EPIDEMIA
ZOMBIE
16
de junio de 2024
La epidemia zombie que desde hace años escala en la realidad
mundial muestra a las claras que hay una nueva seducción totalitaria organizada
por los poderes del Capitalismo.
El zombie se presenta como deshistorizado, sin legados ni
herencias políticas y entregado a una lógica inédita en la vida política: no me
importa destruirme si logro destruir todo aquello que odio. Lo que cualquier
Instagram o Tik Tok puede ejemplificar.
En este aspecto, el lazo entre capitalismo y democracia se va
disolviendo progresivamente y se preparan situaciones de tránsito donde se
ensayarán distintas modalidades de terror represivo.
No solo el terror vertical organizado desde el Estado, sino otro
más novedoso, caótico, radial, que se irá extendiendo por el tejido social.
La duración de este proceso siniestro no puede predecirse, pero
sí se puede asegurar que en política, a partir de ahora, no van más las líneas
difusas o ambivalentes.
Los actores políticos, mediáticos, intelectuales, empresariales,
pagarán con su honor la infamia a la que por distintas razones se han
entregado.
No están eligiendo y apoyando una opción de derechas liberal,
aunque lo intenten ocultar con su máscara cínica están directamente
comprometidos con la avanzada del nuevo fascismo neoliberal sobre el planeta.
Están preparando una guerra social de la cual no conocen los
límites, pero sí se imaginan como siempre siendo los vencedores.
Lo que parecen no poder imaginar es lo que puede surgir de esta
nueva mezcla de locura, caos, dolor y muerte.
Sueñan con que los derrotados y el mundo zombie presentará
finalmente un mundo de consenso y tranquilidad.
Pero es un sueño que dura segundos, lo que ha comenzado con
locura y muerte no es más que el antecedente del terror futuro.
Esta vez no solo destruirán a los precarios y subalternos, el
horror caerá también como una lluvia sobre ellos.
Y esto los poderes también lo saben, por ello el escenario
apocalíptico de las guerras es por lo menos una posibilidad cierta.
Los que de verdad deseen intentar poner un límite a esta
distopía imbécil deben munirse de coherencia y coraje para tener la autoridad
suficiente de dar por finalizados el juego de las internas que alimentan el
enemigo y los negocios.
¿Quiénes son los verdaderos enemigos del Pueblo?
La respuesta a esta pregunta merece a aquellos dirigentes que
sean capaces de mostrar aquellos lugares del infierno que todavía no forman
parte del mismo y allí se instalen sin ceder a la situación.
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