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viernes, 18 de abril de 2014

GARCIA MARQUEZ - La carta de despedida de Gabriel García Márquez





La carta de despedida de Gabriel García Márquez

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una 

marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, 

aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. 



Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en 

definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por 

lo que significan.




Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada 


minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta 

segundos de luz.




Andaría cuando los demás se detienen, despertaría 


cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría 

sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando 

descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuan equivocados están 

al pensar que dejan de enamorarse cuando 

envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan 

de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que el solo 

aprendiese a volar.




A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con 


la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los 

hombres… 


He aprendido que todo el mundo quiere 

vivir en la cima de la montaña, sin saber que la 

verdadera felicidad está en la forma de subir la 


escarpada.



He aprendido que cuando un recién nacido aprieta 

con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de 

su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a 

mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a 


levantarse.



Son tantas cosas las que he podido aprender de 

ustedes, pero realmente de mucho no habrá de 

servir, porque cuando me guarden dentro de esa 


maleta, infelizmente me estaré muriendo.



Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre 


lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.



Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a 

ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al 

Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te 

veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría,

tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre 

otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero 

por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, 

me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te 

olvidaré.

El mañana no lo está asegurado a nadie, joven o 

viejo. 


Hoy puede ser la última vez que veas a los  que 

amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si 

mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día

 que no tomaste tiempo para una sonrisa, un 

abrazo  un beso y que estuviste muy ocupado para

 concederles un último deseo.


Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo

 mucho que los necesitas quiérelos y trátalos bien,

 toma tiempo para decirles, “lo siento” 

“perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las

 palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos

 secretos. 


Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

Finalmente, demuestra a tus amigos y seres

 queridos cuanto te importan”.

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