NOAM CHOMSKI – EL TRABAJADOR
--- «La aspiración de los trabajadores de hoy es servir a sus dueños»
--- «Antes, la idea de tener un trabajo regular era intolerable.
La gente no quería subordinarse a un amo durante toda su vida
laboral, pero ahora sí. Este uno de los grandes logros de la propaganda
capitalista»
--- sistema económico liberal, que para ambos - trabajador yempleador - se
sustenta en un aparato de influencia ideológica que «aliena» cada vez más a la
clase obrera.
--- ha sido un crítico abierto de las estructuras de poder y las políticas económicas, incluyendo las relaciones laborales.
--- Sus ideas sobre el trabajo se centran en la crítica a la concentración de poder económico en manos de unos pocos y la explotación de los trabajadores en sistemas capitalistas.
Además, ha abogado por un modelo de sociedad más
igualitario y participativo, donde los trabajadores tengan mayor control sobre
sus condiciones laborales.
--- ... ha expresado repetidamente su preocupación
por la concentración de riqueza y poder en manos de las corporaciones y élites
económicas, lo que lleva a la explotación laboral.
--- ... la
"aspiración" de muchos trabajadores hoy en día es simplemente servir
a sus dueños, lo que refleja su visión de la alienación y la falta de agencia
que pueden experimentar en el trabajo
--- ...aboga por modelos alternativos, como el
socialismo libertario, donde los trabajadores tengan un mayor control sobre su
trabajo y la sociedad en general, promoviendo la cooperación y la autogestión.
--- Su postura política se define como anarcosindicalista y socialista libertario, lo que implica una visión donde los trabajadores tienen un papel central en la organización de la sociedad y la economía, con un énfasis en la autogestión y la eliminación de la jerarquía
--- Aunque su trabajo más conocido es en lingüística,
Chomsky también ha aplicado su enfoque crítico a las estructuras sociales,
argumentando que la libertad y la autonomía son fundamentales para el
desarrollo humano, tanto en el ámbito lingüístico como en el laboral.
--- Tener un trabajo significa vivir
bajo las órdenes de un jefe | [esclavitud asalariada]
--- ¿Tenía razón Noam Chomsky cuando dijo que tener
un trabajo significa vivir en un sistema autoritario?
“Chomsky: Piénsenlo un minuto: casi todo el mundo pasa la mayor parte de su vida viviendo en un sistema totalitario. Se llama tener un trabajo.
Cuando tienes un trabajo, estás bajo el control total de los dueños de la empresa. Ellos determinan qué te pones, cuándo vas al baño, qué haces – la misma idea de un contrato de trabajo es venderte a la servidumbre. Estos son gobiernos privados. Son más totalitarios que los gobiernos.
--- No pueden asesinarte legalmente, pero pueden
controlar todo lo que haces.
--- ... el argumento
libertario de derecha será "bueno, eres libre de irte cuando
quieras".
Chomsky: Sí, eres libre de morirte de hambre, eso es
exactamente correcto. Tienes la opción de morirte de hambre o venderte a la
tiranía. Muy libertario. Los libertarios de derecha, crean lo que crean, son en
realidad autoritarios de hueso colorado. Están pidiendo la subordinación a
tiranías privadas, el peor tipo de tiranías.”
Creo que plantea algunos buenos puntos en los que mucha gente de la clase trabajadora ni siquiera piensa.
--- “NO ES POPULISMO, ES QUE LOS TRABAJADORES SE
VUELVEN CONTRA LAS ÉLITES”. ENTREVISTA A NOAM CHOMSKY
16/09/2018
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Lingüista, filósofo, personalidad académica, teórico de la comunicación y activista politico, el profesor
Noam Chomsky no necesita presentación. Después
de transformar el mundo de la lingüística con su teoría de la gramática
transformacional-generativa en los años 50 y 60, siguió observando la realidad
y la dinámica social con una visión revolucionaria, elaborando análisis y
ensayos sobre cuestiones relativas al poder, el consenso, la democracia y el
lenguaje.
ENTREVISTA al
periodista Fabrizio Rostelli para el diario italiano il manifesto.
--- P.: Estamos siendo testigos de un desplazamiento progresivo de una gran parte de la clase trabajadora norteamericana y europea a la derecha política. Los medios de comunicación lo llaman “populismo”, pero no creo que sea la palabra correcta.
¿Cuál es la razón de este proceso? ¿Qué
tendría que hacer la izquierda para recuperar el terreno?
--- R.: Yo lo diría de manera un tanto distinta. La gente de
clase trabajadora se está volviendo contra las élites y las instituciones
dominantes que llevan castigándola una generación.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los salarios
reales son más reducidos hoy que cuando se instituyó la arremetida neoliberal
desde finales de 70, con su intenso recrudecimiento con Reagan y Thatcher y sus
previsibles efectos en el declive del funcionamiento de las instituciones
formalmente democráticas.
Ha habido crecimiento económico y un aumento de la
productividad, pero la riqueza generada ha acabado en muy pocos bolsillos, en
su mayor parte en las instituciones financieras predadoras que resultan, en
conjunto, dañinas para la economía.
En Europa viene a ser en buena medida lo mismo, en
cierto sentido hasta peor, porque la toma de decisiones en asuntos
fundamentales se ha desplazado a una Troika no elegida.
Los partidos de gobierno de
centro-derecha/centro-izquierda (los demócratas norteamericanos, los
socialdemócratas europeos) se han movido a la derecha, abandonando en gran
medida los intereses de la clase trabajadora. Y eso ha conducido al enfado, la
frustración, el miedo y los chivos expiatorios.
Puesto que las verdaderas causas quedan ocultas en la obscuridad, tiene que ser culpa de los indignos pobres, o de las minorías étnicas, o de los inmigrantes, o de otros sectores vulnerables.
En esas
circunstancias, la gente se agarra a un clavo ardiendo. En los Estados Unidos,
mucha gente de clase trabajadora votó por Obama, creyendo en su mensaje de
“esperanza” y “cambio”, y cuando se sintieron rápidamente desilusionados
buscaron algo distinto.
Se trata de un suelo fértil para demagogos como Trump,
que pretenden ser voz de los trabajadores, al tiempo que los debilita cada vez
más mediante las brutales medidas antisindicales de su administración, que
representa el ala más salvaje del Partido Republicano.
Nada tiene eso que ver con el “populismo”, un concepto
con una historia ambivalente, y a menudo bastante respetable.
Hay reacciones constructivas, como las de las campañas
de Sanders y Corbyn, objeto de agrios ataques por parte de las élites del
sistema, sobre todo en el Reino Unido, donde resultan particularmente
virulentas.
En el continente, el MDeE25 [Movimiento por la
Democracia en Europa 2025 -DiEM25 -Democracy in Europe Movement 2025] resulta
muy prometedor, pero se enfrenta a obstáculos considerables.
--- P.: Declaró usted recientemente que el Partido Republicano
es la organización más peligrosa de la historia de la humanidad debido a su
política relativa al cambio climático y las armas nucleares. ¿No cree que el
Partido Demócrata ha sido la causa principal de la victoria de Trump?
--- R.: El abandono de la clase trabajadora por parte de los demócratas ha constituido desde luego un elemento significativo en la victoria de Trump (en el colegio electoral, con una minoría del voto popular), junto a otros factores, tales como el éxito que han tenido a la hora de impedir que la gente vote los gobiernos de estados republicanos, que ahora se recrudece con el apoyo del Tribunal Supremo más reaccionario de la historia.
Pero eso no cambia el hecho, bien claro y nada ambiguo, por indescriptible que pueda resultar, de que el Partido Republicano es la organización más peligrosa de la historia humana. .
Ni siquiera Hitler dedicó sus esfuerzos a socavar las perspectivas de la existencia humana organizada en un próximo futuro. Y con plena consciencia de lo que están haciendo.
Trump, por ejemplo, cree firmemente en el
calentamiento global. No hace mucho solicitó permiso al gobierno irlandés para
construir un muro que proteja su campo de golf del ascenso del nivel del mar,
alegando los peligros del calentamiento global.
Tómese, si no, a Rex Tillerson, al que se considera
“el adulto de la casa”, tan sensato que no duró mucho en el gabinete de
ultraderecha de Trump. A finales de los años 80 se había convertido en alto
ejecutivo (luego en director general) de ExxonMobil, cuando el calentamiento
global se convirtió en asunto público gracias al difundido testimonio de James
Hanson en 1988 sobre amenazas extremas. Tenía en su mesa de despacho informes
de sus propios científicos, de hacía muchos años, avisando de los graves efectos
del calentamiento global. En cuanto las amenazas llegaron a la opinión pública,
la empresa comenzó a canalizar fondos hacia el negacionismo, mientras
continuaba, como hasta hoy, desarrollando nuevas formas de destruir el medio
ambiente.
¿Puede usted pensar en algún término que denomine ese
comportamiento en cualquier idioma? Yo no. O para la incapacidad de verlo como
lo que es.
--- P.: ¿Podría ser Bernie Sanders una alternativa real y
creíble al Partido Republicano y a los candidatos demócratas?
--- R.: El rasgo más notable de la campaña de 2016 no fue la
elección de un multimillonario, con ingentes cantidades de dinero, sobre todo
en las cruciales etapas finales de la campaña, y con enorme apoyo mediático
(Fox News, órgano prácticamente del ala derecha del Partido Republicano, y las
tertulias de la radio, de enorme audiencia, tomadas hace ya mucho por empresas
de la extrema derecha).
El rasgo más notable fue la campaña de Sanders, que rompió con más de un siglo de historia política norteamericana en la que las elecciones han sido previsibles con notable precisión, lo cual resulta cierto también en el caso del Congreso, por la sencilla variable del gasto de campaña.
Sanders era casi desconocido, fue descartado o ridiculizado por los medios, no disponía de financiación del sistema empresarial o de fortunas particulares, y hasta utilizó la palabra “socialismo”, un término que da miedo en los EE.UU., a diferencia de otras sociedades.
De hecho, sus medidas políticas “socialistas” no le habrían sorprendido al presidente Eisenhower, un conservador chapado a la antigua, pero con el desplazamiento del espectro político a la derecha en los años del neoliberalismo, parecían revolucionarias, salvo para la opinión pública en general, que en buena medida apoya esa medidas políticas, como demuestran regularmente las encuestas, a menudo por un margen grande.
Podría haber conseguido perfectamente la designación como candidato demócrata, de no haber sido por las maquinaciones de los gestores del Partido de los Obama-Clinton.
Se reveló como la figura política más popular del país. Las ramificaciones de su campaña, combinadas con otras, se están convirtiendo en una fuerza significativa, pese a la hostilidad mediática y la intensa oposición de los centros de poder económico, que son habitualmente decisivos en los resultados electorales determinantes y la elaboración de medidas políticas, como ha demostrado una extensa labor de la ciencia política académica.
La verdadera pregunta es si los EE.UU pueden convertirse en una democracia que funcione, que se acerque a los conocidos lemas “de, por y para el pueblo”. Se pueden hacer las mismas preguntas en el caso de Europa.
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