JULIO FERRERAS: “HAY QUE REEDUCAR A LA SOCIEDAD”
Publicado
24/12/2015 17:14:20
Entrevista
al escritor Julio Ferreras:
“La educación actual es heredera de la Revolución Industrial. Las escuelas
parecen fábricas”.
“El sistema educativo español necesita un gran pacto entre los principales
partidos”.
“La música es arte, es ciencia y es magia”.
Comentaba al terminar nuestro encuentro con Julio Ferreras, que cuando un
periodista está entrevistando a alguien siempre hay un momento en el que al
escucharle se ilumina una luz interior que dice que has encontrado el
titular.
A Julio le confesé que durante la más de media ahora que estuvimos hablando esa
sensación la tuve, como mínimo, diez veces, y que me lo había puesto muy
difícil.
Él me contestó, que “a veces son buenos los retos”.
Pues bien Julio, no he conseguido superar el desafío que me propusiste. No
podría incluir en un único titular y un par de subtítulos todo lo que puede ser
de interés para el lector de Diario Digital de León (España). Por ello,
lanzaremos la entrevista en dos entregas. Esta primera más orientada a la
cuestión de la educación, al ciclo de conferencias que ha iniciado en la
Biblioteca Pública de León y a su trayectoria en el mundo de la música.
Para quien no conozca a Julio Ferreras, lo mejor es que le lea. Autor de Hacia una nueva humanidad libre y
responsable, ha dedicado su vida a la enseñanza y a la música,
llegando a ser el director del Conservatorio de León. En la entrevista que
hemos tenido con él, y de la cual a continuación os reproducimos la primera
parte, hemos hablado de temas tan dispares como educación, religión, política,
humanismo, filosofía o literatura. Espero que la disfruten tanto leyendo, como
nosotros haciéndola.
-¿Qué valoración hace de la primera charla del ciclo de conferencias “Una
visión del mundo y de la educación en el siglo XXI”?
Estuvo muy bien, de la mano del presidente de Europa Laica, una persona
entregada al tema del laicismo, una asignatura pendiente en nuestro país. La
palabra laico, es casi sinónimo de demócrata, al venir del griego “laikós”:
alguien del pueblo. En este sentido, analizó que en nuestro país no ha habido
un pasado de escuela pública laica, salvo con la Institución Libre de Enseñanza
de Giner de los Ríos, a finales del siglo XIX. La escuela pública y laica es la
de democracia, como sucede en los países más desarrollados del planeta.
El laico no es un ateo, es alguien que siente un profundo respeto por todas las
creencias. Un país progresa en la medida que posea una escuela pública y laica,
y si no la tiene no lo hará.
Si domina el totalitarismo y el integrismo, la sociedad no progresa y se
enfrenta. La escuela pública laica es abierta y nadie la puede controlar. Es de
todos y caben todos.
-La temática general de las conferencias es la educación ¿Cuál es el
diagnóstico que hace de la salud del sistema educativo en nuestro país?
Pues no es muy bueno. Es algo que no solo lo saben las personas que están en la
educación, sino también los padres y la sociedad, en general.
El fracaso escolar, el acoso escolar y demás problemas son hereditarios del
sistema patriarcal autoritario y de la ciencia clásica mecanicista.
Es una educación heredera de la Revolución Industrial, en la que lo importante
es producir. No hay nada más parecido a una fábrica, que la escuela de
hoy.
Parece que se trata de hacer personas para el consumo, no educar a personas.
Eso no interesa al sistema neoliberal.
Educar a consumidores, y no a personas, es algo que está condenado al fracaso.
Los niños y los jóvenes de hoy tienen conciencia de que esto no funciona y, por
ello se revelan.
Por medio de la ONG a la que pertenezco, Amnistía Internacional, doy charlas en
colegios e institutos y compruebo el tremendo malestar que hay entre ellos. Se
han dado cuenta de que son números y no personas. Hay que cambiarlo de
raíz.
-¿Alguna solución posible?
La solución posible es reeducar a la sociedad. Desde los gobernantes tiene que
haber un pacto social.
La educación no puede ser un medio de un partido para imponer sus ideas
particulares. Es algo de Estado, muy serio. Los verdaderos estadistas, hombres
de Estado y no de partido, siempre llegan a acuerdos para todos.
-¿Entonces es necesario un gran pacto nacional en materia educativa entre los
partidos políticos mayoritarios?
Totalmente. Es uno de los primeros pasos y, en ellos, deben estar los grandes
educadores. Y no solo de España, porque sabemos que la educación funciona en
otros países. En el mundo de la empresa primero se observa lo que se hace en
otros países para aprender y luego se aplica. Esto es lo que habría que hacer,
por ejemplo fijarnos en Finlandia, que en educación es un país a imitar. Los
países nórdicos son ejemplos de escuela pública y laica. En esos países casi no
existe escuela privada, por algo es.
