9 razones para renunciar a tu trabajo actual e irte a vivir a Suiza
¿Qué sabe la gente de a pie sobre Suiza?
Con suerte no lo confundirán con Suecia, algunos asociarán el nombre con bancos internacionales y tal vez algunos podrán tener alguna postal de su capital Zurich.
Sin embargo, desde una perspectiva económica, Suiza no es sólo un paraíso fiscal sino un modelo del balance entre la vida laboral y la “real”, la de los afectos, e incluso, si se quiere, la del ocio.
Chantal Panozzo vivió y trabajó algunos años en Suiza, y escribió en Vox acerca de las diferencias entre el mercado laboral helvético y estadunidense. Estas son algunas cosas que podemos aprender:
1) Más valor por tu tiempo
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el trabajador suizo promedio percibe el equivalente anual a $91,574 dólares (cifras de 2013), mientras que el trabajador promedio en Estados Unidos percibe $55,708.
Sin embargo, en EU es necesario trabajar 219 horas más cada año por un salario comparativamente menor.
Dicho de otra manera, menos tiempo en la oficina te deja más dinero en el banco.
2) La importancia del tiempo libre
Si el tiempo de un trabajador suizo “vale” más, también su tiempo de ocio.
Panozzo cuenta que en la agencia donde trabajaba sus colegas se mofaban de ella por comer rápidamente un sandwich durante la hora de comida.
De hecho, la “hora” de comida puede extenderse un poco más si estás nadando en un lago o saliste a ver las montañas.
Según Panozzo, “la hora del almuerzo es sagrada en Suiza”, e incluso ocurre que las parejas se reúnen para comer entre semana (¡como a principios del siglo XIX!)
Además, pasar tiempo con la familia no implica gastar dinero.
Un fin de semana en cualquier ciudad del mundo transcurre alrededor de las tiendas o centros comerciales, pero en Suiza las tiendas suelen cerrar en domingo.
La lógica del tiempo libre transcurre alrededor de los deportes de nieve y las actividades familiares en exteriores.
3) Los trabajos de medio tiempo tienen prestaciones
La cultura laboral suiza (al igual que sus famosos relojes) gira en torno al óptimo aprovechamiento del tiempo, por lo que un trabajador de jornada parcial tiene los mismos beneficios que uno de tiempo completo, incluyendo vacaciones pagadas y ahorro para pensión en uno de los dos sistemas disponibles.
A diferencia de otros lugares, en Suiza los tiempos parciales o medios tiempos no son oportunidades de “foguear” (i.e. explotar) a jóvenes aprendices sin experiencia a cambio de un pago ínfimo.
La cantidad de trabajo que uno está dispuesto a hacer va en proporción al salario y al tiempo libre.
Las vacantes suelen incluir el porcentaje de tiempo a la semana que uno está dispuesto a pasar disponible para sus empleadores.
4) La equidad de género no es “cuota de género”
Según Panozzo, las parejas pueden organizar el tiempo que pasan en la oficina y en sus casas atendiendo hijos de manera mucho más equitativa cuando pueden decidir cuánto tiempo trabajan.
“Una pareja casada que conocí trabajaba 80% [de la semana] cada uno, lo que implicaba poder pasar un día de entre semana en casa con su hijo, limitando el tiempo de guardería a tres días por semana, mientras ambos seguían sus carreras profesionales.”
Un artículo del New York Times afirma que el 81% de las mujeres suizas trabajan, contra el 69% de las mujeres en EU.
5) El desempleo no es el fin del mundo
Quedarse sin trabajo, para muchos freelancers y empleados, implica replantear de la noche a la mañana una serie de condiciones bajo altos niveles de estrés.
Sin embargo, si te despiden en Suiza, el gobierno te da entre el 70 y el 80% de tu último salario durante un periodo de hasta 18 meses; bajo esta lógica, el dinero no es el motor de la vida, sino simplemente una de sus herramientas.
Nadie debería ser penalizado con quedarse sin dinero sólo por el hecho de no tener trabajo, ¿no?
6) Los impuestos se calculan de acuerdo al ingreso
La mayoría de los países tasa sus impuestos según altos porcentajes que merman el salario neto de los trabajadores; en Suiza un trabajador promedio paga sólo el 5% de su ingreso anual en impuestos, con un máximo de 35%.
El sistema permite que la mayor parte del ingreso se quede en los bolsillos de los trabajadores, permitiendo la vieja tradición del ahorro.
7) Las vacaciones no son un privilegio (y son casi obligatorias)
Algunas compañías ofrecen hasta seis semanas de vacaciones al año, aunque el límite legal son cuatro.
Esto sin contar que la semana de Navidad-Año Nuevo la mayoría de las empresas cierran, lo que abona una semana más.
Muchos suelen tomar vacaciones en porciones de dos semanas cada seis meses; después de todo, un número creciente de estudios afirma que el ocio y el tiempo de descanso permiten mantenerse productivos por más tiempo.
8) No es necesario tener un auto
La inversión de un automóvil no es solamente el pago del precio comercial del vehículo (que comienza a depreciarse en el momento en que sale de la agencia), sino también los pagos de seguro, gasolina, reparaciones, estacionamiento, y en países retrógradas como México, tenencia vehicular.
¿Para qué necesitamos un auto?
Digamos que sobre todo para transportarnos de nuestra casa al lugar de trabajo.
En Suiza, esta necesidad está cubierta gracias al efectivo sistema de transporte, que funciona con precisión y calidad.
Pero uno necesita un auto si quiere salir de la ciudad, ustedes dirán… El tren de alta velocidad de Zurich te deja en París en sólo tres horas y media.
Se estima que 21% de las familias suizas no poseen un auto, contra 9.2% de las estadunidenses.
9) Permisos de maternidad de 14 semanas
Tener un bebé en Estados Unidos puede costar por lo menos $30 mil dólares, con menos de dos días de estancia en hospital, y sin seguridad de que los empleadores paguen permisos de maternidad.
En Suiza, el costo de un parto promedio es de $3 mil dólares, la estancia hospitalaria puede durar hasta cinco días, y las 14 semanas obligatorias de permiso a las madres incluyen 80% del salario.
Además es posible negociar la cantidad de tiempo que las nuevas madres pasan en el trabajo sin que eso ponga en riesgo su posición laboral ni su carrera a largo plazo.
Seguro no todo es miel y hojuelas en Suiza: es uno de los lugares más caros del mundo para vivir, y no es raro que existan manifestaciones racistas contra los inmigrantes ilegales.
Tal vez estas no sean suficientes razones para renunciar a tu trabajo e irte a vivir a Suiza, pero sí para hacernos reflexionar sobre las condiciones laborales en Latinoamérica comparadas con otras economías.
No es suficiente que nuestros políticos prometan (sin cumplir) mayores tasas de empleo o alzas ínfimas al salario mínimo: debemos aprender a negociar y a vivir en parámetros distintos al capital económico.
La calidad de vida no es solamente el valor adquisitivo, sino también el tiempo libre, la oportunidad de aprender nuevas cosas y de pasar momentos de calidad con nuestra familia.
Más que desear un ingreso cuantioso, deberíamos luchar por dejar de ser esclavos de nuestros empleos.
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