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lunes, 5 de octubre de 2015

LA RESILIENCIA, LA CAPACIDAD DE SOBREPONERSE A LA ADVERSIDAD

  • Enviado el : 2 October 2015
  •  
  • Por: javier
La Resiliencia, la capacidad de sobreponerse a la adversidad

La resiliencia, en su origen, es la capacidad de un material para recuperar su estado inicial cuando es sometido a una presión. 

Sin embargo, en psicología y psicoterapia es un concepto que hace referencia a la capacidad de las personas para sobreponerse e incluso crecer en situaciones adversas. 

Como tal, aporta una visión mucho más centrada en lo positivo y único de cada caso, y cuando se tiene en cuenta, puede transformar la intervención y mejorar enormemente el resultado.
Entre las múltiples definiciones de lo que es la resiliencia, la de Goetberg (1995), me parece la más clara: 

Resiliencia es “la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e incluso ser trasformado positivamente por ellas”. 

Habitualmente los autores entienden la resiliencia como un concepto que por un lado es una “resistencia a la destrucción” y por otro “capacidad de restructuración”.  

Sin embargo, la definición de Goetberg introduce el matiz “incluso ser transformado positivamente por ellas”, esto es muy importante porque realmente se pueden llegar a adaptaciones no positivas, pseudo adaptaciones por así decirlo, donde se mantiene la funcionalidad y el ritmo de vida pero no es una solución válida del problema, como por ejemplo recurriendo a las adicciones.
Las principales características de la resiliencia son que es universal, se puede mejorar y es inestable a lo largo del tiempo, tanto porque tiende a aumentar con la edad como porque los acontecimientos influyen en ella. 

La resiliencia se compone de la interacción de todos los recursos del sujeto para seguir adelante. 

Cada persona puede tener recursos propios que solo le sirvan a él para superar un problema, sin embargo, se pueden extraer factores comunes, donde se puede intervenir de manera concreta.
  • Necesidades básicas: Comida, vivienda… Una base sobre la que el sujeto pueda actuar.

  • Aceptación de la persona: Esto, aparentemente “obvio”, es algo fundamental que no todo el mundo encuentra a su alcance, y sin embargo, es lo que más ayuda.

  • Búsqueda de sentido: Se trata del proyecto vital, de la visión de futuro. Encontrar una profesión, o un hobby, puede dar sentido a la vida y desde ahí motivar a la persona para movilizarse al cambio.

  • Autoestima: Muy relacionado con las expectativas de cambio y la percepción de autoeficacia. Condiciona toda la vida del sujeto.

  • Aptitudes personales y sociales: Capacidades y habilidades sociales. Favorecen el desempeño o aumentan las redes sociales. Facilita el acceso a los recursos que el sujeto pueda necesitar.

  • Sentido del humor: Permite restarle importancia a los problemas y verlos desde un punto de vista más positivo.

  • Apertura a nuevas experiencias: La apertura a lo novedoso facilita la adaptación.
Además de estos factores comunes, los diversos autores mencionan otros importantes. Entre ellos, estaría la inteligencia, como capacidad de resolver problemas, que explicaría porque la resiliencia aumenta con la edad. 

También entran las redes sociales y la familia, como apoyo emocional en los momentos difíciles, mayor posibilidad de acceder a información y a otros recursos, o como medio de generar nuevas respuestas y facilitar la adaptación. 

Desde el punto de vista del contexto, sería importante también los recursos disponibles, esto ya es determinante del lugar donde se nace, o el contexto socioeconómico.
Todos estos factores interaccionan, y es el resultado de la interacción lo que importa. No tener uno o varios de estos factores no es algo preocupante. Tener aunque sea unos pocos facilita una visión más positiva del caso y abre vías de intervención, ya sea en factores externos o internos al individuo. 

Muchas veces encontraremos que las personas tienen recursos únicos que ya le están ayudando (escribir, por ejemplo). Las posibilidades para la prevención, son enormes.
El objetivo último es que la persona pueda decir:
  • Tengo: Personas en quienes confío y me quieren a pesar de mis defectos. 

  • Personas que me enseñan con su ejemplo, que quieren que sea independiente y dispuestas a ayudarme.

  • Puedo: Encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito, buscar la forma de resolver un problema y hablar sobre lo que me inquieta.

  • Soy: Una persona capaz de aprender, respetuoso, y que me siento apreciada por los demás.

  • Estoy: Dispuesto a responsabilizarme de mis actos y pedir ayuda si es necesario.
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