LA SOBREVALORIZACIÓN DE LA ECONOMÍA EN LA ESFERA POLÍTICA –
LA ESCUELA AUSTRÍACA: UNA RAMA MUERTA DE LA TEORÍA ECONÓMICA
Javier Milei reivindica una teoría económica agotada que surgió
como doctrina de la extrema derecha del Partido republicano en su cruzada
contra Franklin D. Roosevelt
POR BRUNO SUSANI*
14 de enero de 2024 -
Las y los argentinos cuentan con el primer presidente
economista pero, probablemente, no será el último.
La profesión es reciente, aunque la función de consejeros del
soberano sea muy anterior.
La importancia que se otorga hoy a los economistas es inédita:
han adquirido, en poco tiempo, un lugar excepcional en el campo de la política
por una supuesta expertiz que fascina los cenáculos con exposiciones
aparentemente complejas pero en realidad simples.
Sin embargo,
permito recordar que un título universitario no da autoridad.
Los medios de
comunicación han otorgado a los economistas un prestigio que no merecemos,
incluso en detrimento de la deontología y la ética.
Nuestra autoridad científica ha sido exagerada por la completa
ignorancia, salvo excepciones, de los problemas económicos por parte de los
presentadores radiales o televisivos.
El resultado de la sobrevalorización de la economía en
la esfera política es que Javier Milei haya podido hacer un show, que
dio la vuelta al mundo, golpeando hasta destrozar una maqueta del BCRA,
supuestamente principal causante de la inflación en perfecta complicidad con el
presentador y el propietario del medio de comunicación sin dar la más mínima explicación
teórica plausible.
Se puede decir que Milton Friedman, el creador del
monetarismo, hubiera desaprobado semejante propuesta.
Este tipo de secuencias televisivas son una ilustración de la
falta de ética de los economistas, pero también de los periodistas.
LA BASE TEÓRICA DE MILEI
Milei se ha reivindicado como miembro de la escuela
austríaca, lo cual ha sorprendido ya que es una rama muerta de la teoría
económica agotada a principios del siglo pasado.
Los “neo austriacos”
a los que se refiere Milei no son economistas sino polemistas.
Su literatura, que devino una doctrina, condena la acción económica
y social del Estado pero es un invento de dos inmigrantes austríacos en los
Estados Unidos a quienes la extrema derecha del Partido republicano en su
cruzada contra Franklin D. Roosevelt durante los años 40, dio “cobijo y
comida” a cambio de ideología.
La vieja escuela marginalista fue fundada en la segunda
mitad del siglo XIX por Carl Menger que comenzó su carrera como periodista y
consejero escriba del primer ministro del emperador y luego fue profesor.
Su teoría afirma que los objetos no valen por el trabajo que
contienen ni tampoco por su escasez, sino por su utilidad psicológica según las
condiciones subjetivas personales a cada utilizador.
No se pueden ni medir ni comparar porque las “satisfacciones”
son personales.
Los fundadores de la teoría marginalista no condenaban el rol
del Estado, no eran opositores al emperador ni clamaban por ninguna libertad ya
que de otra manera los hubieran encarcelado.
Menger se inspiró en la “ley de la utilidad marginal
decreciente”, enunciada por un economista alemán Hermann
Gossen, una transposición de la ley del rendimiento decreciente de David
Ricardo a la demanda, pero en términos subjetivos.
Sostenía que cuando una persona tenía hambre y le servían un
plato de sopa iba a obtener una gran satisfacción con la primera cucharada pero
que dicho placer disminuiría a medida que se vaya saciando con las cucharadas
siguientes. Es la economía del plato de sopa.
De su “ley” surgen las llamadas curvas de indiferencia en
microeconomía que describen el supuesto comportamiento y elección del
consumidor que con un presupuesto dado debe elegir una combinación de las
cantidades de los dos bienes, mucho pan y poca manteca o la inversa es según!.
En la década de los 50 de siglo pasado se utilizaron las
matemáticas para describir el fenómeno. Y allí se acaba.
En 1944, Friedrich August von Hayek publicó en
Inglaterra un pequeño panfleto cuya publicación fue facilitada por el servicio
de propaganda de guerra inglés ya que había sido escrito por un austriaco que
criticaba doctamente el régimen imperante en su no-país, ya que Austria no
existía más.
