LA NAVIDAD DE JUANITO LAGUNA (ANTONIO BERNI, 1962)
En esta Navidad la familia, y hasta el perro de Juanito
comparten una mesa muy sencilla, donde no falta el clásico pan dulce y el
arbolito.
La tristeza existe en los rostros, y es acentuada a través de la
oscuridad de la habitación, apenas iluminada por la luz de un farol, el mantel
amarillo y el rojo del cubrecama.
Todos se han congregado alrededor de la mesa; el padre, la
madre, la abuela, los hermanos. El padre, el cuchillo en la mano da cuenta de
quién corta las porciones del pan dulce y la mirada parece perdida en el vacío.
La mamá amamanta al más pequeño de la familia, su cara refleja una dulzura que
no ha podido deteriorar la dureza de la vida. La abuela: con una copa en la
mano en actitud de brindis y el rostro curtido, rayado por la dureza de lo que
le tocó vivir, pero sin perder la voluntad de festejo. Juanito es quien recoge
las migas de pan dulce para dárselas al perro, que, muy contento, mueve la
cola.
A fines de los años 50, la figura de un niño empezó a aparecer
como tema reincidente en la obra de Berni.
Juanito Laguna surge como el primer personaje berniano. Está inspirado en los cientos de niños que el artista
encontró en las villas miseria o barrios periféricos humildes que existían en
la ciudad de Buenos Aires desde los años 30 y que incluso habían crecido en los
últimos años.
Berni concibe a Juanito como hijo de un trabajador obrero, peón
de la industria metalúrgica que vive en el barrio ubicado en el bañado de
Flores y que pasa el tiempo jugando libremente en la calle.
En “Retrato de Juanito Laguna” (1961) nos
ofrece su rostro recurriendo a la técnica del collage.
Internacionalmente apareció por primera vez en la Bienal de
Venecia de 1962, en la que Berni obtuvo el Gran Premio de grabado y dibujo.
Su mundo está hecho a partir de retazos de tela, hojas de metal,
latas aplastadas, contenedores plásticos, maderas, cartones y chatarra,
desechos industriales que el artista ensambla magistralmente en construcciones
monumentales.
En la serie de Juanito a Berni le interesaba trabajar el
entorno, el paisaje, los rincones de la villa miseria con acumulaciones
desbordantes de desperdicios.
“Es un arquetipo de esta realidad nuestra, un símbolo para
sacudir la conciencia de la gente. Yo andaba haciendo apuntes por las barriadas
y advertí que no me alcanzaba la pintura en sí para alcanzar la intensidad
expresiva que buscaba. Así que empecé a juntar de la calle lo que encontraba y lo
iba incorporando a la tela”.
La primera pintura de la serie, con un colorido deslumbrante y
unas figuras fulgurantes fue “El carnaval de Juanito Laguna” (1960).
Juanito Laguna es el niño pobre de las grandes urbes
latinoamericanas. Representa a los
chicos que viven en situaciones de pobreza, que habitan casas humildes o
viviendas de chapa y cartón.
Sus padres trabajan en fábricas o talleres, hacen changas para
mantener a sus familias. Sus madres trabajan en la costura o limpiando casas.
La situación de exclusión y pobreza de Juanito Laguna se ha
acentuado desde los años 60, cuando nació el personaje, hasta nuestros días.
Muchas de las fábricas han cerrado, los padres de los Juanito se han convertido
en desocupados. No obstante, la serie de Juanito es discontinua y no atiende a
una sucesión cronológica.
Juanito es retratado por Berni con una mirada de denuncia social
y una enorme poesía.
Juanito juega, viaja, se relaciona con los animales, saluda a
los astronautas que pasan por su barrio, se emociona con las mariposas y los
barriletes, festeja una Navidad pobre (pero Navidad al fin), aprende a leer,
pesca, etc.
Según el propio Berni, “Juanito es un chico pobre,
pero no un pobre chico, porque tiene sus ojos cargados de porvenir”.
En “El mundo prometido a Juanito Laguna” (1962)
el futuro es desolador. Sobre el horizonte se levantan dos hongos, dos
bombas atómicas. La idea de progreso y tecnología es muchas veces incoherente
con la realidad de Juanito. Vemos los rostros atemorizados de los niños,
mostrando el miedo. Ni siquiera se atreven a girar la cabeza.
Berni ensambla diversas materias en el cuadro y para eso va a
los barrios más míseros. Recoge de la basura sus materiales: son latas
oxidadas, maderas, telas, tapitas de botellas, piedras, pedazos de vidrio,
cartón. Todo. Todo vuelve a cobrar protagonismo a través de sus obras.
Esta pintura representa una visión irónica y poética de la
realidad de los trabajadores argentinos.
En “Las vacaciones de Juanito” (1972) es el
auto y la familia lo que atrapa nuestra mirada. Esta obra llama la atención
porque Berni nuevamente incorpora partes de la carrocería de autos, sumados a
los elementos de uso cotidiano.
El autor recurre a materiales de fabricación en serie, que son
puestos en desuso; dentro de la obra se convierten en objetos preciados,
sensibles y liberados de toda clasificación industrial, capaces de acercarnos a
la psicología de los personajes, que no pierden sus esperanzas de vivir unas
vacaciones pese a las vicisitudes que soportan.
El pañuelo cubre la cabeza de la muchacha, la cara de Juanito
interrumpe el fondo de la inmensa superficie nocturna.
Finalmente, “Juanito Laguna going to the factory” (1977)
o “Juanito dormido en el basural” (1973) confirman que el
personaje de Berni sigue en el arrabal.
Impresionante y conmovedor. Excelente. Muy expresivo.
ResponderEliminarmuchas gracias alfonso depetris. Estas imágenes de Juanito Laguna son realmente conmovedoras, una puerta abierta a la realidad de la mayoría de nuestros niños en una América Latina desmesuradamente desigual
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