LA CAVERNA - JOSÉ SARAMAGO
Cipriano Algor, un hombre de sesenta y cuatro años es un
alfarero cuyos antepasados han vivido siempre del negocio.
Desde hace tres años esta viudo y vive con su hija Marta y su
yerno Marcial Gacho, que trabaja en un gran centro comercial en la ciudad.
Cipriano ha vivido siempre de la alfarería y es lo único que
sabe hacer en la vida. Todo lo que elabora lo vende en el centro comercial con
un contrato de exclusividad que le impide buscarse otros medios para vender su
producción.
Un día como otro cualquiera Cipriano lleva en su vieja furgoneta
la loza que ha de entregar al centro pero cuando llega allí el jefe del
departamento de ventas le indica que su relación comercial está a punto de
finalizar.
Su loza ya no se vende porque ha surgido unas piezas de plástico
mucho más ligeras y duraderas. Cipriano no entiende como los gustos de las
personas han podido cambiar tanto y ve como su futuro peligra.
Desesperado ante la idea de perder el negocio familiar y su
única forma de sustento explorará junto a su hija otra forma de volver al
mercado. A la vez su yerno espera un ascenso laboral que les llevará a mudarse
a vivir al centro comercial donde trabaja.
Mi impresión
“La caverna” deja de ser una novela liviana para
convertirse en una crítica al modelo consumista de la sociedad a la vez que nos
invita a reflexionar que es lo que tenemos delante de nuestros ojos y no vemos.
El argumento es muy sencillo. Nos muestra a través de una
familia tradicional de alfareros como va evolucionando el mundo dejándoles un
poco de lado. Padre e hija, Cipriano y Marta intentaran adaptarse elaborando
unas pequeñas figuras de barro en las que ponen todo su empeño e ilusión. Para
ellos el perder su horno supone perder todo su vida y todo lo que aman.
Cipriano no solo teme que estas no se adapten al gusto del
público sino que espera con desaliento la noticia del ascenso de su yerno que
les llevará a vivir al centro y les alejará de su amada vista campestre.
Mientras esto ocurre se produce la aparición de una mujer Isaura
y el perro Encontrado que harán reflexionar al protagonista de la historia y
plantearse su vida.
Como veis no se puede esperar muchas sorpresas en la historia ni
nos tendrá enganchados para ver qué sucederá en las páginas siguientes pero es
una novela que tiene cierto encanto por su sencillez.
En cuanto a los personajes, Saramago como viene siendo habitual
en sus novelas, es muy amable y generoso con sus protagonistas dotándoles de
buenas virtudes.
Cipriano es un hombre cabal y juicioso capaz de adaptarse a la
vida de su hija y su yerno para no causarles problemas.
Marta es comprensiva con su padre y marido y no quiere
decepcionar a ninguno.
Marcial se muestra respetuoso y colaborador con su familia
política.
También nos muestra las buenas relaciones existentes entre estos
personajes basadas en el respeto son incapaces de contrariarse unos a otros e
incluso decepcionarse aunque para ello tengan que ocultar de alguna forma la
verdad.
Como siempre el estilo de Saramago no es fácil de digerir para
el lector poco acostumbrado. Quizás demasiado para el lector que tome uno de
sus libros por primera vez cuyo estilo tan peculiar puede llegar a agobiar.
Narrado en tercera persona su prosa es densa y elaborada. Como
suele hacer no utiliza guiones en los diálogos sino que separa las frases por
comas, y carecen de signos de exclamación e interrogación.
El narrador omnisciente utiliza el presente para narrarnos los
acontecimientos pero frecuentemente se cuestiona lo que ha de suceder o incluso
se aventura en pequeñas conjeturas y reflexiones.
La historia tarda bastante en coger cuerpo, no será hasta la
mitad de la novela que veamos cambios significativos en el transcurso de la
historia para luego al final resolverlo de forma rápida y sin ambages.
Me ha sucedido en bastantes novelas de Saramago que
cuando terminan me he quedado con ganas de saber más sobre los personajes y me
ha dado pena abandonar una historia que podría haber dado mucho mas de si (como
“El hombre duplicado”).
Pues esta novela me ha dejado también esta sensación de que la
historia podría haber continuado siendo igualmente interesante.
¿Os suena de algo “El mito de la caverna” de Platón? Por si acaso os pillo
distraídos os pongo un poco al día. Es una especie de metáfora que Platón nos
narra en el libro VII de su obra “La República”.
En ella explora la diferencia existente entre el conocimiento
que nos proporciona la razón y el que nos llega a través de los sentidos, uno
imperceptible a simple vista y el otro aparentemente obvio.
En la narración Platón nos explica como en un espacio cavernoso
se encuentran desde su nacimiento varios hombres, encerrados y atados con
cadenas. Esta sujeción les impide volver la cara y solo pueden mirar hacia
adelante.
Tras ellos hay la luz de un fuego que arde y que proyecta las
sombras de otros prisioneros que transportan mercancías a través de un camino
situado en un plano más alto.
