“La sociedad del rendimiento está dominada en su totalidad por el verbo modal poder, en contraposición a la sociedad de la disciplina, que formula prohibiciones y utiliza el verbo deber.
A partir de un determinado punto de productividad, la palabra deber se topa pronto con su límite.
Para el incremento de la producción es sustituida por el vocablo poder.
La llamada a la motivación, a la iniciativa, al proyecto, es más eficaz para la explotación que el látigo y el mandato.
El sujeto del rendimiento, como empresario de sí mismo, sin duda es libre en cuanto que no está sometido a ningún otro que le mande y lo explote; pero no es realmente libre, pues se explota a sí mismo, por más que lo haga con entera libertad.
El explotador es el explotado.
Uno es actor y víctima a la vez.
La explotación de sí mismo es mucho más eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad.
Con ello la explotación también es posible sin dominio.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario