PRETENDE CONVERTIR EL PAÍS EN UNA ECONOMÍA DE ENCLAVE - ¿QUÉ ES
EL RIGI Y POR QUÉ ES UN PLAN MALDITO?
Autor: Por Alfredo Zaiat - 12 de mayo de 2024
El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones va a
contracorriente de la tendencia mundial de reindustrialización.
*** No sirve como plataforma de desarrollo.
*** No promueve la industria nacional.
*** No mejora el perfil productivo ni la sustentabilidad fiscal
y del sector externo.
*** No deja ni un dólar de exportaciones en el país.
*** No debería tener otro destino que el rechazo total en el
Senado.
El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), en caso de aprobarse en el Senado o con modificaciones luego en Diputados, acelera el camino de la colisión de la economía de Milei contra el muro de la restricción externa.
Una de las chances de relajar la escasez relativa de divisas,
origen de grandes crisis en la economía argentina, se encuentra en la
posibilidad de desarrollar áreas de explotación de hidrocarburos (Vaca Muerta,
Palermo Aike en Santa Cruz y offshore en la Costa Atlántica en la zona de Mar
del Plata) y de minerales (litio, cobre, potasio, oro, plata).
Existen investigaciones que estiman cuántos dólares adicionales
pueden ingresar en la economía con una estrategia de desarrollo
nacional con salida exportadora.
Uno de ellos, un trabajo colectivo e interdisciplinario,
conducido por Daniel Schteingart, plantea la oportunidad de duplicar
exportaciones hasta 2030.
El plan elaborado en el gobierno anterior se llama Argentina
Productiva 2030 con el objetivo de sumar un total de 180 mil millones de
dólares hasta este año.
El incremento de las ventas al exterior nace de varios sectores.
Se destacan los de energía, servicios basados en el conocimiento, del turismo,
de la minería, del agropecuario y de la industria automotriz, forestal y
petroquímica.
La mitad de estos 94 mil millones de dólares adicionales de
exportaciones corresponde a la energía, minería y agroindustria, tres
actividades cuyas inversiones están en condiciones de ingresar en el RIGI.
El RIGI convertirá a la Argentina en una guarida fiscal
y que tendrá efectos casi irreversibles por la cesión de la soberanía jurídica a
favor del tribunal arbitral (parcial) del Ciadi dependiente del Banco Mundial.
Ahora se avanza en otra faceta del RIGI referida a la
transformación en una economía de enclave.
En caso de aprobarse en el Senado o con modificaciones luego en Diputados, el RIGI acelera el camino de la colisión de la economía de Milei contra el muro de la restricción externa. Imagen: NA:
LOS DÓLARES DE EXPORTACIÓN NO QUEDARÁN
¿Por qué el RIGI atenta con la meta de aflojar las presiones que
vienen del sector externo por la falta de dólares?
Porque los proyectos de inversión que adhieran a este régimen de
promoción no tendrán la obligación de ingresar los dólares de exportación a
partir del tercer año, plazo mínimo en el cual se estima empieza a madurar las
inversiones.
La obligación de liquidación de divisas en el Mercado Único
Libre de Cambios es de 80% el primer año y 60% el segundo año, según el RIGI.
Como se mencionó, el tiempo hasta que este tipo de proyectos de
inversión generan dólares en cantidad es de varios años, por lo tanto resulta
insignificante este requisito.
Ni un dólar de exportación de los nuevos proyectos de inversión
ingresará a la economía argentina. No servirán para abastecer de divisas a la
plaza local ni aliviará las tensiones del crítico sector externo.
Santiago Liaudat y Gustavo Atencio escribieron en APU (Agencia
Paco Urondo) un detallado artículo sobre
el RIGI, y respecto a la cuestión de las divisas aseguran que "es posible
prever efectos negativos sobre la balanza comercial y cambiaria".
