UN ESTUDIO DE HARVARD DICE QUE LA SUBIDA DEL SALARIO MINIMO EN
2015 EN ALEMANIA BENEFICIÓ AL 15% MÁS POBRE Y NO DESTRUYÓ EMPLEO
Publicó: INFOLIBRE
Un estudio de Harvard dice que la subida del SMI en 2015 en
Alemania benefició al 15% más pobre y no destruyó empleo
- La
investigación Efectos de la reasignación del salario mínimo destaca
que no hay "evidencias de que hayan caído las expectativas de
los asalariados con bajos sueldos"
-
- El
gabinete económico de CCOO maneja cifras similares a partir de los
metadatos de la EPA: en 2019 se crearon más de 400.000 empleos mientras se
redujeron otros tantos puestos cuyo sueldo estaba por debajo del SMI, que
aumentó un 22% ese ejercicio
-
pgarcia@infolibre.es @PabloGarciaB
Publicada el 13/09/2021 a las 06:00
Un camarero sirve
consumiciones en una terraza de Madrid. Europa Press
Un estudio académico reciente, publicado por la Universidad de
Harvard el pasado 20 de agosto y realizado por cinco
investigadores del University College de Londres, aborda directamente los
efectos de la introducción del salario mínimo en 2015 en Alemania, una medida
que la canciller Angela Merkel aceptó obligada por
sus socios del SPD y que fijó en 8,50 euros por hora trabajada.
Y sus conclusiones no avalan los dogmas neoliberales sobre el tema.
A lo largo de 70 páginas,
el estudio titulado Efectos de la reasignación del salario mínimo es
una oda a los éxitos de incorporar esta iniciativa en la economía de la primera
potencia europea.
Desde la síntesis inicial, los autores aseguran haber encontrado
en sus encuestas "que el salario mínimo aumentó los salarios y no
redujo el empleo".
"También", dicen a continuación los investigadores,
"llevó a [la masa total de] los trabajadores de estar peor a mejor
pagados, de empresas más pequeñas a más grandes, de centros de trabajo menos
productivos a más productivos".
Y lo más importante: habría beneficiado al 15% de
trabajadores peor pagados, viendo éste colectivo cómo mejoraban sus ganancias.
La tesis del trabajo de Harvard coincide con la negociación de los agentes sociales
en España, actualmente encallada por el rechazo de la patronal
CEOE a la intención del Ministerio de Trabajo de subir el SMI en 2021 algo
menos de 20 euros.
Y a buen seguro va a ser usado por los sindicatos para respaldar
un alza, pero también por el Gobierno, según indican algunas fuentes.
CCOO indica que maneja datos similares con relación a 2019
–cuando el SMI subió un 22%– basados en la Encuesta de Población Activa (EPA),
que publica trimestralmente el INE: se pierden empleos malos y se ganan empleos
buenos –entendiendo por buenos los que pagan más jornal–, y el saldo de puestos
de trabajo es positivo, explica el responsable del Gabinete Económico del
sindicato, Carlos Martín.
El estudio académico de Harvard solo ha trascendido en España en
alguna cabecera conservadora, que lo ha citado titulando que "el salario
mínimo cierra pymes y sube los precios".
Son conclusiones que no aparecen así reflejadas en la
investigación: para empezar, en ninguna parte se lee que hayan cerrado pequeñas
o medianas empresas, sino más bien que los trabajadores, tras la introducción
del SMI, son más proclives a cambiar estas por otras más grandes y, por ende,
más estables.
"El salario mínimo induce a los trabajadores con
salarios bajos a trasladarse a establecimientos que pagan un salario diario más
alto", se indica en el estudio.
Generalmente, pero no solo, a empresas más grandes. "La
mejora en los salarios diarios promedio refleja principalmente un movimiento
hacia establecimientos que ofrecen más trabajos de tiempo completo, pero
también hacia trabajos que pagan una prima salarial más alta al mismo tipo de
trabajador".
Los autores tildan este fenómeno de mejora de la
"eficiencia de asignación de los trabajadores".
En este sentido, la investigación señala que el 83% de la
subida salarial se debe al cambio de empresa del empleado en función del tamaño
(de una pyme a una grande), mientras que el 17% restante se debe a cobrar más
por hacer lo mismo habiendo cambiado de contratador, pero con un tamaño similar
a partir del número de trabajadores.
En ningún caso se calcula la desaparición de
pymes. "Nuestros hallazgos apoyan la idea de que el salario mínimo
ayudó a reducir la desigualdad salarial sin reducir el empleo", apunta el
estudio.
"Demostramos que un salario mínimo sacará fuera del mercado
a las empresas menos eficientes".
Según Carlos Martín, economista de CCOO, "lo que revela
este estudio es que, con un SMI, los trabajadores tienen más facilidad para
abandonar las empresas que los explotan laboralmente".
"La subida del SMI siega la mala hierba, que son las
empresas explotadoras", ironiza Martín.
Sobre la inflación, el estudio se limita a lanzar una
advertencia. "Aunque no hemos detectado ningún impacto preocupante del
salario mínimo, nuestros resultados no implican que no haya establecimientos o
trabajadores que perdieran como resultado de la introducción" de la
medida, puede leerse.
"El aumento de las salidas puede conducir a una mayor
concentración del mercado y a una reducción de la competencia, lo que
puede conducir a un encarecimiento de los productos".
Otro contratiempo podría ser que, a pesar de ingresar más,
debido a los cambios de empresa "la reasignación de trabajos con salarios
bajos a puestos mejor pagados se produjo a expensas del aumento del tiempo de
viaje".
Esto es, más tiempo dedicado a desplazarse, "lo que podría
dejar a algunos trabajadores en peor situación a pesar de ganar más".
Pero la frase siguiente despeja la incógnita, de acuerdo con las
averiguaciones del estudio:
"Sin embargo, si se ven a través de la lente de nuestro
modelo, nuestros hallazgos empíricos sugieren que el bienestar de los
trabajadores con salarios bajos mejoró después de la introducción del salario
mínimo". Otro espaldarazo sin fisuras.
La lista de parabienes dedicados al SMI alemán por los
académicos es arrolladora. Otros dos ejemplos son el aumento de la
productividad y el impacto negativo que el SMI tiene en las subcontratas, las
que peores condiciones laborales ofertan.
"Los salarios mínimos pueden potencialmente revertir las
tendencias en la subcontratación nacional, ya que los beneficios de la
subcontratación son más limitados cuando los salarios mínimos son más
altos".
La experiencia de subir el SMI en España
"No es necesario hablar de este estudio alemán para
erradicar el viejo dogma neoliberal según el cual la subida del
salario mínimo provoca una destrucción de empleo; algo más que
dudoso", afirma el catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de
Castilla-La Mancha, Antonio Baylos.
"En España hay una cultura que establece que la
riqueza empresarial va vinculada a la pobreza salarial. Es una vía
equivocada".
"Estamos es un momento de recuperación económica",
razona Baylos. "Necesitamos que los estratos más bajos salarialmente también
se incorporen a la media de renta salarial. Este aumento da un mayor poder
adquisitivo en términos de consumo de bienes de primera necesidad. Para
subir a 950 euros no hubo un sufrimiento del empleo".
Baylos se refiere a la subida del 22% del SMI que entró en vigor
en 2019, hasta los 900 euros.
Hace un par de meses, un informe del Banco de España que
analizaba los efectos de este incremento fue interpretado como un ataque a
dicho aumento, cuando en realidad lo que venía era
a respaldarlo.
El supervisor bancario indicó que se crearon en 2019 entre
80.000 y 180.000 empleos menos, pero también subrayó que más de 1,5 millones de
trabajadores (el 10% de la población activa) había visto aumentar su sueldo,
además de haber margen para más subidas –como la que plantea ahora la ministra
Yolanda Díaz– y porque, según expresaba el propio Banco de España, no
había una relación de "causa-efecto" entre destrucción de empleo y
SMI.
Finalmente, otro de los documentos en los que se apoya la
vicepresidenta segunda es la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE en
junio, según la cual en 2019 se redujo la desigualdad al
caer el índice de Gini 1,1 puntos.
UN ESTUDIO DE HARVARD DICE QUE LA SUBIDA DEL SALARIO MINIMO EN
2015 EN ALEMANIA BENEFICIÓ AL 15% MÁS POBRE Y NO DESTRUYÓ EMPLEO
Publicó: INFOLIBRE
Un estudio de Harvard dice que la subida del SMI en 2015 en
Alemania benefició al 15% más pobre y no destruyó empleo
- La
investigación Efectos de la reasignación del salario mínimo destaca
que no hay "evidencias de que hayan caído las expectativas de
los asalariados con bajos sueldos"
- El
gabinete económico de CCOO maneja cifras similares a partir de los
metadatos de la EPA: en 2019 se crearon más de 400.000 empleos mientras se
redujeron otros tantos puestos cuyo sueldo estaba por debajo del SMI, que
aumentó un 22% ese ejercicio
pgarcia@infolibre.es @PabloGarciaB
Publicada el 13/09/2021 a las 06:00
Un camarero sirve
consumiciones en una terraza de Madrid. Europa Press
Un estudio académico reciente, publicado por la Universidad de
Harvard el pasado 20 de agosto y realizado por cinco
investigadores del University College de Londres, aborda directamente los
efectos de la introducción del salario mínimo en 2015 en Alemania, una medida
que la canciller Angela Merkel aceptó obligada por
sus socios del SPD y que fijó en 8,50 euros por hora trabajada.
Y sus conclusiones no avalan los dogmas neoliberales sobre el tema.
A lo largo de 70 páginas,
el estudio titulado Efectos de la reasignación del salario mínimo es
una oda a los éxitos de incorporar esta iniciativa en la economía de la primera
potencia europea.
Desde la síntesis inicial, los autores aseguran haber encontrado
en sus encuestas "que el salario mínimo aumentó los salarios y no
redujo el empleo".
"También", dicen a continuación los investigadores,
"llevó a [la masa total de] los trabajadores de estar peor a mejor
pagados, de empresas más pequeñas a más grandes, de centros de trabajo menos
productivos a más productivos".
Y lo más importante: habría beneficiado al 15% de
trabajadores peor pagados, viendo éste colectivo cómo mejoraban sus ganancias.
La tesis del trabajo de Harvard coincide con la negociación de los agentes sociales
en España, actualmente encallada por el rechazo de la patronal
CEOE a la intención del Ministerio de Trabajo de subir el SMI en 2021 algo
menos de 20 euros.
Y a buen seguro va a ser usado por los sindicatos para respaldar
un alza, pero también por el Gobierno, según indican algunas fuentes.
CCOO indica que maneja datos similares con relación a 2019
–cuando el SMI subió un 22%– basados en la Encuesta de Población Activa (EPA),
que publica trimestralmente el INE: se pierden empleos malos y se ganan empleos
buenos –entendiendo por buenos los que pagan más jornal–, y el saldo de puestos
de trabajo es positivo, explica el responsable del Gabinete Económico del
sindicato, Carlos Martín.
El estudio académico de Harvard solo ha trascendido en España en
alguna cabecera conservadora, que lo ha citado titulando que "el salario
mínimo cierra pymes y sube los precios".
Son conclusiones que no aparecen así reflejadas en la
investigación: para empezar, en ninguna parte se lee que hayan cerrado pequeñas
o medianas empresas, sino más bien que los trabajadores, tras la introducción
del SMI, son más proclives a cambiar estas por otras más grandes y, por ende,
más estables.
"El salario mínimo induce a los trabajadores con
salarios bajos a trasladarse a establecimientos que pagan un salario diario más
alto", se indica en el estudio.
Generalmente, pero no solo, a empresas más grandes. "La
mejora en los salarios diarios promedio refleja principalmente un movimiento
hacia establecimientos que ofrecen más trabajos de tiempo completo, pero
también hacia trabajos que pagan una prima salarial más alta al mismo tipo de
trabajador".
Los autores tildan este fenómeno de mejora de la
"eficiencia de asignación de los trabajadores".
