PAULO FREIRE Y LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO
DR. JAVIER OCAMPO
LÓPEZ
Profesor Doctorado
Historia de la Educación Latinoamericana. Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia RUDECOLOMBIA.
2. PAULO FREIRE Y LA PEDAGOGÌA DEL
OPRIMIDO
El mundo educativo de la década de los setenta en el siglo XX,
conoció y estudió la obra ´”Pedagogía del Oprimido” del educador brasilero
Paulo Freire, la cual escribió en Chile cuando su autor estaba desterrado por
el gobierno militar del Brasil, y la publicó en México en 1970, cuando visitó
al educador Iv·n Illich y al Grupo de Meaux, en el Centro Intercultural de
Documentación de Cuernavaca, CIDOC, de alta investigación educativa.
Esta obra es una de las más estudiadas sobre la educación
popular en el mundo, y ha tenido traducción en más de 20 idiomas.
Según sus ideas educativas, nuestro pueblo latinoamericano vive
en la opresión por fuerzas sociales superiores, “los grupos opresores”, que no
permiten su liberación.
La pedagogía tradicional, apropiada para las clases superiores,
que llama Freire, “educación bancaria” para privilegiados, debe cambiarse por
una pedagogía para los oprimidos, con una visión crítica del mundo en donde
viven.
El mundo de los oprimidos busca su liberación y lucha contra sus
opresores. En todos sus anhelos de cambio, tiene la oposición de quienes tienen
el poder, la riqueza y la tierra.
Cuando los oprimidos en América Latina lucharon por la Reforma
Agraria, para poseer tierras y ser propietarios, encontraron la oposición de
los opresores.
Asimismo en la educación, pues solamente se llega a ella en su
plenitud y calidad con la “educación bancaria”, propia para los privilegiados,
y muy difícil para los oprimidos.
Paulo Freire señala que la liberación para los oprimidos tendrá
un parto muy doloroso. Cuando el oprimido alcance su liberación, será un “Hombre
nuevo”, y lo deseable es que alcance a una sociedad de armonía en la justicia
social, y en donde el bienestar de las gentes no esté basado en la dominación y
explotación que hacen unos hombres sobre otros.
3
VÈase la obra de TORRES, Carlos Alberto. (comp).( 2001): Paulo Freire y la
agenda educativa latinoamericana en el siglo XXI. Buenos Aires, CLACSO. 4
FREIRE, Paulo. (1970):Op. Cit, p·g. 36. 5 IbÌdem, p·g. 36. 6 IbÌdem, p·g.39. 6
4 En su obra “Pedagogía del oprimido”, el educador Freire dice
que las masas oprimidas deben tener conciencia de su realidad y deben
comprometerse, en la praxis, para su transformación.
En ello tiene gran solución la educación, pues la pedagogía del
oprimido busca crear conciencia en las masas oprimidas para su liberación.
La alfabetización del oprimido debe servir para enseñarle, no
solamente las letras, las palabras y las frases, sino lo más importante, ´la transmisión
de su realidad y la creación de una conciencia de liberación para su transformación
en un “hombre nuevo”.
La nueva pedagogía de los oprimidos tiene un poder político para
que con conciencia social pueda enfrentar a la dominación opresora y buscar la transformación
social y política de esa realidad.
Por ello, los nuevos trabajos educativos deben buscar que el
oprimido tome conciencia de su situación de opresión y se comprometa en la
praxis con su transformación.
Los oprimidos luchan contra la cultura de la dominación, señalando
que en esta lucha se llega a la violencia. Cuando el opresor obstaculiza al
oprimido para que busque su afirmación como persona, comete un acto de
violencia.
Sin embargo, a pesar de esta violencia, es importante la lucha
de los oprimidos para llegar a la liberación y alcanzar la altura de un “hombre
nuevo”.
Paulo Freire recalca en su obra “Pedagogía del oprimido”, sus
ideas por los opresores, para quienes, “el valor máximo” radica en el tener más
y cada vez más, a costa, inclusive del hecho de tener menos, o simplemente no
tener nada de los oprimidos.
Ser, para ellos, es equivalente a tener y tener como “clase
poseedora”
7. Ahogarse en su propia riqueza es un derecho inalienable de la
clase dominante - escribe Freire -, y lo justifica con decir de los pobres que “son
incapaces y perezosos”.
Por ello, la actividad constante de los opresores es “controlar permanentemente
a los oprimidos” y desvalorizar todas sus actuaciones, para dominarlos con más
seguridad.
Para que el oprimido se libere, necesita la acción; pero esta
debe ser con reflexión crítica y con verdadera conciencia sobre la realidad. Si
ello no ocurre, la acción para la liberación se vuelve activismo.
La clase dominante ha creado una serie de mitos que reflejan su
visión sobre la opresión. Paulo Freire señala los mitos de los opresores y su
relación con los oprimidos.
*** El mito de que la clase dominante defiende
… el orden en la libertad;
… el respeto a los derechos humanos;
… el derecho de todos a la educación;
… el mito de la igualdad de clases sociales;
… el mito de que la rebelión del pueblo es un pecado en contra
de Dios.
El mito de la propiedad privada como fundamento del desarrollo
de la persona humana, en tanto se considere como personas humanas solo a los
opresores.
El mito del heroísmo de las clases opresoras, como guardianes
del orden que encarna la “Civilización Occidental Cristiana” a la cual defiende
de la barbarie materialista.
El mito de su caridad, de su generosidad, cuando lo que hacen,
en cuanto clase, es un mero asistencialismo que se desdobla en el mito de la
falsa ayuda, el cual, a su vez, en el plano de las naciones, mereció una severa
crítica de Juan XXIII.
8 EDUCACIÓN BANCARIA
El educador Paulo Freire en la Pedagogía del oprimido hace una crítica
a la educación tradicional de los opresores, que llama ´”Educación bancaria”.
En este tipo de educación, el maestro es el sujeto de la
educación y el educando es el receptor que recibe todos los contenidos de la
sabiduría.
La tarea del maestro es llenar a los educandos con los
contenidos de sus conocimientos.
En esta concepción bancaria de la educación, el buen educador es
el que mejor vaya llenando los recipientes en los depósitos de los estudiantes.
Y ser· el mejor educando, el que se deje llenar dócilmente los
recipientes y los aprenda con mucha memorización.
Los estudiantes de la educación tradicional son pasivos; reciben
muchos conocimientos, los cuales son guardados y archivados.
El dueño de la información es el educador, que es quien sabe,
pues los educandos serán los que no saben. Esta educación forma agentes dóciles
de los opresores.
Se educa para una vida bajo control de los opresores, quienes
estarán tranquilos porque saben que los educandos se están formando en una
educación tradicional, “con seres más adecuados al mundo gobernado por los
opresores”.
Por ello, para los opresores, una educación que piense auténticamente
en la realidad, es peligrosa para la sociedad tradicional.
Por ello, dice Freire, los opresores siempre estarán presentando
dificultades cuando los educandos van descubriendo su propia realidad.
Los opresores siempre estarán dificultando al máximo el
pensamiento auténtico.
Para el educador brasilero, la educación tradicional o “educación
bancaria” de los opresores, no permite la conciencia de la realidad y la
liberación de los educandos.
Esta educación sirve a la clase dominante y deja a los oprimidos
en la oscuridad.
Ante ello, propuso una nueva educación que debe dar más
importancia a los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Los educandos se convierten en educandos-educadores, y los
educadores se convierten en educadores educandos.
Una nueva dinámica educativa, pues los educadores no son
mensajeros de los opresores y son los que educan con una “educación problematizadora”, con actos permanentes de
descubrimiento de la realidad.
8
IbÌdem, p·g. 178-179. 9 IbÌdem, p·g.73. 6 6
La pedagogía problematizadora de Freire, se empeña en la
desmitificación a través del diálogo para descubrir y comprender la realidad.
El diálogo en la educación permite compartir las ideas de unos
con otros y lleva a la socialización; contrario a la individualización en el
aprendizaje, muy propia de la educación tradicional o “educación bancaria”, que
es individualista.
Con el diálogo se llega a la comprensión del mundo y de su
realidad; pero este diálogo debe presentar un profundo amor al mundo y a los
hombres. La misma revolución es un acto de amor.
El diálogo hace necesaria la investigación científica y pedagógica
con la cual se llega a la creatividad y a la transformación, que no es el
derecho de una clase, sino de todos los hombres.
El diálogo y la investigación son de trascendencia para la educación
Liberadora, que también da importancia a la conciencia histórica, como un
camino fundamental para el conocimiento de la auténtica realidad
10. El educador Paulo Freire recalca que el verdadero diálogo se
hace con amor al mundo y a los hombres.
Así dice en su obra “Pedagogía del oprimido”:
*** Cada vez nos convencemos más de la necesidad de que los
verdaderos revolucionarios reconozcan en la revolución un acto de amor, en
tanto es un acto creador y humanizador.
Para nosotros, la revolución que no se hace sin una teoría de la
revolución y por tanto sin conciencia, tiene algo irreconciliable con el amor.
Por el contrario, la revolución que es hecha por los hombres es hecha en nombre
de su humanización.
En el diálogo es importante que los líderes revolucionarios
tengan amor, fe y confianza en el pueblo. Los maestros y líderes
revolucionarios no pueden estar distantes de las masas oprimidas, sino mantener
un diálogo permanente sobre su acción.
Así expresa: “Ninguna pedagogía realmente liberadora puede
mantenerse distante de los oprimidos.”
Señala Freire que para trabajar con las masas es indispensable
partir de estas y no de los propios deseos del líder.
Así expresa:
“Nuestro papel no es hablar al pueblo sobre nuestra visión del
mundo, e intentar imponerla a Él, sino dialogar con Él sobre su visión y la
nuestraª12.
Este diálogo con el pueblo no debe ser con lenguaje demasiado
intelectual, sino muy popular para que llegue verdaderamente a las masas
populares.
Un lenguaje muy académico crea una barrera lingüística entre el
líder y el pueblo. Por ello, el lenguaje debe ser muy sencillo y muy apropiado
para hablar con el pueblo.
No se puede permitir que el líder popular en la pedagogía de la
liberación, transmita e imponga sus ideas a las masas populares, para que Estas
sigan sus ideas y derroteros, como en la “educación bancaria” o tradicional.
Se debe llegar al verdadero diálogo con amor, compenetración y
con la ayuda de las masas populares para la solución de los problemas.
Para Paulo Freire, la pedagogía liberadora sirve a la liberación,
contrastándola con la pedagogía bancaria o tradicional que sirve a la opresión.
Según sus ideas, los hombres son del quehacer con dinámica en la
actividad, y no con una posición estática e inmóvil.
Ese quehacer dinámico no es propio de la educación tradicional o
bancaria, que es estática, sino con la “Educación Liberadora”, cuyo dinamismo
puede llevar a los pueblos a una revolución social con la participación de los
oprimidos que conforman las masas populares. 3. L
10
IbÌdem, p·g. 91. 11 IbÌdem, p·g.102. 12 IbÌdem, p·g.111. 6 7
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