Añadir título |
“ESTAMOS ANTE LA AMENAZA DE UNA EXTINCIÓN Y LA GENTE NI SIQUIERA LO SABE”
POR JEREMY RIFKIN
El sociólogo Jeremy Rifkin
(Denver, 1945), que se define como activista en favor de una transformación
radical del sistema basado en el petróleo y en otros combustibles fósiles,
lleva décadas reclamando un cambio de la sociedad industrial hacia modelos
más sostenibles.
Asesor de gobiernos y corporaciones
de todo el mundo, ha escrito más de veinte libros dedicados a proponer fórmulas
que garanticen nuestra pervivencia en el planeta, en equilibrio con el
medio ambiente y también con nuestra propia especie.
---¿Cuál cree que será el
impacto de la pandemia de la COVID-19 en el camino hacia la tercera revolución industrial?
-No podemos decir que esto
nos haya cogido por sorpresa. Todo lo que nos está ocurriendo se deriva
del cambio climático, del que han venido advirtiendo los investigadores y
yo mismo desde hace tiempo.
Hemos tenido otras
pandemias en los últimos años y se han lanzado advertencias de que algo
muy grave podría ocurrir.
La actividad humana ha
generado estas pandemias porque hemos alterado el ciclo del agua y el
ecosistema que mantiene el equilibrio en el planeta.
Los desastres naturales–pandemias,
incendios, huracanes, inundaciones…– van a continuar porque la temperatura
en la Tierra sigue subiendo y porque hemos arruinado el suelo.
Hay dos factores que no
podemos dejar de considerar: el cambio climático provoca movimientos de
población humana y de otras especies; el segundo es que la vida animal y
la humana se acercan cada día más como consecuencia de la emergencia climática
y, por ello, sus virus viajan juntos.
---Es esta una buena
oportunidad para extraer lecciones y actuar en consecuencia, ¿no cree?
-Ya nada volverá a ser
normal. Esta es una llamada de alarma en todo el planeta. Lo que toca
ahora es construir las infraestructuras que nos permitan vivir de una
manera distinta. Debemos asumir que estamos en una nueva era. Si no lo hacemos,
habrá más pandemias y desastres naturales. Estamos ante la amenaza de una
extinción.
---Usted trabaja, estará
trabajando estos días, con gobiernos e instituciones de todo el mundo. No
parece que impere el consenso respecto al futuro inmediato.
-Lo primero que debemos
hacer es tener una relación distinta con el planeta. Cada comunidad debe
responsabilizarse de cómo establecer esa relación en su ámbito más
cercano. Y sí, tenemos que emprender la revolución hacia el Green New Deal
global, un modelo digital de cero emisiones; tenemos que desarrollar
nuevas actividades, crear nuevos empleos, para reducir el riesgo de nuevos
desastres.
La globalización se ha terminado,
debemos pensar en términos de glocalización. Esta es la crisis de nuestra
civilización, pero no podemos seguir pensando en la globalización como
hasta ahora, se necesitan soluciones glocales para desarrollar las
infraestructuras de energía, comunicaciones, transportes, logísticas, …
---¿Cree que durante esta
crisis, o incluso cuando se rebaje la tensión, los gobiernos y las empresas
tomarán medidas en esa dirección?
-No. Corea del Sur está
combatiendo la pandemia con tecnología. Otros países lo están haciendo.
Pero no estamos cambiando nuestro modo de vida. Necesitamos una nueva visión,
una visión distinta del futuro, y los líderes en los principales países no
tienen esa visión. Son las nuevas generaciones las que pueden realmente
actuar.
---Usted plantea un cambio
radical en la forma de ser y de estar en el mundo. ¿Por dónde empezamos?
-Tenemos que empezar con la
manera en la que organizamos nuestra economía, nuestra sociedad, nuestros
gobiernos; por cambiar la forma de ser en este planeta.
La nuestra es la civilización
de los combustibles fósiles. Se ha cimentado durante los últimos 200 años en la
explotación de la Tierra. El suelo se había mantenido intacto hasta que
empezamos a excavar los cimientos de la tierra para transformarlo en gas,
petróleo y carbón. Y pensábamos que la Tierra permanecería allí siempre,
intacta. Hemos creado una civilización entera basada en el uso de los fósiles.
Hemos utilizado tantos
recursos que ahora estamos recurriendo al capital de la tierra en vez de
obtener beneficios de ella. Estamos usando una tierra y media cuando solo
tenemos una. Hemos perdido el 60% de la superficie del suelo del planeta;
ha desaparecido y se tardará miles de años en recuperarlo.
---¿Qué les diría a quienes
creen que es mejor vivir el momento, el aquí y el ahora, y esperan que en el
futuro vengan otros para arreglarlo?
-Estamos realmente ante un
cambio climático, pero también a tiempo de cambiarlo. El cambio climático
provocado por el calentamiento global y las emisiones de CO₂ altera el ciclo del agua de la tierra. Somos el planeta del agua,
nuestro ecosistema ha emergido y evolucionado a lo largo de millones de años
gracias al agua.
El ciclo del agua permite
vivir y desarrollarse. Y aquí está el problema: por cada grado de
temperatura que aumenta como consecuencia de las emisiones de gases de
efecto invernadero, la atmósfera absorbe un siete por ciento más de precipitaciones
del suelo y este calentamiento las fuerza a caer más rápido, más
concentradas y provocando más catástrofes naturales relacionadas con el
agua. Por ejemplo, grandes nevadas en invierno, inundaciones en primavera
por todas las partes del mundo, sequías e incendios en toda la temporada
de verano y huracanes y tifones en otoño barriendo nuestras costas.
---Las consecuencias se irán
agravando con el tiempo.
-Nos enfrentamos a la sexta
extinción y la gente ni siquiera lo sabe. Dicen los científicos que van a
desaparecer la mitad de todos los hábitats y animales de la tierra en ocho
décadas. Ese es el marco en el que estamos, nos encontramos cara a cara
con una extinción en potencia de la naturaleza para la que no estamos
preparados.
---¿Cuán grave es esa
emergencia global? ¿Cuánto tiempo nos queda?
-No lo sé. He sido parte de
este movimiento en favor del cambio desde los años 70 y creo que se nos ha
pasado el tiempo que necesitábamos. Nunca volveremos dónde estábamos, a la
buena temperatura, a un clima adecuado…
El cambio climático va a
estar con nosotros por miles y miles de años; la pregunta es: ¿podemos
nosotros, como especie, ser resilientes y adaptarnos a ambientes
totalmente distintos y que nuestros compañeros en la tierra puedan tener
también la oportunidad de adaptarse?
Si me pregunta cuánto
tiempo nos llevará cambiar a una economía no contaminante, nuestros científicos
en la cumbre europea del cambio climático en 2018 dijeron que nos quedaban
12 años; ya es menos lo que nos queda para transformar completamente la
civilización y empezar este cambio.
La Segunda Revolución
Industrial, que provocó el cambio climático, está muriendo. Y es gracias
al bajo coste de la energía solar, que es más rentable que el carbón, el petróleo,
el gas y la energía nuclear. Nos estamos moviendo hacia una Tercera
Revolución Industrial.
---¿Es posible un cambio de
tendencia global sin EE UU de nuestro lado?
-La Unión Europea y China
se han unido para trabajar conjuntamente y Estados Unidos está avanzando
porque los estados desarrollan las infraestructuras necesarias para
lograrlo. No olviden que somos una república federal. El gobierno federal
solo crea los códigos, las regulaciones, los estándares, los incentivos;
en Europa sucede lo mismo: sus estados miembros han creado las
infraestructuras.
Lo que ocurre en Estados
Unidos es que prestamos mucha atención al señor Trump pero, de los 50
estados, 29 han desarrollado planes para el desarrollo de energías
renovables y están integrando la energía solar.
El año pasado en la
conferencia europea por la emergencia climática, las ciudades estadounidenses
declararon una emergencia climática y ahora están lanzando su Green New
Deal. Están sucediendo bastantes cambios en Estados Unidos. Si tuviéramos
una Casa Blanca diferente sería genial pero, aún así, esta Tercera
Revolución Industrial está emergiendo en la UE y en China y ha comenzado
en California, en el estado de Nueva York y en parte de Texas.
