Manipulación vs. ética: los derechos de las máquinas y los
neuroderechos
OPINIÓN. Columnista invitada (*) | Las acciones de las máquinas
fuera de los entornos controlados plantean espinosas cuestiones relativas a la
privacidad, el impacto ambiental, la ética, la seguridad personal y la
dignidad.
Por Viviana Díaz
Fecha de publicación: 19 de septiembre 2021, 05:28hs
Ciertamente las máquinas son objetos pasivos y no sujetos del
dilema ético, pero la controversia acerca de su legitimación jurídica, da lugar
a lo que David J. Gunkel denomina en su obra como Robot Rights.
Los soldados-robot por ejemplo, ¿en qué casos estarían
autorizados para matar? Las sombras de la tecnología crecen y se vuelven
peligrosas.
La Unión Europea (UE) prepara un borrador para regular los usos
permitidos de los mecanismos de inteligencia artificial (IA), y en él establece prohibiciones
para los sistemas de vigilancia masiva y las tecnologías que valoran a las
personas de forma predictiva.
Lo que ayer era ciencia ficción, hoy tiene un nombre: neuro-tecnología
La neuro-tecnología es la utilización de herramientas idóneas para
analizar e influir en el cerebro humano.
Una ciencia con múltiples usos positivos en el área de la
medicina, pero con sombras cuanto menos polémicas, que la convierten en
una fuente virulenta de violencia tecnológica.
Incluye simulaciones de modelos neurales, computadores
biológicos, aparatos para interconectar el cerebro con sistemas electrónicos y
mecanismos para medir y analizar la actividad cerebral.
Es muy importante poder gestionar nuestras reacciones, conocer
nuestro cerebro. Por: (Foto: Adobe Stock)
La posibilidad de conectar nuestro cerebro a una máquina puede
interferir en las decisiones cotidianas, entonces… ¿dónde está el
discernimiento?
Esta posibilidad de leer el cerebro y, en definitiva, poder
mejorar ciertas capacidades humanas, puede generar desigualdades,
discriminación, y una suerte de conflicto de intereses que requieren un régimen
normativo que regule el avance y la aplicación de la neuro-tecnología, por eso
hablamos de los neuro-derechos.
Liderado por Rafael Yuste, director del Proyecto BRAIN (“Brain
Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies”), cinco neuro-derechos fueron
propuestos para añadir en la Declaración Universal de DDHH de Naciones Unidas,
en el año 2019:
- a la
privacidad mental
- a la
identidad personal
- al libre
albedrío
- al acceso
equitativo al aumento de neuro-cognición
- a la
protección de sesgos algorítmicos
La posibilidad de leer el cerebro y, en definitiva, poder
mejorar ciertas capacidades humanas, puede generar desigualdades y
discriminación.
“Hubo un tiempo en el que buscábamos en Google, ahora
Google busca en nosotros”, sostiene Shoshana Zuboff en lo que denomina La era
del capitalismo de la vigilancia (Paidós).
La clave está en la dualidad que genera la neurociencia y en
cómo esta se amplifica valiéndose de la tecnología.
En este sentido, uno de sus conceptos clave es el de
los heurísticos, que son los atajos que toma nuestra mente a la hora de
enfrentarse ante una elección.
De forma general, dependemos de mecanismos predeterminados por
influencia cultural, por nuestras creencias, por nuestras características
psicológicas, o incluso por condiciones biológicas.
Es muy importante poder gestionar nuestras reacciones, conocer
nuestro cerebro y entrenar nuestra inteligencia para lograr mantener
nuestra esencia humana y utilizar las Tic como herramientas y no como
razón de ser de nuestra existencia.
Hay que saber distinguir aquellos factores que de forma
involuntaria interfieren en nuestra mente y que nos llevan a la irracionalidad,
prevenir la violencia tecnológica.
Hoy la prioridad es diseñar en forma inteligente un entorno laboral
en línea, para facilitar la empleabilidad y la mejora continua que la “nueva”
normalidad nos demanda frente al mal uso y el abuso de la tecnología.
El dilema manipulación vs ética, crece a un ritmo
vertiginoso, reaccionemos a tiempo, nuestra condición de humanos reclama
un escenario diferente.
(*) La doctora Viviana Laura Diaz es directora del Diplomado en
Formación Sindical de la Universidad Católica Argentina (UCA).
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