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martes, 9 de agosto de 2022

DERECHO Y PODER *** NORBERTO BOBBIO: ENTRE EL DERECHO Y LA POLÍTICA (II) NORBERTO BOBBIO: ENTRE EL DERECHO Y LA POLÍTICA (II)* PODER * *** FILOSOFÍA POLÍTICA Y JURÍDICA *** PODER DE HECHO Y DE DERECHO *** NORMA VÁLIDA *** NORMA EFICAZ ***EL PODER SIN DERECHO ES CIEGO *** EL DERECHO SIN PODER QUEDA VACÍO *** VALIDEZ DE NORMAS ESPECÍFICAS *** EFICICACIA DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO *** DEBER SER Y SER DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO *** ¿QUÉ ES ANTES, EL PODER O LA NORMA JURÍDICA? *** ¿CÓMO SE CONQUISTA Y CÓMO SE EJERCE EL PODER?


NORBERTO BOBBIO: ENTRE EL DERECHO Y LA POLÍTICA (II) NORBERTO BOBBIO: ENTRE EL DERECHO Y LA POLÍTICA (II)* PODER *

Los fragmentos que se transcriben a continuación han sido tomados textualmente de las ediciones referenciadas en la bibliografía.

 

“Poder y derecho son las dos nociones fundamentales de la filosofía política y de la filosofía jurídica respectivamente.

 

Habiendo comenzado mi enseñanza universitaria con la filosofía del derecho y habiéndola concluido con la filosofía política, he tenido que reflexionar más sobre el nexo entre las dos nociones de lo que generalmente le haya sucedido a los escritores políticos, que tienden a considerar como principal la noción del poder, o a los juristas, que tienden a considerar primordial la noción del derecho. Y en cambio una reclama continuamente a la otra. Son, por decirlo así, dos caras de la misma moneda.

 

Entre escritores políticos y juristas, el contraste implica cuál de esta moneda sea el frente y cuál el reverso: para los primeros el frente es el poder y el reverso el derecho, para los segundos es lo contrario.

 

Este contraste depende del distinto punto de vista desde el que los unos y los otros observan el mismo fenómeno y del interés de investigación que los mueve: para el filósofo de la política el problema principal es el de la distinción entre poder de hecho y poder de derecho; para el filósofo del derecho, en cambio, el problema principal es el de la distinción entre norma válida y norma eficaz.

 

Lo que quiere decir que uno parte de la consideración de un poder sin derecho para llegar sólo en un segundo momento a ponerse el problema del poder que asegure la efectividad.

 

Es verdad que el poder sin derecho es ciego y el derecho sin poder queda vacío, pero también es verdad que la teoría política no puede dejar de tomar en consideración primeramente el nulo poder, independientemente de los llamados principios de legitimidad, es decir, de las razones que lo transforman en un poder legítimo, así como la teoría jurídica no puede dejar de tomar en consideración el sistema normativo en su conjunto, como una serie de normas una a otra vinculadas según un cierto principio de orden, independientemente del aparato de la fuerza predispuesto para su actuación.” [*] *] BOBBIO, Norberto. Origen y fundamentos del poder político. México: Grijalbo, 1985. p. 21-22.

 

“Para ilustrar esta diversidad de puntos de vista recurro a dos ejemplos autorizados, a dos autores que han dado algunas de las mayores contribuciones, uno a la teoría política, y otro a la teoría jurídica, Max Weber y Hans Kelsen.

 

Como es conocido, la teoría política de Weber parte de una distinción fundamental, la distinción entre poder de hecho (Macht) y poder de derecho (Herrschaft), y llega a la célebre tipología de las formas de poder legítimo.

 

Al contrario, la teoría normativa de Kelsen parte de la distinción entre validez de las normas específicas y eficacia del ordenamiento jurídico en su conjunto, y llega, especialmente en la obra póstuma, [Allgemeine Theorie der Normen, publicada en 1979], a ponerse con especial relevancia el problema del poder jurídico (Rechtsmacht), cuya solución permite observar el ordenamiento jurídico no sólo desde el punto de vista del Sollen (deber) sino también desde el punto de vista del Sein (ser).

 

En un cierto sentido se puede decir que Weber y Kelsen llegan a la misma conclusión, a la conclusión de que el poder legítimo se distingue del poder de hecho en cuanto a un poder regulado por normas, pero partiendo de dos puntos de vista opuestos, el primero de la noción de poder que tiene necesidad de ser regulado para volverse legítimo, el segundo de la noción del ordenamiento normativo que tiene necesidad de la fuerza para volverse efectivo.” [*] *] BOBBIO, Norberto. Origen y fundamentos del poder político. México: Grijalbo, 1985. p. 22-23.

 

“Efectivamente, llegados a la cima de las dos escalas, la de los poderes y de las normas, viene al caso preguntarse si llega más alto la primera o la segunda. Metáforas aparte, llegados al vértice, surge la pregunta: ¿va antes el poder o va antes la norma?

A pesar de la obstinación con que los teóricos del Derecho por un lado y los teóricos de la política por el otro insisten en sostener que va antes la norma (la teoría de la norma fundamental de Kelsen) o antes el poder (la vieja y siempre nueva teoría de la soberanía como potestas superiorem non recognoscens), la solución del problema depende exclusivamente del punto de vista en el que nos pongamos.

 

Si se parte del poder desde abajo, se llega, pasando de un poder inferior a uno superior, al poder de los poderes, al sumo poder; si se parte de la norma desde abajo, se llega, pasando de la norma inferior a la superior, a la norma de las normas, a la norma fundamental. Pero nada mejor que esta reducción en el vértice nos permite comprender que el problema del poder y el de la norma son las dos caras de una misma moneda.” *] [*] BOBBIO, Norberto. Contribución a la teoría del derecho. Edición de Alfonso Ruiz Miguel. Madrid: Debate, 1990. p. 302.

 

“Consideramos la teoría política como la teoría del poder, del máximo poder que el hombre puede ejercer sobre otros hombres. Los temas clásicos de la teoría política o del sumo poder son dos: cómo se conquista y cómo se ejerce.

 

“De estos dos temas, el marxismo teórico ha profundizado el primero y no el segundo. En resumen: falta en la teoría política marxista una doctrina del ejercicio del poder, mientras que está enormemente desarrollada la teoría de la conquista del poder. Al viejo príncipe Maquiavelo le enseñó cómo se conquista y cómo se mantiene el Estado; al nuevo príncipe, el partido de vanguardia del proletariado, Lenin le enseña exclusivamente cómo se conquista”. *] [*] BOBBIO, Norberto. Autobiografía. Edición de Alberto Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y traducción de Esther Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p.

 

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