COMENTARIO
AL TRABAJO DEL DR. EDUARDO A. DEPETRIS:
“DAÑO AL
PROYECTO DE VIDA DE LOS TRABAJADORES”
Por Juan
Pablo FIORINI
El
estado actual de los autores que nutren al derecho social del trabajo no deja
de dar pruebas de una fecundidad, de una audacia, de una novedad sorprendentes
en todas sus direcciones. Asimismo se ve desde hace algunos años, multiplicarse
profundamente nuestra visión del mundo y la conciencia que adquirimos de
nosotros mismos, por lo que abarcar el tema que nos propone el Dr. Eduardo Alfonso
DEPETRIS, es sin lugar a dudas un acto valeroso de su parte, porque rompe con
principios clásicos.
Decir
con total exactitud y razón que “el daño a la persona en su proyecto
existencial puede emanar de un despido sin justa causa, puede tratarse de un
acto discriminatorio que lleva al trabajador a la marginalidad”, hoy en día
implica romper con el principio de la tarifación que rige a las relaciones
laborales a modo de salvaguarda patronal.
Por
ello, hablar seriamente de los daños que produce la afectación del status del
trabajador, ya sea por su despido sin causa, por un accidente de trabajo, por
una enfermedad profesional o por la violencia laboral, entre otras cosas,
produce el necesario debate acerca de los distintos niveles de afectación y del
modo de reparación de los mismos.
En
rigor, de ello se trata la determinación del daño al proyecto de vida.
Montesquieu
con una síntesis genial dijo que “el hombre no es pobre por no tener, sino por
no poder trabajar”, ¿puede un hombre que ha perdido su trabajo mantener su
proyecto de vida?.
Desde ya que no, y
mucho menos podrá hacerlo cuanta mayor edad tenga, o si ha sufrido un accidente
de trabajo y no logre superar un preocupacional, o mucho peor, si ha quedado
con alguna incapacidad sobreviniente (y todo ello en un contexto de permanente
crisis).
En
consecuencia, ¿puede considerarse como una situación idéntica el despido de un
trabajador de 25 años, al despido de uno de 50? Salvo excepciones, la regla
general es que no. Entonces ¿por qué utilizar los mismos parámetros para
indemnizar a uno y otro?, ¿no existen distintos niveles de afectación al
proyecto de vida en uno y otro caso?.
El
hombre experimenta necesidades de todas clases, renovándose las mismas sin
cesar, hallándose obligado a satisfacerlas, con el fin de conservar la vida o
extenderla. Para satisfacer estos fines
pone en ejercicio las fuerzas que son inherentes a su personalidad, y con las
cuales utiliza los agentes de su naturaleza.
Así el trabajo es una actividad voluntaria desplegada por una serie de
conductas destinadas a que el individuo descubra y utilice los recursos de la
naturaleza.
El
hombre no ocupa un lugar puramente accidental en la naturaleza, pues considerar
al ser humano como puro accidente da una idea tan falsa, modo que considerarlo
la cima predestinada de la creación. Asumiendo entonces esta realidad, podremos comprender que su tarea propia es
cambiar su sentido de la pertenencia, sin romper la corriente vivificante. Teilhard de Chardin ha puesto en relieve que,
por encima de las diversas “curvaturas” de los físicos, existe una “curvatura
de la persona”, que trabaja el mundo desde el origen para franquear el camino a
una autonomía cada vez más firme de la acción personal, al mismo tiempo que a
una solidaridad cada vez más extendida del universo. Desde este punto de vista no es el ambiente
lo que es formador, aunque sea vivificador: son las estructuras impuestas por
el hombre, artificiales en cuanto son obra de su esfuerzo, pero profundamente
naturales en cuanto realizan la obra de la naturaleza.
El
hombre es un proyecto constante, su naturaleza inquieta provoca que él mismo y
por sus propios medios genere la estructura idónea para su desarrollo, por ello
se encuentra en un estado perpetuo de evolución y de perfeccionamiento.
Cuando
esas estructuras se rompen, y los medios se limitan, el ser humano se margina
limitando esa evolución y perfeccionamiento.
Desde
mi punto de vista el excelente trabajo del Dr. DEPETRIS, busca la apertura del
debate acerca de la reparación de las estructuras que el sistema actual rompe y
quedan impunes injustamente, por ello recomiendo su lectura, ansiando un debate
serio al respecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario