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miércoles, 26 de junio de 2024

MILEI - GULLIVER Y LAS ATROCIDADES LIBERTARIAS AUTOR: DR. WALTHER NEIL BHÜLER - VENTA DE NIÑOS Y LIBERTAD

 





GULLIVER Y LAS ATROCIDADES LIBERTARIAS 

AUTOR: DR. WALTHER NEIL BHÜLER

 

Jonathan Swift no nació un 13 de abril de 1724, lo que me priva de traerlo a colación por los 300 años de su nacimiento.

 

Estas coincidencias siempre son útiles ya que brindan excusa para dar inicio a mis artículos, aprovechando cuando otros grandes personajes tienen la gentileza de nacer en fechas que conmemoren un aniversario con números redondos.

 

Pero, a falta de esa concordancia, lo que sí podemos decir es que hace 300 años Swift (que no es Taylor) estaba terminando la obra por la que se le conoce universalmente: Los viajes de Gulliver, que se publicó en 1726.

 

A este genial irlandés se lo considera uno de los máximos exponentes de la literatura para niños, ignorando que nunca fue la intención de Jonathan dirigirse al público infantil. Prácticamente toda su obra consiste en mordaces críticas a la sociedad humana.

 

Precisamente los "Viajes…" desde su primera edición fueron objeto de numerosas censuras por la cruel sátira dirigida a los gobernantes de entonces.

 

De los cuatro viajes de Gulliver prácticamente los únicos conocidos son el de Lilliput, con sus diminutos liliputienses y el viaje a la isla de los gigantes (Brobdingnag).

 

De los otros dos viajes, hemos oído hablar: muy poco del viaje a Laputa (sobre todo en las discusiones en el tránsito) y nada del viaje a la isla de los Houyhnhnms (criaturas muy racionales pero muy parecidas a los caballos).

 

Los Houyhnhnms (relinchos) son los amos de los Yahoos (¿le suena al lector?), que son individuos parecidos a los humanos, pero carentes de raciocinio.

 

Los Yahoos poseen todos los vicios que, a juicio de Jonathan Swift, representan al ser humano, tales como la avaricia, el egoísmo, el vicio y la agresividad.

 

En 1729, Jonathan Swift escribió un breve ensayo titulado "Una modesta propuesta para evitar que los hijos de los pobres sean una carga para sus padres o su país, y para hacerlos útiles al público".

 

En este ensayo, Swift aborda el problema de la pobreza en Irlanda, específicamente la difícil situación de los campesinos inquilinos que no pueden alimentar a sus hijos debido a la presión de los propietarios inflexibles.

 

Su propuesta, presentada de manera satírica y provocadora, sugiere que la solución podría ser criar a los niños para el consumo de su carne, como una forma de aliviar la sobrepoblación y la hambruna.

 

A través del sarcasmo, la ironía y el humor negro, Swift denuncia las condiciones deplorables de los jornaleros y campesinos, al tiempo que plantea una tesis absurda para resaltar la urgencia de abordar la crisis social y económica en Irlanda.

 

Recientemente el presidente Javier Milei se refirió a los dichos del diputado libertario Alberto "Bertie" Benegas Lynch (miembro del clan que fanáticamente admira Milei), quien cuestionó que la escolaridad sea obligatoria.

 

Milei pretendió excusarlo culpando (cuando no) a los periodistas, (en este caso la muy respetada Romina Mangel), sosteniendo además que fue una frase "absolutamente desafortunada y sacada de contexto".

 

Pero no, ni se sacó de contexto, ni es una frase desafortunada para un libertario que se precie de tal; como veremos a continuación.

 

MURRAY, EL CAN PENSADOR

 

La propuesta de Jonathan Swift, que reseñamos, indudablemente es una sarcástica atrocidad, pero -desde el campo libertario- hay quienes han formulado propuestas parecidas como planteos "serios".

 

Se trata -nada menos- que del fundador de la exótica teoría del anarco capitalismo e ídolo máximo de nuestro presidente Milei: el economista norteamericano Murray Rothbard.

 

Tanto aprecio le tiene Milei que le ha conferido el exclusivo honor de bautizar a uno de sus perros con su nombre: Murray, que es el can que lo asesora a Javi en materia económica.

 

Dice Murray (el economista, no el mastín inglés), en su libro "Ética para la libertad" (pag.95):

::: "Si un padre puede tener la propiedad de su hijo, puede transferirla a terceros. Puede dar al niño en adopción, o puede vender sus derechos sobre él en virtud de un contrato voluntario.

… En suma, tenemos que enfrentarnos al hecho de que en una sociedad absolutamente libre puede haber un floreciente mercado libre de niños.

… Esto suena, a primera vista, monstruoso e inhumano. Pero una mirada más atenta descubre que este mercado posee un humanismo más elevado.

… Debemos empezar por reconocer que existe ya, de hecho, este mercado infantil, sólo que, dado que los gobiernos prohiben vender los niños por un determinado precio, los padres se ven ahora obligados a entregarlos a centros de adopción.

… Y esto significa que el mercado de niños existe, solo que el gobierno ejerce un control máximo de los precios hasta reducirlos a cero y que restringe, además, las operaciones mercantiles a unas pocas agencias privilegiadas y, por tanto, monopolistas".

 

Y continúa esta aterradora insensatez de Murray:

::: "La demanda de bebes y niños es muy superior a la oferta.

… Asistimos diariamente al espectáculo de la tragedia de personas adultas a quienes agencias de adopción tiránicas y fisgonas les niegan el gozo de poder adoptar un hijo.

… Se da, a la vez, una amplia demanda insatisfecha de niños por parte de adultos y parejas, y un elevado número de excedentes, de niños no deseados, desatendidos o maltratados por sus padres.

… Si se permitiera el mercado libre de niños, se eliminaría este desequilibrio y se llevaría a cabo una transferencia de bebés y de niños desde padres que no los quieren o no los cuidan a padres que desean ardientemente tenerlos.

… Todos los implicados: los padres biológicos, los niños y los padres adoptivos que los compran saldrían ganando en este tipo de sociedad! ".

 

Aunque los disparates de Murray se extienden a lo largo de varias páginas, finalizamos con una última muestra de su galería del horror y su mente extraviada:

::: "Un padre o una madre no tienen derecho a agredir a sus hijos, pero tampoco deberían tener la obligación legal de alimentarlos, vestirlos y educarlos, ya que tales exigencias serían coactivas y privarían a los padres de sus derechos.

… A los padres les asistiría el derecho legal a no tener que alimentar al niño, esto es, a dejarle morir.

… Cabe preguntarse si les asiste a los padres el derecho a dejar morir (por ejemplo, no dándole alimentos) a un hijo deforme. La respuesta es, por supuesto, afirmativa, ya que deriva del derecho general, de permitir que muera cualquier niño, deforme o no.

… (No obstante, en una sociedad libertaria esta «negligencia" se vería reducida al mínimo gracias a la existencia de un mercado libre de niños)."

 

Crease o no, son palabras del gran Dios libertario que venera nuestro presidente.


¡¡¡¡¡¡¡ QUÉ LAS FUERZAS CELESTIALES NOS PROTEJAN!!!!!!!

 


domingo, 23 de junio de 2024

MICHEL FOUCAULT - DE LA SOCIEDAD DISCIPLINARIA A LA BIOPOLÍTICA: LA VIGENCIA DE SU PENSAMIENTO

 





DE LA SOCIEDAD DISCIPLINARIA A LA BIOPOLÍTICA: LA VIGENCIA DE SU PENSAMIENTO - A 40 AÑOS DE LA MUERTE DE MICHEL FOUCAULT

 

Filósofo, psicólogo e historiador, intentó comprender -muchas veces mirando el pasado- las exclusiones y discriminaciones de la sociedad que le tocó vivir. 

 

Tres importantes investigadores de su obra, Edgardo Castro, Christian Ferrer y Hugo Vezzetti, analizan la importancia de su legado intelectual.  

Por OSCAR RANZANI - 23 de junio de 2024

Foucault patentó una nueva forma de pensar el poder. Este martes se cumplen 40 años de su fallecimiento. 

 

Este martes se cumplirán 40 años de la muerte de Michel Foucault. Nacido en 1926, en Poitiers, Francia.

 

Foucault  publicó el primero de sus grandes libros, Las palabras y las cosas, en 1966 y rápidamente se agrupó con académicos como Jacques Lacan, Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes para conformar la nueva ola de pensadores. 

 

Filósofo, psicólogo e historiador, fue creador de una obra que se ubica dentro de una filosofía del conocimiento. Y es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias humanas y el sistema carcelario.

 

Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso han sido también ampliamente debatidos.

 

Su vida académica e intelectual estuvo asociada a un permanente compromiso frente a las exclusiones y discriminaciones de la sociedad que le tocó vivir: presos, enfermos mentales, homosexuales e inmigrantes, entre otros.

 

A 40 años de su muerte ¿qué vigencia tiene el pensamiento de Foucault? 

 

Página/12 consultó a tres importantes investigadores sobre su obra. Edgardo Castro es doctor en Filosofía por la Universidad de Friburgo (Suiza), profesor titular de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires y de Historia de la Filosofía contemporánea en la Universidad de San Martín. Es, además, investigador del Conicet. 

Christian Ferrer es ensayista y sociólogo, profesor en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). 

Hugo Vezzetti es licenciado en Psicología, profesor Titular Consulto de la Universidad de Buenos Aires e Investigador Principal (jubilado) del Conicet. Fue interventor y decano normalizador de la Facultad de Psicología de la UBA durante la transición democrática, entre 1984 y 1986.

 

"En todo autor siempre se puede distinguir entre lo que dijo y el cómo o el porqué lo dijo, es decir, entre sus tesis y su método. En ambos niveles podemos hablar de una vigencia de su pensamiento", señala Castro.

 

"Foucault, como se dice hoy, ha instalado tanto temas como modos de abordarlos. Para citar algunos, la relación entre política y cuerpo, entre libertad y seguridad, la cuestión de la sexualidad, la problematización de las formas sociales y no solo políticas de ejercicio del poder y la cuestión del decir verdadero (la parresia)".

 

Para Castro esta vigencia emerge, sobre todo, cuando se dejan de lado las imágenes estereotipadas del autor, los clichés sobre su pensamiento con función doctrinal, tanto a favor como en contra.

 

"Pienso, por ejemplo, para referir solo una, a la cuestión de la verdad. Cuando se deja de repetir la simplificación según la cual Foucault reduce la verdad al poder, emerge la vigencia de un pensamiento que también busca pensar la fuerza de la misma verdad, del decir verdadero, en este caso, opuesta al poder".

 

Más allá de todos los cambios que separan esta época de aquella en la que vivió Foucault, Castro piensa que todavía compartimos, al menos en parte, un mismo horizonte político o, en otros términos, que "no hemos todavía abandonado ese horizonte que tomó forma a partir del 68, atravesado por tendencias y manifestaciones antitotalitarias y antiautoritarias".

 

"Basta pensar, por ejemplo, a los temas tan actuales, entre nosotros al menos, del libertarismo. El libertarismo como movimiento político es, de hecho, una de esas ideologías de los 70 que se proponían una sociedad sin Estado e incluso contra el Estado. La creación del partido libertario en EE.UU. es de 1971.

 

Estas cuestiones tan vigentes hoy en día, porque no hemos todavía abandonado ese horizonte, han sido parte de las preocupaciones teóricas de Foucault. Y esto explica su vigencia.

 

Así, por ejemplo, ha habido y hay interpretaciones liberales de Foucault y también libertarias, sobre todo en el ámbito anglosajón, y, por supuesto, otras que se les oponen, mayormente en el ámbito latinoamericano y europeo, sobre todo italiano. En fin, una problemática bien vigente, que da lugar a un interesantísimo debate", explica el especialista.

 

LA ENTRADA EN LA ARGENTINA

 

Ferrer considera que en la Argentina la época de mayor impacto de Foucault fue la década del 90. 

 

"En Argentina, el Foucault que llegó fue el que está asociado a la crítica del poder. No es casualidad que a fines de los 80, cuando se salió de la dictadura, los lectores hayan encontrado en Foucault una crítica al autoritarismo, aunque la crítica al poder que estableció Foucault es mucho mayor, pero en Argentina fue leído contra la dictadura.

 

Y en la década del 90 todavía fue leído también contra los abusos del poder, como el gobierno de Menem", subraya Ferrer.

 

"Tenía que ver con la salida de la dictadura y también con una nueva forma de crítica al poder que tanto podía criticar al autoritarismo militar, como también al nazismo, a la democracia, y al liberalismo, a la vez. Es decir, es una forma nueva de pensar el poder".

 

Pero Ferrer se pregunta cuál era el enemigo de Foucault en la Argentina en la década del 80-90. "La socialdemocracia, pues toda esta gente quería acceder al poder.

 

En cambio Foucault, al hacer esa crítica tan radical y al poner al poder como una especie de ejercicio circulante y no como un bien o una mercancía que hay que alcanzar y que está en lo alto en la pirámide, estaba en otro lugar", plantea Ferrer. 

 

LOS CURSOS DE FOUCAULT

 

La cátedra impartida por Foucault en el Collège de France, que fue titulada "Historia de los sistemas de pensamiento" fue inaugurada el 30 de noviembre de 1969, en sustitución de la titulada "Historia del pensamiento filosófico", que dictó Jean Hyppolite hasta su muerte.

 

La asamblea de profesores del Colegio eligió a Foucault el 12 de abril de 1970, cuando este tenía 43 años. A excepción del año sabático que tomó en 1977, dio clases desde diciembre de 1970 hasta su muerte en junio de 1984.

 

Todos los cursos que brindó Foucault en el Collège de France fueron publicados en la Argentina en trece obras voluminosas y con una cuidada edición a cargo de la editorial Fondo de Cultura Económica.

 

EL PODER

 

Teorías e Instituciones Penales es el título que Foucault dio al curso que dictó en el Collège de France entre noviembre de 1971 y marzo de 1972. Fue la primera vez que teorizó la cuestión del poder, tema que lo iba a ocupar hasta la publicación de Vigilar y castigar, en 1975.

 

Allí plantea una idea muy radical y muy problemática para el pensamiento general en la Argentina, según Ferrer, porque lo que plantea es que

::: "la historia ha sido violencia, que no es otra cosa la historia que una lucha entre débiles y fuertes, donde los débiles no son mejores que los fuertes".

 

"En segundo lugar, porque plantea que la historia no va a terminar la violencia; es decir, que la historia no es más que la sucesión de sucesivas dominaciones de unos sobre otros y así va a seguir porque es la dinámica del poder la que impone eso.

 

Y, tercer punto, lugares que habitamos, como fábricas, oficinas, taller, hogar, escuela (en todos sus niveles, primario, secundario, universitario, posgrado), clínicas psiquiátricas, hospitales todas devienen de un molde primigenio que es la prisión; o sea, lo que llama el panóptico", explica Ferrer.

 

Este molde primigenio no desaparece, a pesar de que no funciona según sus objetivos.

::: "Si el objetivo es integrar al delincuente, o al criminal, o al infractor, dentro de la sociedad, no se cumple. Todos los saben. Entonces, la pregunta es por qué sigue existiendo", se interroga Ferrer.

 

Y brinda su análisis:

::: "En una sociedad capitalista, donde se producen bienes, lo que la persona quiere proteger son sus bienes y propiedades.

… Resulta que viene un señor que se aprovecha de eso y se lo lleva, que lo llamamos ladrón, criminal. Por lo tanto, se le castiga su improductividad.

… Hasta tanto la sociedad no cambie la imagen que tiene, que es básicamente estar sostenida sobre la economía, siempre va a haber prisión".

 

En las trece clases de La sociedad punitiva, dictadas durante el primer trimestre de 1973, Foucault examinó el modo en que se forjaron las relaciones de la justicia y la verdad que presiden el derecho penal moderno.

 

Allí se preguntó acerca de lo que las liga a la aparición de un nuevo régimen punitivo que aún domina la sociedad contemporánea.

 

Ferrer no cree que Foucault se proponga ir más allá del sistema carcelario para adentrarse en la propia sociedad capitalista, porque "el sistema carcelario es capitalista".

 

"Como dije antes, la prisión es el molde perfecto de todas las otras instituciones que Foucault llama de encierro, o de ortopedia social. Es decir, la prisión funciona como modelo perfecto de lo que es la fábrica, la oficina, el hogar, la escuela, y si lo llevamos a nuestros días, la ciudad misma, como está permanentemente siendo vigilada por cámaras de seguridad urbana, o bien la red de internet que está siendo rastreada al instante por algoritmos que detectan peligros.

 

Obviamente, Foucault no conoció internet ni tampoco la multiplicación de cámaras de seguridad, pero en última instancia es un gran panóptico.

 

Además, castigar produce goce. Le produce goce a la policía, al Estado. Si no puede uno castigar directamente le pide a un intermediario que castigue por él: fiscales, jueces, policías, abogados, políticos.

 

MÁS ALLÁ DE LA ANTIPSIQUIATRÍA

 

El curso El poder psiquiátrico, dictado entre noviembre de 1973 y febrero de 1974, mantiene una relación de continuidad con trabajos anteriores. Es una continuación, al menos en términos históricos, de Historia de la locura en la época clásica.

 

"La Historia de la locura culmina hacia finales del siglo XVIII; El poder psiquiátrico parte de acá y se despliega a lo largo del siglo XIX. Pero es una continuación con rupturas. Por ejemplo, acerca de la relación ente familia y asilo.

 

En la Historia de la locura, la familia era el modelo de la institución asilar moderna; en El poder psiquiátrico ya no es así. La sociedad disciplinaria ha sustituido a la familia en este rol.

 

La relación entre violencia y poder también se ha roto. Una continuación, entonces, pero con importantes desplazamientos teóricos", advierte Castro.

 

Vezzetti subraya que en El poder psiquiátrico, Foucault va más allá de cuestionar las prácticas de la psiquiatría.

::: "El cuestionamiento de las prácticas de la psiquiatría estaba en esos años, y fue lo que se llamó la antipsiquiatría, en Europa, en Inglaterra y en Italia, sobre todo.

 

Antes de eso, en Historia de la locura, él había mostrado cómo en la experiencia de la locura y, por lo tanto, la experiencia de la psiquiatría, había un núcleo fundamental para pensar el desarrollo de la psicología, e incluso del psicoanálisis.

 

Por lo tanto, va más allá de la impugnación de la práctica", explica Vezzetti, quien destaca que Foucault va a pensar que hay saberes sobre el sujeto que tienen que indagarse a partir de las figuras de la sin razón, de la razón extraviada o de la locura.

 

"Entonces, la locura revela un pensamiento sobre el sujeto, en ese caso, sobre el sujeto psíquico", destaca Vezzetti.

 

El curso Los anormales, dictado entre enero y marzo de 1975, prolonga los análisis que Foucault realizó desde 1970 a la cuestión del saber y el poder: poder disciplinario, poder de normalización, biopoder.

 

Con una gran cantidad de fuentes, Foucault enfocó el problema de esos individuos peligrosos a quienes, en el siglo XIX, se denominaban "anormales": los monstruos, los incorregibles y los onanistas. 

 

"En la figura del anormal hay toda una visión sobre cómo se construye un cierto paradigma de normalidad", señala Vezzetti.

 

"Y ahí hay cuestiones que tienen que ver con la dimensiones en las que la medicina se junta con el derecho. El trabaja mucho esa relación: de qué manera el anormal aparece también como una figura que debe ser delimitada y, de alguna manera, controlada o perseguida por el derecho, y con la moral", agrega Vezzetti.

 

OTRA POLÍTICA

 

Nacimiento de la biopolítica, el curso que dictó Foucault entre enero y abril de 1979, se puede pensar como una continuidad del curso del año anterior, Seguridad, territorio, población.

 

Luego de mostrar que la economía política marcó en el siglo XVIII el nacimiento de una nueva razón gubernamental, Foucault inició el análisis de las formas de esa gubernamentalidad liberal.

 

Dice Castro: "Nacimiento de la biopolítica es una analítica del neoliberalismo, de sus diferentes formas. Foucault se interesa no solo en lo que nosotros llamamos neoliberalismo, la Escuela de Chicago o la Escuela austríaca, también, y de manera particular, en el ordoliberalismo alemán.

 

Liberales alemanes y austríacos se encuentran en muchos temas enfrentados. Por ejemplo, mientras los austríacos sostienen la espontaneidad del orden económico, para los ordoliberales alemanes, no hay mercado sin Estado.

 

En Nacimiento de la biopolítica, Foucault se ocupa de estas cuestiones, de la fobia de Estado, de lo que denomina gubernamentalidad de partido (la subordinación del Estado al partido o al jefe del partido) y luego pasa a los neoliberalismos estadounidenses".

 

LA MUERTE REAL ESCRITA Y LA REAL

 

El coraje de la verdad fue el último curso que Foucault dictó: entre febrero y marzo de 1984. Murió el 25 de junio. En esas clases, dio una suerte de testamento filosófico. "El coraje de la verdad continúa la historia de la parresia iniciada en el curso del año precedente.

 

El tema de la muerte es recurrente en la exposición de Foucault. Pero, en mi opinión, hay un momento en que adquiere una particular intensidad, sobre todo cuando se lo lee retrospectivamente. Se trata de las páginas en las que se ocupa de la muerte de Sócrates. Hacia el final de la lección del 22 de febrero de 1984, luego de haber hecho una lección sobre la muerte de Sócrates, Foucault afirma, es algo que todo profesor de filosofía (se define curiosamente en estos términos) tiene que hacer. Y concluye en esa lengua que amaba desde sus tiempos de estudiante, cuando redactaba composiciones en latín, “salvate animam meam”, salva mi alma", subraya Castro. 

 

Michel Foucault fue uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Luego, la historia lo tomó de la mano. 

 

EL FOUCAULT QUE VIENE

 

Foucault se ha vuelto una cantera inagotable. A las publicaciones en vida del autor, se sumó, a partir del 1997, la edición póstuma de sus cursos en el Colegio de Francia, en Bélgica y en EE.UU. Hace unos diez años, la Biblioteca Nacional de Francia adquirió los Fondos Foucault, unas 37 mil páginas inéditas que, a partir del 2018, han dado lugar a una nueva etapa en las ediciones: la de sus inéditos. En lengua francesa ya han aparecido casi una decena de volúmenes. En lengua castellana ya han aparecido por Siglo XXI Editores: La sexualidad y El discurso de la sexualidad (2019), Ludwig Binswanger y el análisis existencial (2022) y La cuestión antropológica (2024). Seguirán próximamente El discurso filosófico y el Nietzsche de Foucault, aparecido hace apenas algunas semanas

 


JORGE ALEMÁN - ESPAÑA Y MILEI: LA ULTRADERECHA Y EL USO DEL LIBERTARIO Por JORGE ALEMÁN - 23 de junio de 2024

 



ESPAÑA Y MILEI: LA ULTRADERECHA Y EL USO DEL LIBERTARIO

Por JORGE ALEMÁN 23 de junio de 2024

 

Con el hilarante presidente argentino creen conseguir una nueva espectacularidad de lo político que aún les faltaba.

 

Un nuevo exhibicionismo vehiculizado por un personaje, que muestra el costado "vende humos" pero certero del plan fascista neoliberal.

 

A través de mantras estereotipados, momentos coléricos e insultos a figuras investidas, el personaje promueve un nuevo tipo de goce, mostrar las miserias sin ambages en medio de un recitado de fórmulas repetidas sin disimular el odio y el desprecio.

 

Indudablemente hay un sector de la población que se satisface con esta descarga pulsional cuyo montaje es simple: una fantasía donde se le pega a alguien que no son ellos.

 

Se les pega a las izquierdas, los populistas, las feministas, los nacionales y populares… pero tarde o temprano también a los propios que lo votaron sin medir las consecuencias.

 

Las imágenes de los ultraderechistas europeos, incluido el aspecto animal de Trump, aún seguían perteneciendo a un imaginario clásico. Necesitaban un fenómeno espectacular y por ahora lo han encontrado. 

 

Una vez realizada la operación descrita viene la segunda escena de los ultras internacionales. Que se podría enunciar así: ya le hemos mostrado el festival incoherente, ruinoso pero eficaz en sus diatribas, ahora viene el turno de los "serios", la ultraderecha neoliberal que sí cuenta con un plan europeo y global que sin ruptura alguna intentará redefinir con muchos matices la relación con la OTAN, la Unión Europea, las relaciones geopolíticas internacionales y se propondrán mostrar que definitivamente no hay lugar ni para las izquierdas ni para las soberanías nacionales y populares en el nuevo mundo.

 

Anteanoche, en el Casino de Madrid, tuvo lugar una escena esperpéntica y decadente a un mismo tiempo. El libertario argentino presentaba uno a uno todos sus desopilantes enunciados frente a algunos de sus maestros que, emocionados, no dudaron en saludarlo alzando el brazo, jactándose de que uno de sus alumnos haya llegado al poder y esté haciendo realidad lo que los académicos fascistas soñaron. Todo ello en medio de un halago a la teoría por parte del alumno ahora hecho presidente.

 

Recordemos que el fascismo histórico siempre se jactó y celebró disponer de una teoría para toda la humanidad…

 

Sin embargo, el libertario no es más que el término evanescence de la operación ultraderechista en marcha.

 

Después de usarlo, lo tirarán y lo emplearán como el símbolo que han superado, cual resto caído. El presidente argentino es el nombre, el fuego artificial a disolver para que luego la operación culmine su recorrido.

 

El rol que jugará la técnica con sus estructuras de emplazamiento de la subjetividad reforzará el intento de hacer desaparecer de la tierra todo aquello que en la existencia humana se opone aún a la barbarie. 

 

Este es el nuevo sentido de la mutación antropológica que se extiende por el planeta: aniquilación de la historia, resignificación de los totalitarismos acontecidos en el siglo XX y una transformación radical de las víctimas en victimarios.

 

El nuevo tipo de goce se realiza destruyendo al débil e identificándose a un poder que gracias a los artificios de la técnica ofrece el semblante de lo imbatible.

 

En tales circunstancias se inaugura una pregunta en relación a si aún los pueblos pueden establecer límites frente a esta escalada y causar que la historia retorne.

 

Solo una comunidad constituida sobre un nuevo mito del amor, el deseo, lo sagrado de la existencia y el legítimo uso de la política frente a los poderes de la época puede permitir pensar un comienzo distinto.

 

PUBLICÓ DIARIO PÁGINA 12



domingo, 16 de junio de 2024

NOAM CHOMSKY - MÁS QUE UNA ECONOMÍA DE MERCADO, TENEMOS UNA ECONOMÍA DE CASINO

 



«MÁS QUE UNA ECONOMÍA DE MERCADO, TENEMOS UNA ECONOMÍA DE CASINO» por: NOAM CHOMSKY [03 – OCTUBRE – 2022]

 

Noam Chomsky (Estados Unidos, 1928) es uno de los pensadores más populares e irreverentes del mundo. A sus noventa y tres años, sigue cultivando su pedigrí de antisistema y se mantiene en forma: consulta la prensa cada mañana y atiende a periodistas y estudiantes de todo el mundo mientras el buzón de su casa de Arizona se colapsa con nuevas solicitudes. Recibe a Ethic cuando ya han pasado 200 días desde que la Rusia de Putin emprendiera una devastadora guerra contra Ucrania.

 

--- Desde el comienzo de la invasión rusa, Occidente ha dotado de armas a Ucrania y ha emprendido severas sanciones económicas. ¿Qué puede hacer ahora?

 

::: La respuesta de Occidente ha consistido en lidiar con la guerra militarmente, olvidándose de la otra dimensión: la diplomacia. Una guerra termina ya sea por resolución diplomática o por la capitulación. La resolución diplomática implica que ambas partes estarán dispuestas a poner fin a la guerra, aunque ninguna de ellas obtenga lo que quería.

 

--- ¿Qué condiciones debería incluir un supuesto acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia?

 

::: Fundamentalmente dos condiciones.

… La primera es la declaración de Ucrania como un país neutral. Esto significa que no podría formar parte de la OTAN, hecho que a Rusia le inquieta y que ha constituido uno de los motivos aparentes de la invasión.

… En segundo lugar, se debería celebrar un referéndum supervisado por la comunidad internacional en el que se establezca la soberanía de las repúblicas del Donbás.

… Quedaría excluido del tratado el asunto de Crimea. Este debería ser abordado en el futuro, una vez la situación se haya apaciguado.

«Un país que está bajo ataque tiene derecho a recibir armas para defenderse»

 

--- ¿Qué opina sobre el suministro de armamentos a Ucrania?

 

::: Un país que está bajo ataque tiene derecho a recibir armas para defenderse. Ahora bien, el envío debe calibrarse cuidadosamente. Se debe enviar aquellas armas destinadas a la defensa y no aquellas que intensifiquen la situación y terminen por dañar a Ucrania y, lo que es más probable, conducir a una tercera guerra mundial.

… Pero reitero que eso es solo una parte del problema. La otra parte y la más significativa es poner fin al conflicto rápidamente por medio de la diplomacia. Y, de nuevo, la diplomacia no le da a nadie sus objetivos perfectos; les da a las partes contrincantes algo con lo que pueden vivir.

 

--- ¿No hemos aprendido nada de la Guerra Fría?

 

::: Muy poco. Muy pocas personas saben que estuvimos muy cerca del desastre total repetidamente durante la Guerra Fría.

Mira el registro: es solo un milagro que hayamos sobrevivido. Constantemente nos enfrentábamos a un escenario de conflagración que podría haber desembocado en una guerra terminal.

Desafortunadamente, la situación ha empeorado mucho desde antes de la invasión de Ucrania.

 

… Las últimas administraciones republicanas han desmantelado progresivamente el control armamentista a nivel internacional.

Trump casi termina también con el último acuerdo restante en armas nucleares. Simplemente no tuvo tiempo para hacerlo. Biden pudo salvarlo a los pocos días de su vencimiento.

 

--- ¿A qué cree que responde la carrera armamentística de la OTAN?

::: Creo que a lo que George Orwell describió en su novela 1984 como doublethink: la capacidad de tener dos ideas contradictorias en la mente y creer en ambas al mismo tiempo.

 

En Europa coexisten dos ideas opuestas sobre Rusia. Por un lado, los europeos muestran un gran regocijo ante la idea del ejército ruso incapaz de conquistar una ciudad a pocos kilómetros de la frontera aun contando con unos recursos importantes.

 

Pero, por otro, esos mismos europeos afirman sentir temor y creen que debe aumentar el gasto militar.

 

«Hemos aprendido muy poco de la Guerra Fría»

 

George Orwell consideraba este doble pensamiento como algo propio de un estado distópico y ultratotalitario.

 

Es cierto. Pero en la actualidad se da la paradoja de que también ocurre en sociedades democráticas. Eso me lleva a suponer que, aparte de la seguridad, hay algo más de por medio en la escalada bélica actual. En ese sentido, me pregunto por el ascenso del fascismo.

 

Recientemente, la Unión Conservadora Estadounidense celebró su cumbre anual en Hungría, un estado cuasi fascista, donde hay una democracia iliberal que aplasta el pensamiento independiente y somete los medios de comunicación al control del líder máximo.

 

El evento reunió a todos los grupos de extrema derecha de Europa, pero la estrella invitada fue Donald Trump, quien expresó su admiración por Viktor Orbán, el primer ministro húngaro.

 

Esta es la situación actual del Partido Republicano, que probablemente se hará cargo del Senado en un par de meses. Esta es la atmósfera de Estados Unidos. No es un país pequeño en alguna parte del mundo. Es el más poderoso de la historia. ¿Existe la amenaza del ascenso del fascismo? Lamentablemente, sí.

 

--- ¿Qué opina sobre el bloqueo al acceso a los medios de comunicación rusos?

 

::: La prohibición de la información no puede nunca mejorar el conocimiento ni la comprensión política. Es importante que los occidentales sepamos qué es la propaganda rusa y cuál es la política oficial rusa, y eso solo nos puede llegar a través de los medios de comunicación rusos.

 

Si los eliminas, simplemente no sabes con qué estás lidiando. Tal vez esas propuestas resulten inaceptables, pero al menos deberíamos escucharlas. La guerra no se puede resolver en condiciones de secretismo y supresión de información. Puede que no te guste la información, pero deberías conocerla de todos modos.

