LA VISUALIZACIÓN DEL MAL
31 de agosto de 2023
Durante el kirchnerismo se instaló en los medios hegemónicos y
en el imaginario social que su gobierno había introducido una concepción
confrontativa de la política basada en los antagonismos y la relación amigo
enemigo.
Recuerdo a un famoso periodista, vil colaborador de la
dictadura, que cuando murió Ernesto Laclau lo celebró diciendo: "los
odiadores también mueren".
Así eran las cosas por entonces, se le atribuía a Laclau haber
impregnado al Kirchnerismo de ideas combativas y siempre dispuesto a dar batalla.
En otros términos, según la versión narrativa de la Derecha, la
fusión entre kirchnerismo y la razón populista dividía a la armónica familia
argentina.
Lo cierto es que si el kirchnerismo se movió en el campo de los
antagonismos, estos eran casi siempre abstractos, muy argumentados en función
del bien público y los intereses del Estado y por lo tanto sin ningún propósito
de poner en cuestión al Sistema.
Si se hablaba críticamente del capitalismo y los mercados en
favor de los vulnerables nunca se lo hacía por fuera de las lógicas
institucionales.
El kirchnerismo ejercía de modo autoconsciente, la manera en que
habían tenido lugar las transformaciones mundiales del capitalismo
contemporáneo y sabía que no se vivía en el tiempo de la Revolución.
Por todo ello nunca intentó reanudar la lucha de clases y se
manejó en el terreno de un "agonismo" con los adversarios, que nunca
desbordó el marco de la democracia liberal.
La diferencia actual que ha introducido la derecha ultra-derechizada
es que juega todas sus cartas en una visualización completa del enemigo que se
ha vuelto la encarnación del Mal.
La "casta", célebre término extraído del primer
Podemos en España, es lo que hace posible una visualización directa de los
enemigos malignos a suprimir.
No se trata de representar un antagonismo frente a un adversario
sino de visualizar enemigos que deben ser suprimidos porque constituyen un
estorbo para la libertad.
Por esta razón, el trazo que demarca la posición es distinto, se
trata de quienes se creen superiores en los distintos planos, ético,
intelectual y político, y que rechazan, no antagonizan, en este caso contra el
mal o los malignos.
Esto ya no es un mero conflicto político, es una batalla contra
el Mal y el mal está visualizado de un modo directo abarcando un amplio y
cambiante espectro que muestra que hay grandes posibilidades de asistir a un
desastre de grandes proporciones.
No hay ningún populismo en el libertario sino un fascismo
reformulado por la razón neoliberal.
No reúne a un Pueblo, más bien agrupa a una masa de creyentes.
Es cierto, que como suele ocurrir, una vez ganados sus votos la
estrategia narrativa ha cambiado y lógicamente se presenta ahora cambiando sus
argumentos más disparatados.
Ahora habla como si no se fuera a comer a nadie y obviamente,
como todo el mundo, deberá ocupar su propio lugar en la "casta".
No obstante sería importante no olvidar el núcleo duro de su
discurso en todas sus dimensiones hostiles y megalómanas.
Es una simplificación decir ahora, "el tipo no es ningún
estúpido". La locura y la estupidez son realidades muy distintas.
Las historias de los fascismos ejercidos por personalidades
megalómanas dan testimonio de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario