NIETZSCHE Y EL LENGUAJE
Autor: Nazareno
Moreira Finkelstein
*** "No existen hechos, sólo interpretaciones"
(Nietzsche, Póstumos, IV, 7 [60])
Esta frase de Nietzsche que algunos conocen bien, otros quizás
no, es a mi parecer una de las más importantes dentro de la filosofía
nietzscheana, incluso para la historia de la filosofía.
El lenguaje es clave en la obra de Nietzsche y a continuación lo
veremos.
Partiendo de un artículo de Alpizar Muciño sobre Nietzsche y el
lenguaje, vamos a entrar en el núcleo de la filosofía del pensador alemán.
Se trata sobre la idea general del lenguaje como medio para
encubrir la realidad en Nietzsche.
También se harán algunas menciones sobre los medios de
comunicación para dar cuenta del alcance en nuestra época.
La primera aclaración que hay que hacer, puesto que Nietzsche es
muy crítico, es lo que él considera como lenguaje por una parte y, por otra, el
análisis del lenguaje que utiliza.
En efecto, el estilo del discurso nietzscheano no es una
cuestión literaria sino vital.
Su sentido poético y filosófico corresponde a una forma de ser,
mientras que su método de investigación es un estilo de existencia. Vamos a ir
viendo pasajes que cita Muciño para que esto quede reflejado.
“Solo amo lo que se ha escrito con la propia sangre. Escribe con
sangre y aprenderás que la sangre es espíritu.” Dice Nietzsche en Así Habló
Zaratustra.
También es importante dar cuenta que al mismo tiempo que se
repara en las nociones de Nietzsche, trataremos de abordar la vigencia del
pensamiento nietzscheano respecto al lenguaje, por eso dará con algunos tópicos
de los medios de comunicación como ya se ha dicho.
De las primeras tesis que podemos partir, es que para Nietzsche,
*** “el lenguaje no es un producto individual o colectivo”.
Nietzsche afirmaba que el pensamiento consciente no es posible
sino a través del lenguaje, esto es desde cualquier perspectiva, incluso la
lógica.
Los conocimientos filosóficos son formulados a partir de un
lenguaje y según Nietzsche, muy cercano a Kant en este sentido, una de las
tareas de la razón es analizar esos conceptos que son elaborados por el hombre
mismo y que aparentemente no tienen nada que ver con la realidad exterior.
Los griegos consideraban que el desarrollo del pensamiento
consciente es perjudicial para el lenguaje. Hay decadencia del lenguaje cuando
la cultura se adelanta.
Con esto que se acaba de mencionar, empezamos a ver que es una
visión muy extraña la que comúnmente se tiene, es decir, puede que entendamos
que el desarrollo del pensamiento tanto como el de la cultura sea provechoso
para el lenguaje.
Pero Nietzsche irá contra esa visión común y dirá que el origen
del lenguaje es inconsciente y que tiene su génesis en los instintos.
Si pensamos en el conocimiento científico, notamos que se va
generando una perfección en los sistemas de comunicación que no se reducen a
los lenguajes populares.
Pero el problema del origen del lenguaje para Nietzsche, es si
surge como institución, ya que es una formación arbitraria, o si el elemento
sonoro depende del contenido conceptual.
Según el filósofo alemán “la génesis del lenguaje es un impulso
interno como el momento de la madurez, el empuje del embrión hacia el
nacimiento”.
Lo que tenemos aquí es el origen del lenguaje, algo muy
característico en las obras de Nietzsche respecto a los análisis genealógicos.
El punto es que el lenguaje aparece como producto de la
necesidad, o que es el resultado de un instinto o un impulso, aquí podemos
notar lo que dijimos al principio, que no es una cuestión literaria sino vital.
*** Ahora bien, si es una necesidad vital, ¿es la necesidad de
comunicarse?
En otra cita de Nietzsche se afirma que “todo arte comporta un
determinado grado de retórica”
Esta tesis se circunscribe no solo al arte, sino a todo tipo de
discurso: radio, televisión, prensa escrita y la publicidad.
Son evidentes los desarrollos de los medios informativos en
nuestro siglo, y estos textos de Nietzsche nos pueden acercar al estudio del
lenguaje y de las ciencias de la comunicación.
Este autor clasifica el arte en dos grupos y dice: “el arte leal
y el arte desleal.
En general, el arte presuntamente objetivo no es más que un arte
desleal. La retórica es más leal pues admite su voluntad de engañar.”
Con lo dicho nos preguntamos hasta qué punto es válido persuadir
a nuestro interlocutor, si bien es cierto que el impacto del mensaje es lo que
causa la aceptación o rechazo de una serie de ideas, Muciño plantea entonces, por
qué no persuadir.
Y es que está siguiendo a Nietzsche, para quien el hombre no le
tiene miedo a la mentira, sino a los perjuicios que pueda tener el ser
engañado.
Esto que plantea se encuentra expuesto en el ensayo de
Nietzsche, "Sobre Verdad y Mentira en sentido extra-moral", dónde
describe a la verdad como una invención del hombre y un ejército de metáforas.
El hombre a diferencia de los animales, no posee garras ni
grandes dientes, sino el intelecto.
El intelecto humano de acuerdo a Nietzsche, tiene como efecto
general el engaño y desarrolla sus fuerzas principales fingiendo.
Lo hace para no caer en su insignificancia y falta de sentido en
el mundo, pero al mismo tiempo porque se quiere mantener firme ante los demás
individuos que tanto por necesidad o hastío desean vivir en sociedad. El
intelecto entonces aparece como al servicio de la paz.
Hay una perspectiva hobbesiana de Nietzsche acerca del
"hombre como un lobo para el hombre" en donde surge la necesidad de
un pacto y con ello un impulso hacia la verdad.
Vale decir que esto no contiene ningún aspecto moral sino que es
por hábito. Es decir, la verdad aparece a partir de un instinto de conservación
que el intelecto mismo crea fingiendo que posee conocimiento, cree que posee
verdad para lograr la protección de los individuos que viven gregariamente.
Se inventan designaciones válidas y obligatorias mediante leyes
proporcionadas por el lenguaje, y con este surgimiento de la verdad aparece
también por vez primera la mentira.
En este sentido por un lado comprendemos verdades que en
realidad son mentiras, pero las adoptamos porque nos son beneficiosas para
nuestra propia conservación y por ello son favorables, mientras que por otra
parte, tenemos mentiras que son desechadas y así se quedan porque son perjudiciales.
Por eso a los hombres no les importa tanto el engaño como las
consecuencias del mismo. No se trata de una postura amoral, sino más allá del
bien y del mal, por eso es extra-moral, lo que parece es situarse por fuera
para ver cómo son estas cuestiones.
Por ello la persuasión retórica cobra gran importancia para
Nietzsche, porque destaca su valor de engaño.
En nuestra sociedad de consumo, los planteamientos nietzscheanos
se captan con mayor amplitud, ya que el valor retórico por el cual somos persuadidos
se halla en diseño gráfico de carteles, revistas, libros, periódicos, spots de
radio, televisión, cine, y en suma, en todo proceso de comunicación.
También hay discursos “críticos” que pretenden combatir la
persuasión, pero sin embargo utilizan el mismo método.
No hay un solo texto que se libre de ella. Parece un campo de
batalla, aquí es cómo participan las voluntades de poder en una lucha por la
verdad.
Leamos la siguiente cita de uno de los Póstumos de Nietzsche:
*** "La voluntad de poder interpreta:
… en la formación de un órgano se trata de una interpretación;
… la voluntad de poder delimita, determina grados, diferencias
de poder.
*** Meras diferencias de poder no podrían aún sentirse como
tales:
… tiene que haber allí un
algo que quiere crecer que interprete a todo otro algo que quiere crecer
respecto de su valor.
*** En verdad la interpretación es ella misma un medio para
hacerse señor de algo.
*** El proceso orgánico presupone un permanente
INTERPRETAR". (Póstumos, IV, 2 [148])
Ya podemos ir entendiendo la frase del subtítulo sobre los
hechos e interpretaciones; la voluntad de poder, parece consistir en voluntad
de verdad, en una voluntad de imponerse, voluntad de imponer una verdad.
(Pensemos en Michel Foucault y los discursos)
Básicamente si la verdad es una invención producto del lenguaje,
lo que hay es muchas de voluntades de imponerse a través de la retórica y la
persuasión.
Planteado esto, podemos analizar cómo utilizar el lenguaje que
surge como necesidad de comunicarse.
Dice Nietzsche:
*** “Toda relación interhumana tiende a que cada uno pueda leer
en el alma del otro;
… la lengua común es la expresión sonora del alma común. *** Cuánto
más íntima y sensible sea esta relación, mayor será la de la lengua.” }
Para entablar una relación con el otro, es necesario que exista
un sistema de símbolos que sirva como intermediario para saber si el contenido
de su alma es semejante o diferente al mío, para “saber”, para identificarme o
para alejarme del otro por sus ideas o sentimientos, es necesario que exista un
lenguaje que haga la función de enlace.
Incluso para el monólogo interno, para el pensamiento y la
reflexión se necesita del lenguaje porque como dice Nietzsche
*** “cuanto menos se reconoce más se enmudece y, en este
silencio forzoso, tanto más se le empobrece y empequeñece el alma”.
En esta cita se puede apreciar la retórica, el aspecto poético y
metafórico de Nietzsche, y que tal alusión que hace hacia la reflexión interna,
no sería del estilo racionalista.
Para Nietzsche, los acontecimientos están por encima de las
cosas que podemos comunicar por medio de las palabras.
*** “En todos los discursos hay algo de desprecio” nos dice, “el
lenguaje no ha sido inventado sino para cosas mediocres, vulgares,
comunicables. Con el lenguaje el que habla empieza a vulgarizarse.”
Aquí se puede reparar en el concepto de vivencias, las cuales
nos corresponden exclusivamente a nosotros, son lo más original que tenemos y
muchas no se pueden comunicar por medio de un lenguaje lógico, ya sea oral o
escrito, pero se puede lograr a través de la empatía.
Muciño difiere de Nietzsche en este aspecto, para él las
vivencias humanas se pueden comunicar aunque tal vez no de manera total, la
muestra de ello puede ser una obra de arte.
La intensidad vivencial momentánea es posible que no pueda
expresarse con palabras.
Nuevamente, si consideramos cómo los medios de comunicación
evolucionan, estos se enriquecen y las distancias entre los hombres parecen
mermar.
Desde una perspectiva sociológica podemos decir que cuanto más
comunes son estas vivencias entre los hombres y las distancias se acortan, esas
vivencias también son menos originales, menos personales.
Es decir, a través de los medios de comunicación podemos estar
sintiendo o pensando lo mismo, tales cuestiones pueden que estén moldeadas en
su producción para un fácil consumo de los productos.
Es así que se puede notar la noción individualista del
pensamiento de Nietzsche que en su aspecto estético destaca a la música.
*** “la música como suplemento del lenguaje: la música reproduce
estímulos y situaciones enteras de estímulos que el lenguaje no puede
representar”, que no es ningún suplemento, es un lenguaje que logra manifestar
estímulos y sensaciones que no se encuentran en la literatura, cine o en otro
tipo de discursos. En este punto podemos
destacar el valor de los sentidos en Nietzsche.
Dentro de todo este desarrollo, tenemos que hacer mención a otro
factor muy importante que es el de la metáfora.
Habíamos dicho que Nietzsche es ambiguo respecto a cómo
considera del lenguaje y al uso como un modo de existencia.
Nietzsche escribe con metáforas y de modo poetizante. Mientras
que el filósofo se esfuerza por pensar en conceptos, parece que las imágenes
son una forma de pensar de los instintos que recrea imágenes.
El hecho de recrear imágenes en el pensamiento es propio de los
artistas, entre ellos los poetas, pero esto no implica que sea ilógico, lo que
utilizan es una lógica diferente.
Por eso el concepto de metáfora cobra tal relevancia para este
filósofo alemán; porque considera que no se puede alcanzar la verdad absoluta,
siempre se está próximo a ella y la metáfora viene a ser una especie de
inclinación a la verdad.
Es importante mencionar las objeciones que se pueden hacer a
estos enunciados a las que Nietzsche intenta dar cuenta, porque ¿qué lugar
ocupa la lógica entonces?
“Todas las figuras retóricas (es decir, la esencia del lenguaje)
son silogismos falsos”
¿Por qué? Porque son generalizaciones, formulaciones lógicas que
hablan de situaciones que no refieren al hecho concreto, sino de un
pre-supuesto.
Hasta acá, tenemos que para Nietzsche el lenguaje es instintivo,
surge como necesidad de comunicación, podemos agregar que en “Sobre verdad y
mentira” lo describe, en principio, como un impulso nervioso, posteriormente
imágenes y en tercer lugar un salto al sonido.
Con esto ya podemos comprender tal vez la tesis más importante
para lo que abordamos y que se halla en el “Crepúsculo de los ídolos”:
*** “en el lenguaje y en la filosofía las ilusiones son
inicialmente inconscientes y muy difíciles de reducir al plano de la
conciencia”
Esto es en lo que Freud encuentra apoyo en el pensamiento
nietzscheano, nos referimos a lo inconsciente.
