BRASIL HOY: EL MACABRO MONTAJE TECNO DE LA ULTRADERECHA – REALIDAD ALTERNATIVA
– COMPLICIDAD ULTRADERECHA CON EMPRESAS TENOLÓGICAS COMUNICACIÓN [REDES
SOCIALES] – COLAPSO DEMOCRÁTICO
Por Eduardo Febbro - 10 de enero de 2023 - 07:47
Desde París
Por cuarta vez en el siglo XXI, la ultraderecha aliada con la
tecnología condujo a una democracia al colapso: el montaje macabro se inició a gran
escala en 2016 con las tecno manipulaciones a que dio lugar el voto a favor
del Brexit en Gran
Bretaña, siguió en el mismo año con la elección de Donald Trump en los Estados Unidos y el posterior trágico
final de su mandato (2021) con la
ocupación del Capitolio. El último capítulo se escribió en Brasil con el ataque a
los tres pilares de la democracia: la presidencia, la Corte Suprema y la
Asamblea Nacional.
Tres veces en el continente americano y una
vez en Europa, el uso indebido de
las tecnologías de la información trastornó el curso de la
historia.
Las redes sociales fueron la base contaminante y organizativa de
la insurrección brasileña. El famoso “Stop the steal” que sirvió de contraseña
a los ultraderechistas convocados por el ex presidente Trump para asaltar el Capitolio el 6 de
enero de 2021 tiene, dos años más tarde, su traducción en Brasil: desde el 6 de enero más de 10 mil cuentas
de Twitter expandieron la expresión “Festa da Selma” como resorte de la
movilización que, el 8 de enero, iba a terminar con el asalto a las sedes de
los tres poderes en Brasilia.
LA ULTRADERECHA NO ESTÁ SOLA
Lo peor radica en que esta ultraderecha no
está sola. Muy por el contrario, cuenta con aliados en la cima del poder tecnológico para difundir sus
ideas, sus proclamas, sus consignas.
Estamos muy lejos moral y políticamente del
episodio que inauguró esta era de imbricaciones entre las redes sociales y los movimientos
de protesta.
El milagro de las redes empezó en 2011,
durante la Primavera Árabe, la cual, entre cosas, hizo caer al régimen
dictatorial del difunto presidente egipcio Hosni Mubarak.
El seis de febrero de 2011,
los manifestantes de la Plaza Tahrir en el Cairo escribieron en las veredas
“somos los hombres Facebook”.
En ese entonces, las redes les abrieron la
posibilidad de organizar las manifestaciones, pactar las citas y, sobre todo,
prescindir de los medios de comunicación de masa para hacer circular sus
comunicados y sus imágenes.
El mundo virtual desempeñó un papel primordial en esas
revueltas, tanto como en el drama brasileño, el asalto al Capitolio, la
elección de Donald Trump y el Brexit, cuyos efectos nefastos han transformado
una democracia tan antigua como la de Gran Bretaña.
Hay, no obstante, una diferencia: en 2011
poco se sabía de la capacidad de las redes para influenciar a las opiniones
públicas o permitirles organizarse. Ahora ya no. Se sabe muy bien y ese
conocimiento derivó en un pacto
implícito entre la ultraderecha y la tecnología.
DE FACEBOOK A TWITTER Y TIK TOK
El pacto es tanto más destructor cuanto que,
como en el caso de Twitter,
el propietario de esa plataforma es de ultraderecha.
En junio de 2016, la empresa Cambridge Analítica “aspiró”
datos personales de 87 millones de usuarios de Facebook con la meta de estructurar y enviar mensajes
fervorosamente favorables al Brexit y, luego, a la elección de Trump en Estados
Unidos (noviembre de 2016).
Twitter y las demás redes fueron luego una
pieza tenebrosa de la toma del Capitolio, el 6 de enero de 2021. El 19 de
diciembre de 2020, a través de un Twitt, Trump convocó a sus tropas civiles a
manifestar en Washington el 6 de enero, día en que el presidente electo, el
demócrata Joe Biden, tenía que ver su victoria certificada. ”Gran
manifestación el seis de enero en Washington. ¡No falten! Sean salvajes"
–escribió. Locura y sangre (5 muertos). Lo que siguió ya lo conocemos y lo
hemos vuelto a ver el 8 de enero de 2023 en Brasilia.
· No ha habido nada de inocente
ni improvisado en la toma de las sedes de los tres poderes brasileños: desde el
viernes 6 de enero, a través de unas 10 mil cuentas de Twitter, el
mensaje “Festa da Selma” se
propagó entre los bolsonaristas. Y no fue todo: Twitter, Telegram, Facebook y WhatsApp
sirvieron para organizar el abordaje: mapas, trayectos, citas, paradas
de buses, consignas operativas para el domingo 8 e itinerarios de la mal
llamada “Caravana de la Libertad” fueron comunicados y compartidos a través de
estas redes sociales.
