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miércoles, 2 de abril de 2014

DAÑO AL PROYECTO DE VIDA DE LOS TRABAJADORES” - COMENTARIO AL TRABAJO DEL DR. EDUARDO A. DEPETRIS - Por Juan Pablo FIORINI

COMENTARIO AL TRABAJO DEL DR. EDUARDO A. DEPETRIS:
“DAÑO AL PROYECTO DE VIDA DE LOS TRABAJADORES”
Por Juan Pablo FIORINI

El estado actual de los autores que nutren al derecho social del trabajo no deja de dar pruebas de una fecundidad, de una audacia, de una novedad sorprendentes en todas sus direcciones. Asimismo se ve desde hace algunos años, multiplicarse profundamente nuestra visión del mundo y la conciencia que adquirimos de nosotros mismos, por lo que abarcar el tema que nos propone el Dr. Eduardo Alfonso DEPETRIS, es sin lugar a dudas un acto valeroso de su parte, porque rompe con principios clásicos.

Decir con total exactitud y razón que “el daño a la persona en su proyecto existencial puede emanar de un despido sin justa causa, puede tratarse de un acto discriminatorio que lleva al trabajador a la marginalidad”, hoy en día implica romper con el principio de la tarifación que rige a las relaciones laborales a modo de salvaguarda patronal.  

Por ello, hablar seriamente de los daños que produce la afectación del status del trabajador, ya sea por su despido sin causa, por un accidente de trabajo, por una enfermedad profesional o por la violencia laboral, entre otras cosas, produce el necesario debate acerca de los distintos niveles de afectación y del modo de reparación de los mismos.   

En rigor, de ello se trata la determinación del daño al proyecto de vida.        

Montesquieu con una síntesis genial dijo que “el hombre no es pobre por no tener, sino por no poder trabajar”, ¿puede un hombre que ha perdido su trabajo mantener su proyecto de vida?.  

Desde ya que no, y mucho menos podrá hacerlo cuanta mayor edad tenga, o si ha sufrido un accidente de trabajo y no logre superar un preocupacional, o mucho peor, si ha quedado con alguna incapacidad sobreviniente (y todo ello en un contexto de permanente crisis).

En consecuencia, ¿puede considerarse como una situación idéntica el despido de un trabajador de 25 años, al despido de uno de 50? Salvo excepciones, la regla general es que no. Entonces ¿por qué utilizar los mismos parámetros para indemnizar a uno y otro?, ¿no existen distintos niveles de afectación al proyecto de vida en uno y otro caso?.

El hombre experimenta necesidades de todas clases, renovándose las mismas sin cesar, hallándose obligado a satisfacerlas, con el fin de conservar la vida o extenderla.  Para satisfacer estos fines pone en ejercicio las fuerzas que son inherentes a su personalidad, y con las cuales utiliza los agentes de su naturaleza.  Así el trabajo es una actividad voluntaria desplegada por una serie de conductas destinadas a que el individuo descubra y utilice los recursos de la naturaleza.

El hombre no ocupa un lugar puramente accidental en la naturaleza, pues considerar al ser humano como puro accidente da una idea tan falsa, modo que considerarlo la cima predestinada de la creación. Asumiendo entonces esta realidad,  podremos comprender que su tarea propia es cambiar su sentido de la pertenencia, sin romper la corriente vivificante.  Teilhard de Chardin ha puesto en relieve que, por encima de las diversas “curvaturas” de los físicos, existe una “curvatura de la persona”, que trabaja el mundo desde el origen para franquear el camino a una autonomía cada vez más firme de la acción personal, al mismo tiempo que a una solidaridad cada vez más extendida del universo.  Desde este punto de vista no es el ambiente lo que es formador, aunque sea vivificador: son las estructuras impuestas por el hombre, artificiales en cuanto son obra de su esfuerzo, pero profundamente naturales en cuanto realizan la obra de la naturaleza.

El hombre es un proyecto constante, su naturaleza inquieta provoca que él mismo y por sus propios medios genere la estructura idónea para su desarrollo, por ello se encuentra en un estado perpetuo de evolución y de perfeccionamiento.

Cuando esas estructuras se rompen, y los medios se limitan, el ser humano se margina limitando esa evolución y perfeccionamiento.


Desde mi punto de vista el excelente trabajo del Dr. DEPETRIS, busca la apertura del debate acerca de la reparación de las estructuras que el sistema actual rompe y quedan impunes injustamente, por ello recomiendo su lectura, ansiando un debate serio al respecto.  

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