PROBLEMAS
GLOBALES APREMIANTES, RESPUESTAS GLOBALES SIN DEMORA
Por Federico Mayor Zaragoza*
Ahora, ya
impostergable, “Nosotros, los pueblos… hemos resuelto evitar a las generaciones
venideras”… tal como se inicia la Carta de las Naciones Unidas.
Es preciso, para ello,
plantear de nuevo con firmeza y visión de futuro las acciones que —¡deber
de memoria!— podrían reconducir las presentes tendencias y proporcionar a
escala mundial formas de gobernanza plenamente efectivas en el Antropoceno [la nueva era geológica
que surge tras el impacto global del ser humano]
Es imperativo para ello
eliminar el veto en las Naciones Unidas (78 años sin poder poner en práctica la
Carta) y en la Unión Europea (inhabilitada por el requisito de la unanimidad).
Andrea Rizzi publicaba el
martes día 10 de octubre en “El País” un artículo muy interesante y oportuno
titulado “Un frente explosivo en un mundo que se hunde en el desorden
global”.
Sólo si el multilateralismo
democrático permitiera a la Unión Europea adoptar decisiones sin el
requisito absurdo de la unanimidad (antítesis de la democracia), podrían
llevarse a cabo a escala mundial actuaciones muy rápidas y con fundamento
científico sobre el medio ambiente, la educación y conciencia de la ciudadanía,
cultura de paz y no violencia, atención a los más necesitados, emigrantes y
refugiados, narcotraficantes… que evitarían el declive actual.
Europa era la esperanza para
salvaguardar el multilateralismo democrático, para afianzar unas capacidades de
entendimiento y acción a escala mundial.
Está claro que ha llegado el
momento histórico e inaplazable de la acción. Otra demora podría aumentar las
situaciones de procesos irreversibles.
Sería el fracaso rotundo
de la humanidad, dotada de facultades distintivas que le permiten,
debidamente utilizadas, crear, inventar, resolver, en el contexto fascinante
del universo.
En las últimas décadas
una buena noticia: la discriminación por razón de género, etnia, creencia,
ideología… desaparece progresivamente y se establece la igual dignidad y la
capacidad de expresarse libremente gracias a la tecnología digital.
A pesar de los límites
infranqueables de la irreversibilidad progresiva, todavía es tiempo.
La juventud debe ser la gran
protagonista de los cambios que deben emprenderse sin dilación.
Los inmensos medios puestos
hoy a disposición de la gobernanza plutocrática y supremacista del G7 deben
trasladarse a un multilateralismo democrático eficiente para transformar el
mundo en su conjunto.
La adopción de una
Declaración Universal de la Democracia puede ser el punto de inflexión hacia la
nueva era.
La ciudadanía consciente es
la que debe, con sólidos conocimientos de causa, liderar la transición de la gobernanza
de los mercaderes a la de los seres humanos iguales en dignidad.
El propio Papa Francisco, en
su reciente exhortación apostólica sobre la crisis climática (4 de octubre de
2023) propone “Reconfigurar el multilateralismo. Hay que adoptar medidas que
cuenten con el compromiso de todos”.
La inteligencia artificial
debe hallarse siempre dirigida por la inteligencia natural. La deshumanización
progresiva sería un disparate.
Cada ser humano capaz de
revelarse, de argumentar, de imaginar nuevos caminos y puentes, nuestra
esperanza.
Los chips neuromórficos deben
utilizarse en la medida en la que pueden favorecer la ampliación del
conocimiento, y no restar, ni un ápice, las facultades distintivas de la
especie humana.
Toda reflexión agrietada por
imposiciones ideológicas o sectarias debe ser rápidamente contrarrestada por el
saber y la sabiduría.
La crisis migratoria, la
emergencia climática y la transformación digital son puntos esenciales que
deben abordarse con rapidez y conocimientos para las nuevas pautas
políticas y éticas.
A título de ejemplo de
soluciones reales para la emergencia climática, la fusión nuclear, fuente
inagotable de energía sin residuos.
Ahora es la voz de los
científicos, de los intelectuales, filósofos, escritores…, de las generaciones
amenazadas por el desbordante poder económico y militar la única que se
debe alzar y oírse.
El mismo Presidente
Eisenhower puso de manifiesto el supremo poder en los Estados Unidos del
“complejo bélico-industrial.
Ahora es el momento de la
democracia, de la fuerza de la razón, de la mediación… que debe instaurarse a
escala global para transitar de la plutocracia y el supremacismo a la nueva
era.
Ahora cultura —es decir,
comportamiento cotidiano— de paz e invención de nuevos rumbos. Es
inaplazable: la propia habitabilidad de la Tierra está en peligro.
Insisto, los diversos
conflictos bélicos actuales, la emergencia climática, la transformación
digital, la inserción social… son las grandes cuestiones que, de una vez, deben
abordarse a escala mundial.
Y sólo hay un camino: hacer
posible que, ¡por fin!, “Nosotros, los pueblos” asumamos las responsabilidades
que no se han ejercido durante tantos años.
Una gran coalición a escala
mundial de universidades e instituciones de arte y ciencia podría ser la voz
movilizadora para una ciudadanía consciente.
La prevención debe
convertirse en el objetivo supremo de la nueva gobernanza.
Un ejemplo muy concreto y
urgente lo estamos proponiendo actualmente a la consideración nacional e
internacional: de evitar el desarrollo de alteraciones patológicas que cursan
con gravísimo e irreversible deterioro neurológico en los neonatos, de tal
manera que, al ser derecho humano, se sitúe a nivel del Estado las acciones que
deben emprenderse.
Todos debemos colaborar para
que la ciudadanía no sea espectadora impasible de lo que acontece, sino actora
muy activa de las acciones que deben emprenderse para reconducir problemas
globales que en algunos casos ya han alcanzado —a pesar de las múltiples
advertencias de la comunidad científica y de las “Cumbres de la Tierra”,
siempre desoídas por el G7— los límites del no retorno:
· “Nosotros, los pueblos” unidos en una Red
global de universidades e instituciones artísticas y científicas, vamos a
actuar con prontitud y sabiduría para abordar, antes de que sea demasiado
tarde, las presentes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en su conjunto.
· La seguridad territorial debe a partir de
ahora incluir a la seguridad humana (alimentación, agua potable, salud,
educación, medioambiente) y conferir prioridad, en todos los órdenes, a la
efectiva puesta en práctica, en su 75 aniversario, de la Declaración de los
Derechos Humanos.
Que cada uno reflexione sobre
la irresponsabilidad inadmisible en la que incurriríamos si no reaccionamos con
firmeza para reconducir las actuales tendencias.
No lo olvidemos: ahora el
pueblo ya tiene voz. Procuremos que no tenga que recurrir al grito.
13 de octubre de 2023
…………………………………….
*Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934) Doctor en
Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid (1958), ha sido catedrático
en diferentes universidades españoles y ha desempeñado numerosos cargos
políticos, entre otros el de ministro de Educación y Ciencia
(1981-82). Entre 1987 y 1999 fue director general de la Unesco.
Actualmente es presidente de la Fundación para una Cultura de
Paz. Texto enviado a Other News por la oficina del autor
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