Una versión aligerada fue publicada en 1945, en varios capítulos
sucesivos, por el Reader's Digest cuya tirada en esa época era superior a
600.000 ejemplares.
El texto de propaganda es pretencioso y falaz, ya que finge
confundir la economía del bienestar con el estalinismo o el nazismo, es un
texto polémico estilo siglo XIX donde no hay teoría económica.
Von Hayeck criticaba la modificación en la distribución del
ingreso que, según él, no corresponde a un ideal de justicia ya que son
"los fuertes (entiéndase los ricos) que deben oponerse al Estado” (sic).
Esta formulación pone en evidencia que Von Hayeck deseaba ya sea
engañar a sus lectores o no había comprendido que en el liberalismo los ricos
aprovechan del Estado para aumentar su fortuna.
El punto central de su posición es que nadie debería ser
obligado a pagar la seguridad social.
Se oponía al principio de la mutualización del riesgo ideado por
Beveridge, que es uno de los puntos básicos del sistema de la economía del
bienestar, porque este sistema es superior al sistema individual y privado de
cobertura.
Todos nos enfermaremos y anhelaremos ser atendidos, y todos
deberemos dejar de trabajar debido al envejecimiento pero necesitamos de ingresos.
Se trata de riesgos colectivos y universales, que son menos
costosos si son asumidos por el conjunto de la sociedad.
El cuento de la jubilación privada de las AFJP es de Von
Hayeck. Puesto que el seguro es una apuesta entre el asegurador y el cliente la
idea de una “apuesta” sobre la enfermedad o el envejecimiento no tiene sentido.
En la mayor parte de los países del centro capitalista el
sistema de mutualización del riesgo es el que dio los mejores resultados y es
el predominante, incluso para von Hayeck que murió atendido gratuitamente
durante meses, en un hospital de Freiburg im Breisgau, en Alemania, pagado por
los alemanes.
EL PLAN ECONÓMICO A DEMANDA
Milei estudió en una de esas universidades privadas pero
subvencionadas y asistidas por los impuestos de los contribuyentes que existen
en Argentina.
En la época en que Milei frecuentó la “casa de estudios” le
enseñaron lo que sus profesores habían podido aprender en los periodos
dictatoriales cuando frecuentaban la universidad.
Recordemos que entre 1966 y 1983 hubo solo 3 años de gobiernos
democráticos.
La teoría marginalista fue muy difundida ya que era casi la
única que era “enseñable” en esos momentos de oscurantismo extremo para el
país.
Si Nixon decía que “somos todos keynesianos”, esa no era la
opinión de Martínez de Hoz o de Llerena Amadeo que fue ministro de educación de
Videla y subsecretario de Onganía.
No es extraño que Milei se declare participe de la “escuela
austriaca” ya que es lo único que le enseñaron.
La lectura detallada del programa económico de Milei
muestra que solo tiene de “neo austriaco” el cierre del BCRA, idea
pregonada por Murray Rothbard, otro oscuro polemista en economía fallecido en
1995.
Ha abandonado dicho punto porque hubiera conducido al
hundimiento del sistema bancario y ese tipo de broma puede funcionar en un
programa televisivo pero hace palidecer a los capitalistas banqueros,
industriales o financistas y también a los ciudadanos.
Quedan en su programa las futilidades del tipo desarrollar el
turismo privado, la economías regionales, entre otros, lo cual es puro relleno.
El resto del programa son los ortodoxos 10 puntos del Consenso
de Washington enunciados por el inglés John Williamson en 1989, economista
despedido del Banco Mundial.
La única sorpresa en toda esta confusión es el llamativo
silencio de la academia, y con algunas excepciones de las corporaciones y
multinacionales que ven que se desmoronará la demanda global y comienzan a
preocuparse por sus futuras ganancias ya que saben que la injusticia social que
reclaman es una situación que lleva a una crisis del consumo y disminuirá sus
beneficios.
La ultra ortodoxia del programa económico del nuevo presidente
producirá una estanflación que hundirá la economía del país en la crisis.
* Doctor en
Ciencias Económicas de l’ Université de París. Autor de “La economía
oligárquica de Macri”, Ediciones CICCUS Buenos Aires 2019. bruno.susani@wanadoo.fr – Pagina 12 –
14/01/2004
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