Al considerar que el lenguaje no es una transcripción literal de
la realidad como generalmente se cree, porque el lenguaje en muchas ocasiones
no es una copia sino un indicio, un signo.
Existen emociones, vivencias que efectivamente no pueden
cifrarse de manera exacta con un lenguaje que maneja las estructuras de la
lógica tradicional.
Nos queda ver algunas críticas más pero podemos ir entendiendo
las conclusiones.
No hay lenguaje separado de la retórica, todo intento de
comunicar es un intento de convencer, de persuadir:
*** No existe un mensaje “desinteresado”. Todo proceso
comunicativo pretende hacer común algo que ya se tiene.
También el lenguaje es una convención social, al generalizar una
serie de fenómenos que tienen parecido, sin analizar las circunstancias
específicas de cada acontecimiento, nos lleva a falsear la realidad, por ello
el lenguaje no puede develarnos la realidad, el lenguaje es metafórico,
comparativo; la sinonimia nos impide tratar con propiedad cada fenómeno.
Lenguaje y verdad son indisociables, las verdades esquemáticas,
“objetivas”, como en nuestra cotidianidad y como lo pretende la ciencia
positiva no puede escapar de la subjetividad.
Verdad y lenguaje están íntimamente ligados entre sí “las leyes
del lenguaje facilitan las primeras leyes de la verdad”
Según Nietzsche, el origen del lenguaje es ilógico, en la
génesis del lenguaje no existe un proceso lógico igual que todo el material en
el cual y con el cual trabajará y construirá más adelante el hombre de la
verdad.
Alpizar Muciño: más que ilógico, apuesta por decir que la
realidad de donde proceden los estímulos es inconsciente, porque el hecho de
que la naturaleza no se rija por una lógica clásica o dialéctica, no equivale a
decir que la realidad no tenga su propia lógica, su propio sentido.
Pero una de las críticas nietzscheanas al lenguaje es que pierda
su carácter vital, su carácter particular cuando se convierte en general.
La palabra se recuerda y se asocia a experiencias parecidas y se
adapta a fenómenos diferentes, por lo que puede concluirse que todos los
conceptos surgen por igualación de lo desigual.
Con lo dicho podemos reparar algunas nociones sobre lo que es
entonces un concepto, que ya mismo es una palabra.
La palabra árbol por ejemplo; nos designará un concepto del
árbol olvidando sus diferencias. Más específicamente hablando, si pensamos en
un roble, lo que hacemos pues, es designar al roble como un árbol pero siempre
desde una diferencia.
Tal como el concepto de humanidad u hombre, en donde pasamos por
alto las diferencias y particularidades de cada individuo.
Los conceptos se forman por casos no iguales y así nos sirven
universalmente. Olvidamos su singularidad pero lo familiarizamos con el resto a
los cuales se parece para someterlo al concepto árbol.
Esto es importante porque entonces aquí sí pasaríamos a
comprender ciertas verdades en un ámbito moral.
Cuando decimos que un roble es un árbol porque es más o menos
semejante a otro, así también denominamos otras verdades como lo que podría ser
respecto al bien con acciones que se asemejan al concepto del bien, que suele
tomarse como si existiera un arquetipo primigenio del bien.
Pero debemos decir que la naturaleza no sabe de árboles, formas
y demás, y tampoco del bien, ni de conceptos, sino que son meros
antropomorfismos de los cuales nos servimos para nuestro beneficio, utilidad y
para explicar la compleja realidad de una forma simplificada.
También hacemos mención del lenguaje matemático, la física, la
lógica o en síntesis, el lenguaje de signos. Ellos nos sirven como medios para
poder explicar la naturaleza del hombre y el mundo que le rodea.
Son falsedades, pero necesarias al fin y que el hombre monta en
su carro. Aquí el hombre se separa de las impresiones intuitivas y se eleva por
encima del animal por su capacidad de disolver una figura en un concepto. Esto
le permite crear toda una realidad.
Nietzsche menciona las castas y grados dentro de una sociedad,
leyes, privilegios, por lo tanto hay una instancia reguladora e imperativa de
la verdad, incluso de la ciencia.
En esto se admira al hombre como un poderoso constructor.
Generalmente la retórica de los medios masivos descansa en esta
generalización de los hombres intuitivos que se nutren de imágenes, de allí el
famoso adagio de que una imagen dice más que mil palabras, aunque no se diga
nada y la frase quedaría mejor con: una imagen persuade.
Según Nietzsche, la retórica prefiere la persuasión a la
enseñanza, pero cabe preguntar, ¿no es la enseñanza otro tipo de persuasión?