Los prisioneros que solo pueden mirar hacia una dirección lo
único que perciben del mundo exterior son esas sombras. Y eso es lo único que
ellos pueden ver y percibir del mundo.
El filósofo nos plantea que es lo que sucedería si de repente
pudiesen volver las cabezas. ¿Cuál sería su realidad? La que han conocido desde
que nacieron o lo nuevo que ven.
Pero y si sacaran al exterior a uno de esos hombres y viera la
luz del sol. ¿Volvería a su vida anterior tras haber conocido y comprendido el
mundo de fuera?
Pero si este hombre volviera a la caverna a liberar a sus
antiguos compañeros ¿sería capaz de convencerlos? Probablemente no, no solo se
burlarían de él sino que incluso tal vez intentarían matarlo.
La idea, más o menos, es que lo que llega a nuestros sentidos no
tiene porque ser la realidad absoluta y siempre podremos descubrir una realidad
ajena a lo que vivimos en este momento.
Pero esta explicación que os doy viene a cuento de algo. Y es
que esta novela está inspirada en este mito.
El gran centro comercial que Saramago critica es la caverna. Un
lugar con sus propias reglas que marca la vida de sus ciudadanos. Donde sus
habitantes viven en un lugar frio y sin personalidad. Sin poder ver el sol ni
las estrellas. El trabajo esclaviza el espíritu y anula la personalidad. Pero
para poder entenderlo mejor hay que leerlo.
A la vez es una gran crítica a la sociedad consumista. Los
negocios tradicionales van desapareciendo a la vez que la sociedad consumista
evoluciona a pasos agigantados.
Son las grandes superficies las que marcan las tendencias y
deciden nuestras necesidades. Incluso hace una comparativa del centro con Dios
que tiene el poder de elegir.
Conclusión
Las novelas de Saramago son únicas y aunque creo que esta no es
una de las mejores merece la pena leerla. Impregnada de su esencia nos cuenta
como los tiempos cambian y las personas debemos o dejarnos llevar o luchar por
lo que queremos. En esta historia hay sueños y esperanza pero también
desilusión y pesar.
Quizás no es la novela más apropiada para empezar a leer al
genio portugués pero si uno ya lo conoce seguro que se siente muy a gusto, como
me ha pasado a mí, con los personajes y la historia de la alfarería. Para mí es
una lectura muy recomendable.
Como el mismo Saramago dijo: “La caverna ha sido escrita para
que la gente salga de la caverna”.
Cipriano Algor, un hombre de sesenta y cuatro años es un
alfarero cuyos antepasados han vivido siempre del negocio.
Desde hace tres años esta viudo y vive con su hija Marta y su
yerno Marcial Gacho, que trabaja en un gran centro comercial en la ciudad.
Cipriano ha vivido siempre de la alfarería y es lo único que
sabe hacer en la vida. Todo lo que elabora lo vende en el centro comercial con
un contrato de exclusividad que le impide buscarse otros medios para vender su
producción.
Un día como otro cualquiera Cipriano lleva en su vieja furgoneta
la loza que ha de entregar al centro pero cuando llega allí el jefe del
departamento de ventas le indica que su relación comercial está a punto de
finalizar.
Su loza ya no se vende porque ha surgido unas piezas de plástico
mucho más ligeras y duraderas. Cipriano no entiende como los gustos de las
personas han podido cambiar tanto y ve como su futuro peligra.
Desesperado ante la idea de perder el negocio familiar y su
única forma de sustento explorará junto a su hija otra forma de volver al
mercado. A la vez su yerno espera un ascenso laboral que les llevará a mudarse
a vivir al centro comercial donde trabaja.
Mi impresión
“La caverna” deja de ser una novela liviana para
convertirse en una crítica al modelo consumista de la sociedad a la vez que nos
invita a reflexionar que es lo que tenemos delante de nuestros ojos y no vemos.
El argumento es muy sencillo. Nos muestra a través de una
familia tradicional de alfareros como va evolucionando el mundo dejándoles un
poco de lado. Padre e hija, Cipriano y Marta intentaran adaptarse elaborando
unas pequeñas figuras de barro en las que ponen todo su empeño e ilusión. Para
ellos el perder su horno supone perder todo su vida y todo lo que aman.
Cipriano no solo teme que estas no se adapten al gusto del
público sino que espera con desaliento la noticia del ascenso de su yerno que
les llevará a vivir al centro y les alejará de su amada vista campestre.
Mientras esto ocurre se produce la aparición de una mujer Isaura
y el perro Encontrado que harán reflexionar al protagonista de la historia y
plantearse su vida.
Como veis no se puede esperar muchas sorpresas en la historia ni
nos tendrá enganchados para ver qué sucederá en las páginas siguientes pero es
una novela que tiene cierto encanto por su sencillez.
En cuanto a los personajes, Saramago como viene siendo habitual
en sus novelas, es muy amable y generoso con sus protagonistas dotándoles de
buenas virtudes.
Cipriano es un hombre cabal y juicioso capaz de adaptarse a la
vida de su hija y su yerno para no causarles problemas.
Marta es comprensiva con su padre y marido y no quiere
decepcionar a ninguno.
Marcial se muestra respetuoso y colaborador con su familia
política.
También nos muestra las buenas relaciones existentes entre estos
personajes basadas en el respeto son incapaces de contrariarse unos a otros e
incluso decepcionarse aunque para ello tengan que ocultar de alguna forma la
verdad.
Como siempre el estilo de Saramago no es fácil de digerir para
el lector poco acostumbrado. Quizás demasiado para el lector que tome uno de
sus libros por primera vez cuyo estilo tan peculiar puede llegar a agobiar.
Narrado en tercera persona su prosa es densa y elaborada. Como
suele hacer no utiliza guiones en los diálogos sino que separa las frases por
comas, y carecen de signos de exclamación e interrogación.
El narrador omnisciente utiliza el presente para narrarnos los
acontecimientos pero frecuentemente se cuestiona lo que ha de suceder o incluso
se aventura en pequeñas conjeturas y reflexiones.
La historia tarda bastante en coger cuerpo, no será hasta la
mitad de la novela que veamos cambios significativos en el transcurso de la
historia para luego al final resolverlo de forma rápida y sin ambages.
Me ha sucedido en bastantes novelas de Saramago que
cuando terminan me he quedado con ganas de saber más sobre los personajes y me
ha dado pena abandonar una historia que podría haber dado mucho mas de si (como
“El hombre duplicado”).
Pues esta novela me ha dejado también esta sensación de que la
historia podría haber continuado siendo igualmente interesante.
¿Os suena de algo “El mito de la caverna” de Platón? Por si acaso os pillo
distraídos os pongo un poco al día. Es una especie de metáfora que Platón nos
narra en el libro VII de su obra “La República”.
En ella explora la diferencia existente entre el conocimiento
que nos proporciona la razón y el que nos llega a través de los sentidos, uno
imperceptible a simple vista y el otro aparentemente obvio.
En la narración Platón nos explica como en un espacio cavernoso
se encuentran desde su nacimiento varios hombres, encerrados y atados con
cadenas. Esta sujeción les impide volver la cara y solo pueden mirar hacia
adelante.
Tras ellos hay la luz de un fuego que arde y que proyecta las
sombras de otros prisioneros que transportan mercancías a través de un camino
situado en un plano más alto.
Los prisioneros que solo pueden mirar hacia una dirección lo
único que perciben del mundo exterior son esas sombras. Y eso es lo único que
ellos pueden ver y percibir del mundo.
El filósofo nos plantea que es lo que sucedería si de repente
pudiesen volver las cabezas. ¿Cuál sería su realidad? La que han conocido desde
que nacieron o lo nuevo que ven.
Pero y si sacaran al exterior a uno de esos hombres y viera la
luz del sol. ¿Volvería a su vida anterior tras haber conocido y comprendido el
mundo de fuera?
Pero si este hombre volviera a la caverna a liberar a sus
antiguos compañeros ¿sería capaz de convencerlos? Probablemente no, no solo se
burlarían de él sino que incluso tal vez intentarían matarlo.
La idea, más o menos, es que lo que llega a nuestros sentidos no
tiene porque ser la realidad absoluta y siempre podremos descubrir una realidad
ajena a lo que vivimos en este momento.
Pero esta explicación que os doy viene a cuento de algo. Y es
que esta novela está inspirada en este mito.
El gran centro comercial que Saramago critica es la caverna. Un
lugar con sus propias reglas que marca la vida de sus ciudadanos. Donde sus
habitantes viven en un lugar frio y sin personalidad. Sin poder ver el sol ni
las estrellas. El trabajo esclaviza el espíritu y anula la personalidad. Pero
para poder entenderlo mejor hay que leerlo.
A la vez es una gran crítica a la sociedad consumista. Los
negocios tradicionales van desapareciendo a la vez que la sociedad consumista
evoluciona a pasos agigantados.
Son las grandes superficies las que marcan las tendencias y
deciden nuestras necesidades. Incluso hace una comparativa del centro con Dios
que tiene el poder de elegir.
Conclusión
Las novelas de Saramago son únicas y aunque creo que esta no es
una de las mejores merece la pena leerla. Impregnada de su esencia nos cuenta
como los tiempos cambian y las personas debemos o dejarnos llevar o luchar por
lo que queremos. En esta historia hay sueños y esperanza pero también
desilusión y pesar.
Quizás no es la novela más apropiada para empezar a leer al
genio portugués pero si uno ya lo conoce seguro que se siente muy a gusto, como
me ha pasado a mí, con los personajes y la historia de la alfarería. Para mí es
una lectura muy recomendable.
Como el mismo Saramago dijo: “La caverna ha sido escrita para
que la gente salga de la caverna”.
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