CORDOBAZO
- POR RUBÉN RUIZ - EFEMÉRIDES 29 DE MAYO - OBREROS Y ESTUDIANTES, UNIDOS
ADELANTE
Un día como hoy pero
de 1969 se producía la rebelión popular más imponente que vivió la ciudad de
Córdoba, que tuvo un enorme impacto nacional y quedó como un hito del
movimiento de los trabajadores/as.
Obreros, estudiantes
y vecinos cordobeses expresaron su repudio a la dictadura militar, su bronca
contra el incremento de horas de trabajo los días sábados, su necesidad de un
inmediato aumento salarial del 40% y por la democratización de las casas de
estudios.
Pero este día tiene
su historia.
*Desde 1966
gobernaba una dictadura.
*El salario promedio
bajó, las condiciones laborales empeoraron, las organizaciones sindicales,
estudiantiles y políticas estaban intervenidas o prohibidas.
*La provincia de
Córdoba tenía un crecimiento industrial sostenido desde hacía décadas.
*La conciencia
colectiva para defender los derechos era muy alta.
*Y la Córdoba
rebelde gozaba de buena salud.
La CGT nacional
estaba dividida. Por supuesto, en territorio cordobés esa división se
reproducía. No obstante, hubo luchas esporádicas contra los despidos y la
pérdida de derechos.
La Universidad de
Córdoba estaba en tensión desde el mismo 1966. Hubo una larga huelga contra la
intervención, represión en el Hospital de Clínicas con un herido, Alberto Cerdá;
actos relámpagos, manifestaciones, la muerte violenta del estudiante Santiago
Pampillón por la acción policial, la ocupación del barrio Alberdi.
La capital de la
resistencia estudiantil era Córdoba. El comedor universitario, donde comían
5000 estudiantes diariamente, su centro neurálgico. En 1968, se retomó la lucha
contra las restricciones al ingreso en la Facultad de Medicina, se realizaron
los actos por el 50º aniversario de la Reforma Universitaria y se produjo el
acercamiento a la CGT de los Argentinos.
El 12 de mayo de
1969 la dictadura sancionó la ley 18.204 que unificaba la semana laboral en 48
horas cuando en Córdoba se habían conquistado las 44 horas en el año 1932.
La espuma desbordó.
El 14 de mayo el SMATA realizó una asamblea con 3000 trabajadores en el Córdoba
Sport Club donde se resolvió el paro de actividades. La policía reprimió
violentamente. La respuesta de los trabajadores fue una reacción proporcional.
La policía se tuvo que retirar.
Al mismo tiempo, los
metalúrgicos también estaban en lucha contra las “quitas zonales”, unas rebajas
salariales ilegítimas.
El 16 de mayo se
produjo un paro monolítico de los trabajadores mecánicos. El 23 de mayo se
llevó adelante un paro estudiantil que también fue reprimido violentamente.
Faltaba unir las fracciones populares que peleaban contra el poder y sus
abusos.
El SMATA conducido
por Elpidio Torres y la UTA conducida por Atilio López -ambos peronistas-
estaban enroladas con la CGT Azopardo y el Sindicato Luz y Fuerza Córdoba
conducida por Agustín Tosco -marxista- estaba en la CGT de los Argentinos.
Había pocos vasos comunicantes aunque las luchas eran comunes.
La Federación
Universitaria de Córdoba estaba presidida por el dirigente comunista Carlos
Scrimini que representaba a la combativa Facultad de Medicina y había logrado
conducir un mosaico de identidades políticas con astucia y firmeza por la
autonomía y por la unidad.
En esos días, se
produjo lo inimaginable. La unidad de los sectores que luchaban. Un mérito
grande tuvo el dirigente de la UOCRA, Jorge Canelles, que con un trabajo
paciente convenció a los dirigentes de reunirse y acordar un plan de lucha
común.
El abogado
laboralista Lucio Garzón Maceda también utilizó su gran influencia para que el
encuentro entre Torres y Tosco existiera. Atilio López fue el otro integrante
fundamental del acuerdo.
En sintonía,
Canelles y Tosco tenían un excelente diálogo con los estudiantes y,
particularmente con Scrimini, lo que permitió cerrar el círculo.
Además, muchos
barrios dieron su apoyo a través de sus comisiones vecinales: Villa El
Libertador, Bella Vista, Villa Revol, Güemes, Observatorio, Alberdi, Nueva
Córdoba, Talleres y Ferreyra, entre otros.
También los curas
tercermundistas y militantes católicos, especialmente del barrio obrero Los
Plátanos.
El 26 de mayo ambas
centrales sindicales cordobesas convocaron a un plenario conjunto donde se
aprobó una huelga general de 37 horas desde la mañana del 29 de mayo, con
abandono de tareas y movilización al centro de la ciudad.
Otra novedad para
ese momento del movimiento sindical. La presencia de las mujeres. Se sumaron
trabajadoras y delegadas del gremio bancario, del calzado, estatales,
telefónico, del vidrio, de comercio.
A las 11 horas del
día marcado la ciudad se empezó a paralizar. Por el sur de la ciudad avanzó la
enorme columna del SMATA formada por los trabajadores de IKA-Renault y otros
talleres. Por el norte avanzó la gran columna de Luz y Fuerza y la FUC, con
notable presencia de mujeres. A esta columna se sumaron los metalúrgicos y los
mecánicos de las autopartistas Perdriel e Ilasa.
La represión comenzó
en ambas puntas. Contra la columna norte, fue inmediata pero los manifestantes
resistieron con barricadas, piedras, fogatas para mitigar los efectos de los
gases lacrimógenos y gatos hambrientos para contrarrestar a los perros. Contra
la columna del sur, el primer enfrentamiento fue frente al Hogar Pizzurno.
Volaron piedras, rulemanes para que resbalaran y cayeran los caballos, hondas
metálicas; luego en la terminal de ómnibus vieja y, finalmente, en Boulevard
San Juan y Antonio Bas donde fue asesinado el delegado de SMATA Máximo Mena. La
noticia de su muerte se esparció por la ciudad y produjo el rechazo de la
población que salió a las calles a expresar su bronca.
Ante cada avance
policial, una barricada y continuidad de la marcha por calles alternativas.
Esta táctica descolocó a la policía que agotó la existencia de gases y
combustible y a las 13 horas se retiró de la ciudad. Algunos efectivos se
refugiaron en el Cabildo y el edificio de la guardia de Infantería. Hubo quema
de concesionarias, de algunas comisarías, locales de empresas multinacionales,
de la confitería Oriental donde se juntaban los administradores del poder
provincial.
A esa altura la
huelga se había transformado en insurrección popular. Los 50.000 manifestantes
habían tomado un tercio de la ciudad y la habían transformado en una gran plaza
pública. Habían demostrado que la unidad y la determinación de un pueblo
cansado del abuso y la represión podían resquebrajar la aparente fachada monolítica
que mostraba el poder.
A media tarde el
pueblo insurrecto se trasladó hacia los barrios en previsión de la llegada del
Ejército. Efectivamente, a las 17 aparecieron las tropas de infantería y
artillería, los tanques, ametralladoras, los efectivos de la Fuerza Aérea y
aviones de combate para reconocimiento. Se implantó el toque de queda que fue
desoído durante toda la noche por la población y continuaron los actos
relámpago. Las fuerzas militares avanzaron sobre los barrios. Establecieron
tribunales militares. Allanaron las sedes de Luz y Fuerza y Smata y condenaron
a prisión a Tosco, Torres, varios integrantes de la comisión de Luz y Fuerza, a
estudiantes y dirigentes barriales. Militarizaron la ciudad y trastornaron su
funcionamiento. Una cantidad nunca determinada de muertos, 170 heridos, 300
detenidos, 104 enjuiciados y 15 condenados fue el precio que pagó el pueblo de
la ciudad de Córdoba por demostrar que los dictadores no eran invencibles.
Luego, corrió la historia.
En septiembre se
producían el segundo Rosariazo y el Cipolletazo, en junio de 1970 sería
depuesto el presidente de facto Onganía por otro militar, luego el segundo
Tucumanazo, el Viborazo nuevamente en la ciudad Córdoba, el Mendozazo, el
Catamarqueñazo, el tercer Tucumanazo. El pueblo no descansó hasta que la
dictadura militar realizara elecciones democráticas y abandonara el poder.
Agustín Tosco fue reelegido secretario general de su gremio estando en prisión,
Elpidio Torres fue reelecto en SMATA, luego renunció y se retiró del gremio,
Atilio López fue electo vicegobernador de Córdoba. Al poco tiempo el drama se
cernió nuevamente sobre Córdoba. La Alianza Libertadores de América, la Triple
A y la siguiente dictadura se ensañaron con su pueblo. Pero esa es otra
historia.
Salú a ese pueblo de
Córdoba! Por tu rebeldía, tu demostración de coraje, por ser parte de nuestra
mejor historia, la de los que no renuncian a ser soberanos y a vivir en una
sociedad mejor.
#efeméridesdelPelícano
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