Explican que el régimen favorece las importaciones y garantiza
el acceso de las divisas en el mercado de cambios local para pagarlas, mientras
que las divisas producto de las exportaciones no tienen obligación de ser
ingresadas al país.
El resultado es que lejos de mejorar la balanza de pagos de la
Argentina, el RIGI producirá su empeoramiento.
SIN DÓLARES NO HAY PARAÍSO
Sin el ingreso constante de dólares (comerciales y financieros)
el proyecto de Milei enfrentará dificultades.
El ministro de Economía, Luis Caputo, todavía no
pudo cumplir con la promesa de conseguir dólares en cantidad de fondos de
inversión internacionales.
No está convenciendo al FMI de cerrar un nuevo acuerdo que
implique unos 15 mil millones de dólares adicionales.
Los otros dos relevantes organismos financieros multilaterales
(BID y Banco Mundial) no muestran vocación de ampliar la cartera de asistencia
al país.
El aporte millonario de capitales árabes, que en momentos de
campaña electoral el entonces candidato presidencial Milei ofrecía como prueba
en su celular, no ha aparecido.
Ni los dólares de la cosecha gruesa están siendo liquidados con
la intensidad esperada por Caputo y Milei porque productores y protagonistas
del complejo agroexportador desean un tipo de cambio real efectivo más elevado,
devaluación y/o reducción de retenciones que fueron rechazadas en más de una
oportunidad por el oficialismo.
El RIGI se convierte entonces en la principal vía de seducción a
capitales extranjeros para traer dólares al país para inversiones en condiciones privilegiadas para la
explotación de recursos naturales.
LA DESESPERACIÓN PARA CONSEGUIR DÓLARES CON EL RIGI
La apuesta del gobierno de Milei es que el Régimen de Incentivo
a las Grandes Inversiones se transforme en la reforma estructural que permita
destrabar esos flujos y, con esto, le otorgue el factor de estabilidad central
al plan económico.
El reciente informe de la consultora PxQ de Emmanuel
Álvarez Agis ofrece un análisis demoledor sobre esta pretensión
oficial.
Dice que el RIGI entrega blindaje a los dólares nuevos respecto
al control de cambios vigente. Las divisas involucradas en estos proyectos
entonces están excluidas de todas las restricciones para la cuenta capital.
Detalla que una de las importantes exenciones refiere a la
obligación de ingresar los dólares provenientes de nuevos financiamientos
externos por el mercado oficial de cambios.
Si los dólares involucrados en los nuevos financiamientos
externos no deben ser vendidos al Banco Central y si, además, las actividades
involucradas son capital-intensivas con requerimientos de importación de bienes
de capital de magnitud, entonces
::: ¿de dónde surgen las divisas que van a reforzar las reservas
con un horizonte de mediano plazo y que permitan la estabilización económica?
::: La respuesta que brinda es contundente: "de ningún
lado".
Para agregar que la falla de diseño del plan oficial apoyado en
el RIGI es que, al eliminar la obligatoriedad de liquidar las divisas al Banco
Central, ni los dólares del financiamiento externo ni los futuros dólares de
las mayores exportaciones permitirán cerrar la brecha externa, por la sencilla
razón de que esos dólares nunca ingresarán a la economía argentina.
EL RIGI ES UN ESCÁNDALO
Martín Reydó, director ejecutivo
de Fundar, escribió en el
portal Cenital que lo más relevante de la ley Bases no son las reformas
impositiva, laboral o el blanqueo.
Afirma que el núcleo de la propuesta oficialista se encuentra en
el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones.
Consiste en un programa, por un período de 30 años, de
beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros, para atraer inversiones
extranjeras en los sectores minero, petrolero y gasífero. También están
incluidas inversiones agropecuarias.
El plan consagra un patrón de especialización productiva del pías
como exportador de recursos naturales, con multinacionales dominando "la
crema del negocio y sin ninguna articulación con el entramado productivo
nacional o el sistema de innovación".
Para definir que se marcha de este modo a una
"economía de enclave pura y dura".
El régimen ofrece una ventana de oportunidad de dos años, con la
posibilidad de prorrogarlo por dos más a criterio del Poder Ejecutivo,
para proyectos de inversión mayores a 200 millones de dólares.
Sentencia que "ata al Estado argentino de pies y manos
durante 30 años para capturar rentabilidades extraordinarias y hacer política
de desarrollo productivo.
Una combinación de privilegios al capital y de restricciones al
bien colectivo que no hace ningún país serio del mundo".
LOS BENEFICIOS SON:
* Reducción de la
alícuota de ganancias de 35% a 25%.
* Amortización
acelerada.
* Retenciones cero a
todas las exportaciones que surjan de las inversiones.
* Arancel cero a la
importación de maquinarias (nuevas y usadas) y bienes de capital.
* Ningún requisito de
compre nacional ni ahora ni nunca.
* Requisitos de
liquidación de divisas en el Mercado Único Libre de Cambios de sólo el 80% el
primer año, 60% el segundo año y cero en el tercer año de la inversión.
Reydó concluye:
"Es el régimen más generoso de la historia del país.
Con una novedad absoluta: sin ninguna condición a cambio. Ni hoy ni nunca.
Porque los treinta años de estabilidad prohíben cualquier cambio tanto a nivel
nacional como provincial y municipal. El pacto Roca-Runciman se
sonrojaría".
MILEI VA A CONTRA-CORRIENTE DEL MUNDO
Los economistas de CEPA elaboraron
un documento sobre el RIGI.
Uno de los aspectos mencionados es que Milei no tiene plan
productivo y, si bien dice ser anarco-capitalista, "su plan económico
tiene similitudes con las premisas del Consenso de Washington, el paradigma
económico que se impartió desde los organismos multilaterales de crédito a
fines de los años '80 con eje en el fundamentalismo del mercado".
Ese mundo hoy no existe y la irrupción de China y los satélites
asiáticos como potencias industriales, la interrupción en la cadena de
suministros con la pandemia y el reordenamiento de la geopolítica con la guerra
de Rusia y Ucrania, han reactualizado debates y desafíos de la política
industrial a nivel global.
Hasta el FMI se está ocupando del tema con un
sesgo crítico pero sin desconocer el giro de las estrategias nacionales de
Estados Unidos, Unión Europea y China.
En el blog del organismo los economistas Anna Iliyina, Ceyla
Pazarbasioglu y Michele Ruta publicaron "La política industrial
está de vuelta, pero acertar con ella no es fácil".
El RIGI va a contramano de lo que están haciendo países que
están promoviendo el desarrollo nacional de la mano de la reindustrialización
de cadenas de valor o de fortalecimiento de las existentes.
El informe del CEPA destaca el caso de Estados Unidos
con la política industrial, que se ha convertido en política de Estado.
Antes Donald Trump y después Joe Biden han
implementado medidas de política industrial con las leyes “CHIPS Act”,
“Bipartisan Infrastructure Law” y “Inflation Reduction Act” con el objetivo de
hacer frente a la competencia de China y robustecer el entramado industrial
estadounidense.
Estas leyes brindan importantes incentivos fiscales a cambio de
que las empresas se radiquen en suelo estadounidense.
Alcanzan tecnologías como el hidrógeno, la manufactura de
baterías, la energía nuclear y la electro-movilidad.
QUÉ ESTÁN HACIENDO OTROS PAÍSES
El reporte del CEPA también menciona la Unión Europea que
ha lanzado la política industrial con el Pacto Verde, que busca mantener la
capacidad industrial en Europa y preservar empleos manufactureros.
El plan es por 225.000 millones de euros del fondo de
recuperación y resiliencia y 72.000 millones de euros del fondo de cambio
climático.
Alcanza tecnologías renovables (con foco en la energía eólica),
el hidrógeno, la manufactura de baterías y la electro-movilidad.
El informe indica otros casos de políticas industriales
desplegadas en el mundo:
* Digital New Deal de
Corea del Sur.
* Industria Conectada
de España.
* Impresa 4.0 de
Italia.
* Next Wave of
Manufacturing de Australia.
* Make in India de
India.
* New Industrial
Strategy de Reino Unido
El Brasil de Lula está
realizando inversiones públicas masivas para impulsar su política industrial. A
través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil otorgará
créditos subsidiados por 271 mil millones de reales, aportes no reembolsables
por 21 mil millones y realizará inversiones de capital por otros 8 mil
millones.
A diferencia de las escasas inversiones en proyectos de
movilidad sustentable en Argentina, las empresas BYD, Stellantis, Toyota y Great
Wall Motors (China) acumulan más de 15.000 millones de dólares entre
inversiones finalizadas, en ejecución y anunciadas en Brasil
EL NUEVO CONSENSO DE WASHINGTON
No deja de sorprender la escasa capacidad del gobierno de Milei
de observar los cambios que se están produciendo a nivel global, incluso en la
estrategia de Estados Unidos, país al que se ha abrazado en forma incondicional
en términos geopolíticos.
Sigue repitiendo los postulados del Consenso de
Washington de la década del '90 cuando ha habido un cambio en la
visión estadounidense para su economía doméstica como también acerca de la
expansión hacia el exterior.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake
Sullivan, describió la política económica internacional de la
administración estadounidense, en una presentación del 27 de abril del año
pasado, a la que denominó el "Nuevo Consenso de Washington".
Uno de los aspectos destacados refiere a que el retroceso
relativo de Estados Unidos en relación a China se originó en sostener los
lineamientos del anterior Consenso de Washington, cuyo resultado fue des-industrialización
y deterioro acelerado de las clases medias (trabajadores), al tiempo del
incremento acelerado de las fortunas de los ricos.
Sullivan afirmó que había un conjunto de ideas que defendía la
reducción de impuestos y la desregulación, la privatización y la liberalización
del comercio como un fin en sí mismo.
Señaló que el supuesto era que los mercados siempre asignan el
capital de manera productiva y eficiente, sin importar lo que hicieran otros
países.
Aquí aparece una revisión importante de la mirada
estadounidense, que lo hace fundamentalmente por el avance de China:
::: "En nombre de la eficiencia del mercado simplificada en
exceso, cadenas de suministro completas de bienes estratégicos, junto con las
industrias y los empleos que los producían, se trasladaron al extranjero.
::: Y el postulado de que una profunda liberalización del
comercio ayudaría a Estados Unidos a exportar bienes fue una promesa que se
hizo pero no se cumplió".
NO HAY CAMBIOS ÚTILES PARA EL PROYECTO DE ECONOMÍA DE ENCLAVE
Este nuevo consenso deja atrás el libre comercio y flujos de
capital, y la no intervención del Estado en la economía.
Lo reemplaza con la idea de una "estrategia
industrial".
Esta consiste en que los gobiernos subsidian la
reconstrucción industrial (la de punta, tecnológica y de energía
limpia).
Los recursos para hacerlo se obtienen de una mayor carga
impositiva sobre las grandes empresas (combate a la evasión y guaridas
fiscales), para así cumplir con "los objetivos nacionales".
Algunos legisladores y economistas proponen realizar cambios al
RIGI en el Senado al evaluar que la Argentina necesita de un plan de atracción
de inversiones para impulsar la productividad y el crecimiento.
Pero el RIGI no lo es desde la concepción hasta cada una de las
condiciones, y cualquier maquillaje no podrá ocultarlo.
El RIGI va a contra-corriente de la tendencia mundial.
::: No sirve como plataforma del desarrollo económico.
::: No promueve la industria nacional.
::: No mejora el perfil productivo ni la sustentabilidad fiscal
y del sector externo.
::: No debería tener otro destino que el rechazo y archivo como
muestra de la pretensión de Milei de arrojar al país a la maldición de una
economía de enclave.
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