EL CASAMIENTO DE MUSK Y BOLSONARO
Luego, una vez perpetrado el golpe, en un
esquema similar a lo que ocurrió en el Capitolio, los golpistas difundieron
imágenes y secuencias de su locura en Instagram, Telegram y Tik Tok. Ninguna de
las 5 compañías movió una pestaña para conjurar el golpe. Recién el domingo, al
final de la intentona, Meta (propietaria de WhatsApp, Facebook e Instagram), anunció
que había “activado” una suerte de plan aplicado a los acontecimientos
peligrosos. Dicho plan dio lugar a la supresión de muchos mensajes en los
cuales los bolsonaristas convocaban a la gente a atacar los edificios
oficiales. La decisión fue, sin embargo, posterior al golpe.
En cambio, Twitter no hizo ni hará nada por
la simple y terrible razón de que, su nuevo propietario, Elon Musk, es de ultraderecha y un ferviente admirador de Bolsonaro.
· Si las
democracias del mundo no anteponen su autoridad y sus valores auténticamente
democráticos frente estas empresas, lo poco que queda de democracia terminará
en el mismo cementerio que las víctimas de las crisis y los golpes que las
tecno-ultraderechas desencadenan.
· Las políticas de
moderación y limpieza de las redes es ya no uno sino El tema mayor de nuestras
democracias. Si los Estados no intervienen, las ultraderechas aliadas con las
tecnologías se apropiarán de todo. En parte ya lo hicieron cuando lograron
convencer a millones de personas de que existía una realidad paralela y que era
esta la única válida. Así, por el arte del lenguaje y las redes, el término
post-verdad se antepuso a lo que realmente es esa realidad paralela, es decir,
una vulgar y sucia mentira.
La Corte Suprema
brasileña viene interviniendo en este campo desde el año 2000. Ya
obligó a Facebook a cerrar cuentas allegadas a Bolsonaro y, en marzo de 2022,
fue aún más lejos cuando ordenó que la aplicación de Telegram, poco inclinada a
la moderación, fuera bloqueada. Luego retrocedió en su decisión y Telegram
volvió a ser este domingo 8 de enero un aliado de los piratas
bolsonaristas.
Queda, también, el horrendo caso de Twitter.
Entre el 30 de octubre, día de la elección de Lula, y los disturbios del 8 de
enero el cambio de propietario de Twitter y la modificación radical de su
política de moderación crearon una situación explosiva en las calles: Elon Musk
compró Twitter en el tercer trimestre de 2022 e, inmediatamente, despidió al
personal encargado de la moderación de la red. Todos los empleados de la sección brasileña de Twitter fueron despedidos
de un día para otro, entre ellos 8 empleados que, en
San Pablo, se consagraban únicamente a la lucha contra la desinformación y
la instigación a la violencia.
La plataforma de Musk
reactivó además varias cuentas cerradas pertenecientes a bolsonaristas
violentos y complotistas delirantes (entre ellos figura el diputado Gustavo Gayer).
Estos hechos no son ni fortuitos ni tampoco
responden a una lógica de ahorro financiero. Elon Musk es un enemigo acérrimo
de la social democracia. En más de una ocasión validó la sospecha de que los
empleados de Twitter en Brasil eran de izquierda.
En mayo de 2022, Bolsonaro y Musk
mantuvieron un encuentro. Bolsonaro se felicitó por la compra de Twitter y, al
final del encuentro con Musk, Bolsonaro dijo: “es el inicio de una relación que
conducirá a un casamiento”.
INTERNET Y LA DEMOCRACIA
· Los ultras se
casaron con la tecnología de la información cuando descubrieron la debilidad y
la permeabilidad de las conciencias y el infinito alcance de las redes para
contaminar.
El hombre que organizó la elección de Donald
Trump sirviéndose de redes, mentiras y manipulaciones, Steve Bannon, difundió mensajes donde
decía que la elección de Lula había estado “trampeada”.
· El imperio y sus
imperialistas pueden decir y hacer lo que les da la gana mientras que quien los
denunció, Julian Assange, agoniza a fuego lento en una cárcel de Gran Bretaña a
la espera de su extradición a los Estados Unidos.
Internet es un espacio social aparte,
disruptivo y muy útil para que las extrema derechas prosigan con la
aniquilación y la colonización de las democracias.
· Si los poderes se
quedan con los brazos cruzados cavarán su tumba y la nuestra. El modelo
económico e ideológico de las empresas de internet modelan y dirigen toda la
realidad.
La industria de la gran manipulación
promovida por el marketing político arrancó en Gran Bretaña en la época de
Margaret Thatcher. Su “ingeniero” fue Timothy Bell, también consejero del
General Pinochet. Allí nació la deslina y la misma disciplina modernizada por
las redes sociales sepultó la democracia británica.
efebbro@pagina12.com.ar
gracias Eduardo...tremendo y esclarecedor panorama
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