-No obstante, las cifras de suicidio en los países nórdicos son más
alarmantes…
Es un sistema que también tiene sus fallos. Son sociedades que son víctimas del
consumo. En la esfera de la educación son un ejemplo, pero eso no significa que
sean ideales. El mundo occidental está muy influido por el consumo y lo
material, eso es parte del ser humano. Somos mente y cuerpo, espíritu y
materia. La educación debe encaminarse a compaginar estos dos aspectos del ser
humano, en un equilibrio. Algo que quizá en Finlandia no hayan conseguido del
todo y puede que de ahí venga esa marginación.
-¿Es más importante la educación en los centros académicos o fuera de ellos, es
decir, en la casa y la familia?
La educación, tal y como lo han entendido siempre los grandes educadores como
Rousseau, Pestalozzi o Montessori, ocupa toda la vida. Empieza con el
nacimiento y termina con la muerte. La etapa primaria y secundaria pone las
bases, pero eso no significa que termine la educación.
La crisis de la educación precisamente reside en que se cree que es como formar
a un obrero, en un período que lleva una preparación concreta.
La educación es algo mucho más profunda, por ello, educadores y seres humanos
deben estar aprendiendo siempre.
La educación no formal, fuera de los colegios, es tan importante como la que se
pueda dar en los centros.
-Las conferencias están diseñadas en base a la temática de su libro “Hacia una
nueva humanidad libre y responsable” ¿Cómo presentaría su obra”?
El subtítulo “Una visión del mundo y la educación en el tercer milenio” da las
claves. Todos sabemos que vivimos en un mundo nuevo. En crisis, pero los
períodos en crisis son tránsitos de una época a otra, de ahí radica su
importancia. Son pasos.
La humanidad ha estado muy dominada por el capitalismo de occidente, por
sistemas totalitarios y por religiones llenas de negatividad, que pintan la
vida como un valle de lágrimas. Pero no es eso, hay que pensar que la vida es
maravillosa si se sabe entender.
-“Hacia una nueva humanidad libre y responsable” es su primer libro ¿Por qué ha
decidido dar el salto a la literatura una vez concluida su etapa como
docente?
Más que dar un salto a la literatura, al acabar mi etapa como educador en los
centros me di cuenta que tenía todavía mucho por enseñar a los demás. Me gusta
mucho el sistema oriental, concretamente el hindú, que tiene un principio que
dice que todo lo que recibe un individuo es para darlo. Es decir, estamos
dentro de un todo.
En este libro he querido plasmar lo que es la educación, cómo la entiendo y lo
que pienso que es el mundo en el que estamos viviendo que es necesario
transformar.
Entonces, no es que haya dejado de lado la educación por la literatura. He
escrito el libro como consecuencia de mi pasado y de mi presente, no como
escritor en sí.
-Los derechos de autor de su libro están destinados íntegramente a colaborar
con la financiación de proyectos educativos de organizaciones humanitarias ¿Por
qué optó por tomar esta decisión?
Esto es consecuencia de mi manera de ver el mundo. Si hablo constantemente de
la solidaridad y la colaboración, tengo que ser consecuente con ello. Vivo de
mi pensión de funcionario, no tengo la necesidad de ganarme la vida
económicamente la vida con el libro que he escrito. Me interesa su aspecto
humanitario, no económico.
-Su segunda obra tendrá temática musical y usted siempre ha confesado que sus
pasiones son la educación y la música. Ha llegado incluso a ser director del
Conservatorio de León ¿Cómo ha desarrollado esta trayectoria a lo largo de su
vida?
Puedo decir que yo me siento músico desde que nací. Mi padre era un tamborilero
de pueblo, que sentía y vibraba con la música. Yo lo heredé y una gran parte de
lo que soy se lo debo a la música. Estoy escribiendo este libro porque es un
deber para mi. La música es otra gran desconocida y hay mucho que decir de
ella, como de la educación.
En todos los sitios que he estado, de España y de fuera, he terminado dando
clases de música, por diversas circunstancias. Soy catedrático de francés, pero
he dado tantas clases de francés como de música.
-¿Y en qué sentido está enfocada esta segunda obra?
Pues os adelanto que el título será algo parecido a “Música, conciencia y
vida”, algo que creo que es muy indicador. En el libro hablo del poder de la
música de transformar al hombre. La música es arte, es ciencia y es
magia.
La música sirve para transformar una sociedad. Hay dichos como “allí dónde
oigas cantar, no temas”. Sería maravilloso que en nuestros parlamentos tuvieran
un coro y un rato para cantar. Sería muy difícil que luego se enfrentaran, ya
que la música une. Es un lenguaje universal.
-Usted ha estado a lo largo de su vida como educador en el extranjero ¿Cómo
fueron aquellas experiencias?
Estuve como profesor de hijos de los inmigrantes, a principios de los años
ochenta. Primero estuve en París y, luego, en una ciudad del exilio como lo es
Toulouse. Fue una experiencia muy interesante. España en las horas difíciles de
su historia siempre ha mirado a Francia, siendo un país en el que hemos
encontrado el consuelo. Para mi dar clases a personas españolas que habían
tenido que huir del país, fue algo muy interesante.
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