Sabemos que Platón la desdeñaba, Aristóteles, Anaxímenes,
Diógenes Laercio, Quintiliano y muchos otros desarrollaron la retórica, aunque
sus concepciones eran diferentes. Hubo quienes la consideraron una ciencia,
otros un arte.
Para Nietzsche, “la retórica es la ciencia del bien decir, o
bien distinguiendo sus partes, es la ciencia de la invención, de la disposición
y de la evolución correctas”.
Todo discurso es retórico. Cuando pensamos la retórica en
sentido peyorativo según los clásicos griegos y romanos, olvidamos que la
función del discurso era seducir al oído.
En el siglo XIX el discurso era dirigido al lector, actualmente
con la radio y la televisión, el fundamento retórico se retoma del discurso
griego, obviamente con sus propias variantes.
La concepción de retórica para designar los medios de un arte
inconsciente en el lenguaje y en su formación, incluye un perfeccionamiento, y
cuánto más se perfeccionan los lenguajes, mayores son los elementos
persuasivos.
Por ejemplo: los mensajes subliminales en la publicidad, un
recurso que penetra de manera directa en el inconsciente.
El mensaje no nos invita a la reflexión, impacta de tal manera a
los sentidos que nos lleva al nivel de los instintos y de las pasiones.
Nietzsche nos recuerda a Parménides cuando dice que “el lenguaje
es la retórica porque únicamente pretende transmitir una doxa, no una
episteme”.
Pero Alpizar Muciño tiene una visión más optimista y como ya ha
dicho antes, cree que puede ser posible una transmisión de vivencias y
emociones, como también de conformar un conocimiento objetivo aunque sea con
aproximaciones.
Además, considera la retórica como un instrumento, una
característica de todo lenguaje, pero que no se debe confundir la parte con el
todo. La considera como un atributo importante.
Una de las pretensiones del hombre es conocer del modo más
exacto posible, de la manera más íntegra la realidad, pero en esas andamos,
dice Muciño, hay avances, errores pero el conocimiento sigue evolucionando.
Para concluir retomamos las nociones fundamentales; según
Nietzsche,
… el lenguaje es instintivo, está constituido por las vivencias
individualizadas, únicas;
… el lenguaje tiene un fundamento vital, es ilógico, pasión,
nervio, desbordamiento,
… no es un cúmulo de sabidurías almacenadas, sino la
manifestación de un ser “pensante” que expresa lo que ha visto, lo que ha
percibido,
… el lenguaje puede entenderse como una manifestación, la
respuesta a una necesidad,
… se puede aceptar que la génesis del lenguaje es un impulso
humano por querer comunicarse.
En cuanto a su origen el lenguaje tiene dos facetas:
… la primera es una facultad del hombre que surge de una
necesidad de comunicarse;
… la segunda es una convención, porque las lenguas, los idiomas
ya existen, ya están cifrados.
El lenguaje como todo lo creado por el hombre tiene
posibilidades, pero también tiene límites.
El pensamiento consciente, la reflexión, solo es posible a
través del lenguaje. Ninguna consciencia humana pude concebirse sin lenguaje.
El lenguaje no se reduce a la retórica.
No confundir la parte con el todo, es importante. No hay que
llegar a los extremos, nuestro lenguaje debe decir cosas de nuestro ser
individual y de la realidad, pero no es conveniente hablar exclusivamente de lo
nuestro o solo de la realidad externa.
Lenguaje y verdad son indisociables, se complementan, aunque el
objeto ontológico de la verdad es diferente al lenguaje, es posible que el
origen del lenguaje sean los impulsos, tal vez hasta inconscientes, el problema
está en el paso de lo inconsciente a lo consciente, de lo ilógico a lo lógico.
Para Nietzsche, el lenguaje es vital, por ningún motivo está
dispuesto a sacrificar lo individual por lo colectivo, se resiste a aceptar la
generalización.
El lenguaje pasional generalmente llega a los instintos, al
alma, nos dice más de los hombres individuales, el lenguaje racional nos dice
más de la sociedad, del hombre masa.
Cierra Muciño con la perspectiva de que el lenguaje sí logra
expresar epistemes, aunque hay lenguajes que solo forman opinión; en el proceso
educativo se utilizan lenguajes que no solo se manifiestan en el plano de la
doxa, sino que se llega a la episteme misma; el lenguaje es uno de los
múltiples medios que nos aproxima a la comprensión y al conocimiento de la
realidad, no es un conocimiento absoluto, total ni definitivo, sí aproximado.
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