en la Guerra de
Liberación de Cuba, ya prácticamente ganada por los cubanos.
De paso se quedó con varias colonias más, como Filipinas, a cuya
población masacró a continuación.
La muerte en combate en 1895, primer año de la Guerra
Liberadora, de José Martí, Líder indiscutido del Independentismo, que tenía muy
clara la necesidad de apartar las Garras Norteamericanas de Cuba, fue decisiva
para ello.
Los doscientos años transcurridos desde el discurso de Monroe, e
incluso el agregado de precisiones posteriores por Theodore Roosevelt; muestran
el real contenido de esa Doctrina en los hechos concretos.
El país era un pequeño enclave de 13 colonias en la costa
atlántica, que logró más que duplicar su superficie a través de una compra muy
favorable de la Luisiana a Napoleón.
Luego la multiplicó mucho más, usurpando más de la mitad de la
superficie de México.
Al principio, a través de la independencia y posterior anexión a
los EE.UU. de Texas, ya invadida por inmigrantes ilegales desde el país
anglosajón, y luego provocando la guerra 1846-48 con México. El luego
presidente estadounidense, Ulises Grant, calificó a esa guerra como “infame”.
Otro luego presidente se opuso frontalmente a ella pese a que no
le convenía políticamente decirlo: Abraham Lincoln.
La rapiña de las tierras de los pueblos originarios, comenzada
desde la independencia y aún antes, completaron el cuadro de la “Gran Nación”.
Por esa época también apareció la idea del “Destino Manifiesto”,
producto de la creencia en el “Excepcionalismo” Estadounidense.
La versión norteamericana de las ideas hitlerianas de “raza
superior” y “espacio vital”, más de un siglo antes del nazismo, y en otra
geografía.
Dos años después de la afirmación de Monroe, la monarquía
francesa envió una poderosa flota a Haití, que amenazó con invadirla si no les
pagaban una cuantiosa indemnización por el “daño” de haber liberado a los
esclavos de los amos franceses.
Esa “Deuda de la Independencia” es la causa principal de los
enormes Problemas Haitianos hasta el presente, como mostró hace poco el New
York Times en cuatro excelentes notas.
Los EE.UU., Nación esclavista, no movieron un dedo en defensa de
los “Americanos” de Haití contra la Monarquía Europea. No tenían ningún interés
en proteger a la única rebelión de esclavos triunfante en el mundo.
En 1915, en cambio, invadieron el país -saqueando además su
banco nacional – y lo ocuparon hasta 1934. Más tarde apoyaron allí la Dictadura
vitalicia de los Duvalier.
El mensaje anual del Presidente Theodore Roosevelt en 1904
contenía otra perlita:
--- “La injusticia crónica o la importancia que resultan de un
relajamiento general de las reglas de una sociedad civilizada pueden …obligar a
los Estados Unidos, aunque en contra de sus deseos, en casos flagrantes de
injusticia o de impotencia, a ejercer un Poder de Policía Internacional”.
Ya Roosevelt había utilizado el poder militar para apoyar la
secesión de Panamá de Colombia y así poder construir el Canal, por un siglo en
manos estadounidenses.
También había actuado en apariencia para acabar contra la
agresión militar de potencias europeas contra Venezuela, pero en verdad para
consolidar el poder de la diplomacia estadounidense en la región.
Este presidente es conocido además por su teoría del “Gran
Garrote”.
En 1831, con su Ataque Filibustero a Puerto Soledad en las Islas
Malvinas y la Destrucción de sus defensas, los EE.UU. prepararon el camino para
la Usurpación de las Islas, un año y días después por Gran Bretaña.
150 años más tarde, los EE.UU. se pondrían militarmente
nuevamente del lado de ese imperio europeo; a pesar de haber firmado y
propiciado en el medio, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR), que los obligaba a alinearse junto a cualquier país americano frente a
ataques extra-continental.
En 1912 y luego, en la década de 1920 y hasta 1933, tropas
norteamericanas invadieron Nicaragua y sus esbirros locales asesinaron a los
héroes nacionales Benjamín Zeledón primero y Augusto César Sandino después.
Dejaron además los gérmenes de la larga tiranía de Tacho Somoza
y sus parientes, de quien dijo Franklin Roosevelt:
--- “Es un hijo de puta. Pero es NUESTRO hijo de puta”.
En 1954 la CIA coordinó el derrocamiento del gobierno popular de
Jacobo Arbenz, sucesor de Juan José Arévalo, los únicos presidentes electos
democráticamente en Guatemala en décadas.
Dentro de un mes, el hijo de Arévalo, Rafael, asume la
presidencia del país.
Fuerzas norteamericanas ocuparon República Dominicana en 1916-24
y 1965-66.
Durante la primera ocupación, crearon la Guardia Nacional,
germen de la dictadura de Rafael Trujillo, que duró décadas y produjo 50.000
asesinatos.
Se podrían agregar el golpe de Estado contra el gobierno
constitucional, en Chile, en 1973 apoyado por EE.UU.; la invasión de Granada,
en 1983; Panamá, en 1989; la formación de dictadores latinoamericanos durante
décadas en la Escuela de las Américas, etc.
El listado de las violaciones de las soberanías de las naciones
latinoamericanas por los EE.UU. es muchísimo más extenso de lo que podríamos
desplegar aquí, pero esta sucinta muestra de algunas, deja claro el real
contenido que tuvo, en los hechos, la Doctrina Monroe.
Barack Obama, al mismo tiempo que emitía un decreto u orden
ejecutiva declarando a Venezuela “amenaza inusual y extraordinaria a la
seguridad de los EE.UU.” – que fue la pieza seudo-jurídica sobre la que se
asentaron todas las Agresiones Norteamericanas posteriores hacia esa Nación-;
consideró a la Doctrina Monroe como enterrada. Trump la desenterró
explícitamente.
El Comando Sur de los EE.UU es la Unidad Militar Estadounidense
específicamente afectada a amenazar a los Países Latinoamericanos, mientras
otras unidades lo hacen con otras regiones, por ejemplo, el Africom, con
Africa.
Su actual Jefa, la Grala. Laura Richardson, realizó
recientemente declaraciones en las que deja clarísimo que considera que LOS RECURSOS NATURALES DE NUESTROS
PAÍSES, COMO LITIO, AGUA DULCE, ETC; NO SON DE NUESTROS PAÍSES, SINO QUE DEBEN
ESTAR A DISPOSICIÓN DE LOS EE.UU.
Qué es la Doctrina Monroe y quiénes y cómo pretenden mantenerla
vigente, ya nos quedó bien claro en doscientos años.
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