 

--- Si la propaganda no se debe combatir por medio de la censura, ¿qué alternativas propone?

 

::: A través de la discusión y el debate abierto, que es como debemos combatir también nuestras propias fake news y propaganda.

Es fácil en el caso de la propaganda rusa. No pasa desapercibida y, a veces, hasta resulta cómica. Pero nuestra propia propaganda es mucho más difícil de percibir y eso siempre ha sido cierto.

 

«El mundo es mucho mejor ahora, pero desde hace cuarenta años atravesamos una regresión»

 

--- Usted ha criticado el movimiento woke y la cultura de la cancelación.

 

::: Desde luego, lo que uno no puede hacer es luchar contra ninguna ideología reprimiéndola.

No solo la censura está mal por principio, sino que simplemente no funciona y acaba generando el efecto contrario.

A los racistas, por ejemplo, les gusta que les cancelen porque les permite construir una historia en la que ellos son los buenos, quienes defienden la libertad y los derechos humanos.

Algo igual ocurre cuando evitas que alguien acuda a tu campus universitario a impartir una charla. Su cancelación es maravillosa porque aumenta su prestigio.

De hecho, el Partido Republicano hizo de esto uno de los ejes de su campaña en las últimas elecciones.

La cancelación, por un lado, está mal y, por otro, es estúpida.

 

--- Usted también es crítico con la evolución del liberalismo, pero según Hayek las ideologías basadas en el concepto de sociedad han sido las responsables de los totalitarismos del siglo XX: el fascismo y el comunismo.

 

::: En primer lugar, nunca hemos tenido nada que se parezca al comunismo; ni siquiera tenemos capitalismo.

Lo que tenemos es un conjunto de variedades de capitalismo de Estado.

El mundo de los negocios nunca ha estado dispuesto a aceptar el libre mercado: es demasiado destructivo para ellos. Por esta razón, el mundo de los negocios ha pedido continuamente al estado que intervenga para protegerlo de los estragos del mercado.

En realidad, esto ya era obvio en los días de Adam Smith. Ahora no son los comerciantes y fabricantes de Inglaterra quienes controlan el gobierno, sino las corporaciones multinacionales y las grandes instituciones financieras internacionales como el FMI o el Banco Mundial.

 

Las modalidades han cambiado, aunque sigue sin haber capitalismo, como tampoco hay comunismo.

 

Las organizaciones populares están comprometidas con el humanismo, pero no es el caso de las principales instituciones de la sociedad que parecen motivadas por otros intereses.

 

«La cultura de la cancelación resulta estúpida»

 

--- Hace un año, Estados Unidos retiró sus tropas de Afganistán. ¿Qué lectura hace del poder de este país en la actualidad?

 

Conviene saber que existen muchas dimensiones del poder. Si tomas la dimensión militar, el poder de Estados Unidos no está en disputa. Sin embargo, si tomas el poder político observas un Estado débil. En lo que respecta al poder económico, el panorama no es más alentador.

Durante los años neoliberales ocurrió un esfuerzo consciente para desindustrializar el país. Se externalizó la mano de obra en el extranjero porque era más barata, generaba mejores ganancias y no había que enfrentar presiones medioambientales. Además, tras la desregulación emprendida por Reagan, la economía se convirtió en un conjunto financiero de juegos que dio alas al robo puro y duro.

En consecuencia, no tenemos una economía de mercado, sino una de rescate donde las principales entidades pueden tomar los riesgos que deseen porque saben que el contribuyente de a pie le pagará el rescate amigablemente.

Es, por así decirlo, una economía de casino. Como resultado, encontramos un país que en la dimensión social está en desmoronamiento.

No parece ser el caso de China, que desde 1980 experimenta el mayor crecimiento del mundo.

Efectivamente, China se va a convertir en la próxima superpotencia económica. Está extendiendo sus relaciones comerciales a gran parte del mundo a través de la Nueva Ruta de la Seda.

Ahora bien, esto, ¿a quién le afecta? Desde luego resulta bueno para China, pero será malo para nosotros si no podemos competir.

Estados Unidos no sabe cómo actuar. Se han esforzado en impedir que otros países utilicen la tecnología china para evitar el desarrollo tecnológico chino, pero han logrado el efecto contrario.

En este sentido, lo que debe hacer Estados Unidos es competir, que no significa destruir a tu competencia, sino construirte a ti mismo.

 

--- ¿Cree que, pese a todo, el mundo es ahora un lugar mejor para vivir que en el pasado?

 

::: Cuando era un niño en los años 30 había una depresión profunda. Ahora, el mundo es mucho mejor gracias a la labor de las organizaciones populares. Sin embargo, desde hace cuarenta años atravesamos un período de regresión.

 

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