En este sentido, la investigación señala que el 83% de la
subida salarial se debe al cambio de empresa del empleado en función del tamaño
(de una pyme a una grande), mientras que el 17% restante se debe a cobrar más
por hacer lo mismo habiendo cambiado de contratador, pero con un tamaño similar
a partir del número de trabajadores.
En ningún caso se calcula la desaparición de
pymes. "Nuestros hallazgos apoyan la idea de que el salario mínimo
ayudó a reducir la desigualdad salarial sin reducir el empleo", apunta el
estudio.
"Demostramos que un salario mínimo sacará fuera del mercado
a las empresas menos eficientes".
Según Carlos Martín, economista de CCOO, "lo que revela
este estudio es que, con un SMI, los trabajadores tienen más facilidad para
abandonar las empresas que los explotan laboralmente".
"La subida del SMI siega la mala hierba, que son las
empresas explotadoras", ironiza Martín.
Sobre la inflación, el estudio se limita a lanzar una
advertencia. "Aunque no hemos detectado ningún impacto preocupante del
salario mínimo, nuestros resultados no implican que no haya establecimientos o
trabajadores que perdieran como resultado de la introducción" de la
medida, puede leerse.
"El aumento de las salidas puede conducir a una mayor
concentración del mercado y a una reducción de la competencia, lo que
puede conducir a un encarecimiento de los productos".
Otro contratiempo podría ser que, a pesar de ingresar más,
debido a los cambios de empresa "la reasignación de trabajos con salarios
bajos a puestos mejor pagados se produjo a expensas del aumento del tiempo de
viaje".
Esto es, más tiempo dedicado a desplazarse, "lo que podría
dejar a algunos trabajadores en peor situación a pesar de ganar más".
Pero la frase siguiente despeja la incógnita, de acuerdo con las
averiguaciones del estudio:
"Sin embargo, si se ven a través de la lente de nuestro
modelo, nuestros hallazgos empíricos sugieren que el bienestar de los
trabajadores con salarios bajos mejoró después de la introducción del salario
mínimo". Otro espaldarazo sin fisuras.
La lista de parabienes dedicados al SMI alemán por los
académicos es arrolladora. Otros dos ejemplos son el aumento de la
productividad y el impacto negativo que el SMI tiene en las subcontratas, las
que peores condiciones laborales ofertan.
"Los salarios mínimos pueden potencialmente revertir las
tendencias en la subcontratación nacional, ya que los beneficios de la
subcontratación son más limitados cuando los salarios mínimos son más
altos".
La experiencia de subir el SMI en España
"No es necesario hablar de este estudio alemán para
erradicar el viejo dogma neoliberal según el cual la subida del
salario mínimo provoca una destrucción de empleo; algo más que
dudoso", afirma el catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de
Castilla-La Mancha, Antonio Baylos.
"En España hay una cultura que establece que la
riqueza empresarial va vinculada a la pobreza salarial. Es una vía
equivocada".
"Estamos es un momento de recuperación económica",
razona Baylos. "Necesitamos que los estratos más bajos salarialmente también
se incorporen a la media de renta salarial. Este aumento da un mayor poder
adquisitivo en términos de consumo de bienes de primera necesidad. Para
subir a 950 euros no hubo un sufrimiento del empleo".
Baylos se refiere a la subida del 22% del SMI que entró en vigor
en 2019, hasta los 900 euros.
Hace un par de meses, un informe del Banco de España que
analizaba los efectos de este incremento fue interpretado como un ataque a
dicho aumento, cuando en realidad lo que venía era
a respaldarlo.
El supervisor bancario indicó que se crearon en 2019 entre
80.000 y 180.000 empleos menos, pero también subrayó que más de 1,5 millones de
trabajadores (el 10% de la población activa) había visto aumentar su sueldo,
además de haber margen para más subidas –como la que plantea ahora la ministra
Yolanda Díaz– y porque, según expresaba el propio Banco de España, no
había una relación de "causa-efecto" entre destrucción de empleo y
SMI.
Finalmente, otro de los documentos en los que se apoya la
vicepresidenta segunda es la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE en
junio, según la cual en 2019 se redujo la desigualdad al
caer el índice de Gini 1,1 puntos.
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