Antonio Berni: El mundo prometido a Juanito Laguna
La obra de Antonio Berni de 1962 forma parte de la colección «Arte para las escuelas» de educ.ar.
Sobre la obra
Fue durante un viaje por Santiago del Estero cuando Berni se encontró cara a cara con la pobreza. A su regreso, conmovido por esa gris realidad, empezó a hacer una serie de collages sobre el tema. Así surgió Juanito Laguna, un chico que vive en una villa miseria y sueña con un futuro mejor. Berni creía que los materiales de un cuadro tienen un significado específico. Por eso sus collages están construidos con todo lo que la ciudad descarta y la villa recoge: latas, papeles, chapitas, cartones. La serie muestra episodios en la vida de Juanito, como postales de la pobreza en Latinoamérica. Pero no son la visión edulcorada que uno esperaría encontrar en una postal. El mundo prometido a Juanito Laguna es una denuncia y una imagen poética de triste ironía. En él Juanito y sus amigas están inmersos en un espacio sin color, desgastado y agujereado, mientras afuera asoma una realidad colorida. Berni no era pesimista, pero tampoco ingenuo: miren la nube de papelitos de colores que se levanta al fondo, ¿acaso ella no tiene forma de hongo atómico?* Esta mirada sobre la obra fue escrita por María Gainza.
Antonio Berni
(Rosario, 1905 - Buenos Aires, 1981)
El mundo prometido a Juanito Laguna, 1962
Óleo, acrílico y collage sobre madera, 280 x 400 cm
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación
Biografía del autor
Nació en Rosario en 1905 y falleció en Buenos Aires en 1981. Viajó a Europa en 1925, formó parte del Grupo de París y asistió a los talleres de Lhote y Friesz. Tomó contacto con los ideales artísticos y políticos del surrealismo. En 1930 regresó a la Argentina. Desarrolló entonces un lenguaje crítico y realista de temática social, el Nuevo Realismo. Trabajó con Siqueiros, Spilimbergo, Castagnino y Lázaro en el mural Ejercicio plástico, en 1933. Los grandes formatos de esta década marcan el desarrollo posterior de la producción del artista en torno de un lenguaje claro y de crítica social. En 1941 viajó por Latinoamérica y en 1944 formó el Taller de Arte Mural. Alrededor de la década del 60 creó sus personajes arquetípicos Juanito Laguna, el niño marginal, y Ramona Montiel, la prostituta, cuyas obras trabajó con materiales de desecho relacionados con sus contextos. El objeto polimáterico, las instalaciones, los xilocollages grabados son algunos de los lenguajes que desarrolló en las décadas siguientes. Obtuvo, entre numerosas distinciones, el gran premio internacional de Grabado de la Bienal de Venecia en 1962.
*Esta biografía fue escrita por Patricia Caramés y Laura Lina
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