“Si el esclavo ignora la muerte de su presente y puede encontrar placer y felicidad en él, cesa de constituir el poder liberador de la historia.
La historia de la liberación llega a su fin con el esclavo
feliz, ya que su deseo de libertad no se opone más al deseo de poder de su amo.
El aspecto amenazador de la sociedad tecnológica se encuentra
aquí exactamente por su habilidad de unificar los opuestos, haciendo al esclavo
un ser agradecido a su amo por los bienes que puede disfrutar en su cautividad.
El amo cesa de ser el poder que debe ser resistido y se vuelve
el “dador” de la vida del esclavo. Él se torna el dios del esclavo…”
(Rubem Alves, Teólogo; “Religión, ¿opio o instrumento de liberación?,
1973, p. 176) Publicó: “Roberto Murcia” en pag. “Byung Chul-han – su pensamiento”
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