---¿Cuáles son los
componentes básicos de esos cambios tan relevantes en diferentes regiones del
mundo?
-La nueva Revolución
Industrial trae consigo nuevos medios de comunicación, energía, medios de
transporte y logística. La revolución comunicativa es Internet, como lo
fueron la imprenta y el telégrafo en la Primera Revolución Industrial en
el siglo XIX en Reino Unido o el teléfono, la radio y la televisión en la
segunda revolución en el siglo XX en Estados Unidos.
Hoy tenemos más de 4 000
millones de personas conectadas y pronto tendremos a todos los seres
humanos comunicados a través de Internet; todo el mundo ahora está conectado.
En un periodo como el que vivimos, las tecnologías nos permiten integrar a
un gran número de personas en un nuevo marco de relaciones económicas.
El Internet del
conocimiento se combina con el Internet de la energía y con el Internet de
la movilidad. Estos tres Internet crean la infraestructura de la Tercera
Revolución Industrial. Estos tres Internet convergerán y se desarrollarán
sobre una infraestructura de Internet de las cosas que reconfigurará la
forma en que se gestiona toda la actividad en el siglo XXI.
---¿Qué papel van a jugar
los nuevos agentes económicos en la formación de ese nuevo modelo económico y
social?
-Estamos creando una nueva
era llamada glocalización. La tecnología cero emisiones de esta tercera
revolución será tan barata que nos permitirá crear nuestras propias
cooperativas y nuestros propios negocios tanto física como virtualmente.
Las grandes compañías
desaparecerán. Algunas de ellas continuarán pero tendrán que trabajar con
pequeñas y medianas empresas con las que estarán conectadas por todo el
mundo. Estas grandes empresas serán proveedoras de las redes y trabajarán juntas
en lugar de competir entre ellas.
En la primera y en la
segunda revolución, las infraestructuras se hicieron para ser
centralizadas, privadas. Sin embargo, la tercera revolución tiene
infraestructuras inteligentes para unir el mundo de una manera glocal,
distribuida, con redes abiertas.
---¿De qué forma afecta la
superpoblación a la sostenibilidad del planeta en el modelo industrial?
-Somos 7 000 millones de
personas y llegaremos muy pronto a 9 000 millones. Esa progresión, sin
embargo, se va a terminar. Las razones para ello tienen que ver con el
papel de las mujeres y su relación con la energía.
En la antigüedad las
mujeres eran esclavas, eran las proveedoras de energía, tenían que
mantener el agua y el fuego.
La llegada de la electricidad
está íntimamente relacionada con los movimientos sufragistas en América;
liberó a las mujeres jóvenes, que iban a la escuela y podían continuar su
formación hasta la universidad. Cuando las mujeres se volvieron más autónomas,
libres, más independientes, hubo menos nacimientos.
---No parece usted
optimista y, sin embargo, sus libros son una guía para un futuro sostenible. ¿Tenemos
o no un futuro mejor a la vista?
-Todas mis esperanzas están
depositadas en la generación milenial. Los mileniales han salido de sus
clases para expresar su inquietud. Millones y millones de ellos reclaman
la declaración de una emergencia climática y piden un Green New Deal.
Lo interesante es que esta
no es como ninguna otra protesta en la historia, y ha habido muchas, pero
esta es diferente: mueve esperanza, es la primera revuelta planetaria del
ser humano en toda la historia en la que dos generaciones se han visto
como especies, especies en peligro. Proponen eliminar todos los límites y
fronteras, los prejuicios, todo aquello que nos separa; empiezan a verse
como una especie en peligro e intentan preservar a las demás criaturas del
planeta.
Esta es probablemente la
transformación más trascendente de la conciencia humana en la historia.
La versión original de esta entrevista fue publicada en el número 113 de la Revista Telos, de Fundación Telefónica.
Tomada de "REVISTA LA DEFENSA" de la Federación Argentina de Colegios de Abogados [F.A.C.A.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario