LOZANO DESARROLLÓ PROPUESTAS DE GOBIERNO AL PRESENTAR SU OBRA
«LA DISPUTA POR LOS INGRESOS Y LA RIQUEZA», ESCRITO CON ANA RAMERI - 14/05/2023
Claudio Lozano, presentó en la tarde de ayer sábado 13 de mayo en el stand de
ATE/CTA-A, sito en el Pabellón Ocre de la Feria Internacional del Libro de
Buenos Aires, su libro «La disputa por los ingresos y la riqueza», obra de la
que es coautor junto a Ana Rameri,
que trata sobre «la desigualdad, la renta básica y la necesidad de un programa
de empleo garantizado», entre otros temas.
«Esta obra apunta a formular propuestas concretas que pretenden
volver a situar en el centro de la política pública la disputa por la
redistribución de los ingresos y la riqueza», expresó en su exposición Lozano,
y en el mismo sentido aseguró que «estamos convencidos que en el marco de la
estrategia de la desigualdad que se despliega sobre la Argentina desde mediados
de la década del ’70 hasta hoy, no hay política popular ni posibilidad de
gobierno popular sin priorizar una estrategia seria de redistribución
progresiva de los ingresos y la riqueza. De esto es de lo que ha carecido hasta
el momento el gobierno de Alberto Fernández».
«Este libro obviamente cuestiona los resultados de las políticas
neoliberales, pero también sale al cruce de aquellos planteos inscriptos en
formulaciones neodesarrollistas que pretenden alimentar esperanzas bajo la
lógica de que el crecimiento económico acompañado del empleo y,
consecuentemente, con la baja en la desocupación y la generación de empleo
registrado, resolvería el problema», agregó.
En esa línea, la coautora Ana Rameri, dijo que «la disputa por
la distribución del ingreso es parte de un debate de largo aliento en el campo
popular y especialmente forma parte de la identidad de nuestras organizaciones
(ATE, CTA y Unidad Popular).
Este libro se inscribe en nuestra trayectoria de lucha y es
parte de un proceso histórico en curso. Busca desarmar falsos consensos que
actualmente circulan en el mainstream [consenso] económico y en la comunidad de
negocios que culpan a las políticas de reparación de ingresos por la crisis y
la inflación, para resaltar la importancia de reforzar las estrategias
integrales y la capacidad de fortalecer los marcos regulatorios».
Además, Rameri destacó que «un punto nodal del libro es el
análisis sobre la crisis del régimen de empleo, desde una perspectiva distinta
a la dominante que impone como única salida la reforma laboral flexibilizadora,
pero en la búsqueda de pensar situadamente en un mundo posindustrial,
financierizado y globalizado que no puede repetir viejas recetas.
Debe considerarse los rasgos del mundo laboral contemporáneo,
las nuevas formas de explotación del trabajo revestidas de falsa autonomía que
encubren proceso de desvalorización del trabajo, debe reconocerse el conjunto
de actividad y trabajo humano socialmente útil, no reconocido, y debe
replantearse el capitalismo de rentas».
Por último, la autora expresó que «si aceptamos que la relación
capital-trabajo cambió drásticamente, este libro se propone pensar en cómo
adaptar las instituciones públicas (o crearlas) para intervenir en esa relación
y poder revertir los márgenes salvajes de desigualdad imperante».
Lozano por su parte, consignó que «en realidad la baja en el
desempleo lo que hace es ocultar la multiplicidad de problemas laborales que
existen en el mundo laboral de la Argentina hoy, donde prácticamente el 48 por
ciento de la población trabajadora se encuentra en situación de precariedad
laboral».
«Cuestionamos también la idea de que hay que pensar el futuro
congelando el actual esquema productivo», y desarrolló que «una política de
redistribución de la riqueza y los ingresos necesariamente debe inscribirse en
la construcción de otro modelo productivo en la Argentina».
«También creemos que no hay que pensar el momento actual de la
economía popular con las características que hoy presenta como algo que hay que
sostener a futuro. La economía popular no es ni debe ser una economía de la
pobreza ni una economía de subsistencia. Es una forma de organización de la
producción que debe ser inscripta en el marco de una nueva estrategia de
desarrollo», continuó Lozano.
Y agregó en el mismo sentido que «una política de esta
naturaleza exige ser incorporada en el marco de una estrategia integral,
estrategia que debe contener dos grandes definiciones.
*** En primer lugar, democratizar la institucionalidad sobre la
base de una mayor participación directa y semidirecta de la población para
recuperar capacidad de decisión sobre el funcionamiento de la sociedad y de la
economía, y en ese marco regular y disciplinar el comportamiento del capital
concentrado, es decir del poder económico local.
Para este objetivo es imprescindible replantear la discusión
sobre el endeudamiento, con el objeto de desacoplar a la Argentina de la lógica
del capitalismo financiero vigente a nivel mundial.
En ese marco, hay que terminar con el endeudamiento perpetuo y
hay que recuperar autonomía en la decisión de la política económica.
***En segundo lugar, hay que disciplinar el capital concentrado
regulando la lógica que han venido imponiendo hasta aquí en el marco de las
políticas neoliberales, lógica caracterizada por el endeudamiento, la acumulación
financiera, la fuga de capitales, la desinversión, la demanda permanente de
subsidios para sus propias actividades más dinámicas y la resistencia
permanente a la tributación.
El debate sobre el papel del Estado en el comercio exterior, en
el sistema financiero, la discusión sobre cómo gobernar las cadenas de
producción y el sistema de precios.
El tema del replanteo fiscal, eliminando exenciones y subsidios
y avanzando en una estrategia de fuerte y radical reforma tributaria con
orientación progresiva, son parte de la agenda de políticas que deben rodear
cualquier intento de redistribución de la riqueza».
Pasando en limpio, «en este contexto, nuestra propuesta implica
entender que para intervenir sobre el mundo laboral hay que hacerse cargo de la
complejidad y la diversidad que el mundo laboral tiene hoy. No hay modo de
garantizar una estrategia de redistribución del ingreso sin abordar de manera
integral la diversidad de situaciones que caracterizan el mundo laboral de la
Argentina de hoy.
No hay modo de garantizar una estrategia de redistribución del
ingreso sin atacar los niveles masivos de precariedad laboral.
No se puede pensar la política de distribución del ingreso
solamente sobre la base del salario».
Y continuó al señalar que «en este sentido proponemos
reconstruir un piso civilizatorio sobre la base de crear un Ingreso Básico
Universal para toda la población entre 18 y 65 años que se encuentra en
situación de precariedad laboral.
Este ingreso básico, junto con la Asignación Universal por Hijo
y la creación de una acceso universal a la jubilación mínima, permitirían
instituir un piso civilizatorio en nuestra sociedad. Nadie por debajo de la
línea de indigencia».
«En segundo lugar – continuó Lozano- proponemos reconstruir un
piso de ingresos en el mundo laboral, por lo cual proponemos reemplazar los
planes Progresar y Potenciar Trabajo por un nuevo Salario Social de Empleo y
Formación, que tiene dos características.
Primero, tendría que tener el valor equivalente al salario
mínimo vital y móvil, y en segundo lugar se inscribiría en un programa de
acceso universal al empleo que en nuestras estimaciones incorporaría a cuatro
millones de personas al trabajo».
«En ese contexto planteamos la creación de un Área de Economía
Pública y Social donde coexistirían el Estado, las experiencias cooperativas,
la economía popular y sus organizaciones, la pequeña y mediana empresa, área
que tendría por objeto impulsar las inversiones sociales necesarias.
“”Inversiones que tengan que ver con reconstruir las
instituciones del bienestar, a saber, reconstruir infraestructura sanitaria,
educativa, el desarrollo de planes de vivienda y sobre todo poner en marcha
estrategias de soberanía alimentaria y de redespliegue de la población en el
territorio».
Puntualizó que «desde nuestro punto de vista, garantizar un piso
de acceso a los ingresos y a los derechos para el conjunto de los hogares que
establezca que ningún hogar esté por debajo de indigencia y en simultáneo
promover un proceso de repoblamiento del territorio argentino, terminando con los
conurbanos invivibles que se han conformado a la vera de las principales
ciudades de la Argentina, garantizando la construcción de Ciudades Sustentables
con un cinturón verde asociado a las prácticas de soberanía alimentaria y con
energías limpias. Son dos prioridades que en nuestra propuesta se transforman
en norte para un nuevo proyecto colectivo y de organización de nuestra
sociedad».
«En cuarto lugar incorporamos la necesidad de discutir los
cambios en la jornada laboral. Pero en primer lugar reduciendo la jornada que
involucra hoy al 30% de la población laboral que trabaja más de 45 horas
semanales y garantizando, a través del cumplimiento de las 8 horas de trabajo,
que se creen 700.000 puestos de trabajo».
«Planteamos también la necesidad de socializar la renta, la
ventaja, el excedente y la ganancia asociada al cambio tecnológico. Desde
nuestro punto de vista, la tecnología por un lado reduce la necesidad de fuerza
laboral por unidad de producto pero al mismo tiempo crea nuevas necesidades en
términos de formación, jerarquizando y diversificando las necesidades de
calificación de la fuerza laboral.
Proponemos crear un Seguro de Empleo y Formación que permita
combinar la reducción del tiempo de trabajo con el aumento de los tiempos de
formación de los trabajadores. De este modo, garantizaríamos la apropiación de
parte de la productividad para que el empleo no caiga y para que al mismo
tiempo se eleve la calificación laboral».
Finalmente remarcó que «todo este proceso tiene que estar
acompañado también por un shock de democratización en la vida sindical» porque
«es absolutamente imprescindible garantizar la libertad y la democracia
sindical, para que los trabajadores vuelvan a ser dueños de sus organizaciones
y puedan compartir y sostener una estrategia de esta naturaleza.
Argentina puede salir de ese horizonte del ajuste permanente que
parece preanunciar el conjunto de las fuerzas políticas mayoritarias. Hay que
renovar la política, hay que modificar la manera de gobernar, hay que pensar
nuevos instrumentos de política pública para hacer posible un futuro distinto
para el conjunto de los argentinos.
Este libro, entendemos, es un humilde aporte al debate que
necesita la Argentina».
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