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viernes, 3 de enero de 2014

El origen de las Corporaciones, por David Korten - Como los bucaneros y los corsarios de antaño se volvieron los especuladores de Wall Street de hoy en día -valores conservadores - leyes hechas por ellos mismos - máxima expresión del “libre mercado” capitalista. - más rentable expropiar la riqueza de otros - monarcas gobernantes - contratar corporaciones - responsabilidad limitada - trabajadores forzados - importación de esclavos - Compañía Británica de las Indias Orientales - “Banqueros, corredores y apostadores - la función adecuada y el rol social de un banco - sindicatos del crimen legalmente aprobados -

El origen de las Corporaciones, por David Korten - Como los bucaneros y los corsarios de antaño se volvieron los especuladores de Wall Street de hoy en día.


Por David Korte, vía Yes Magazine.

Como muchos norteamericanos, crecí convencido de que los valores conservadores se referían al control local y a la responsabilidad personal hacía la familia, la comunidad y la naturaleza. 

Me causaba curiosidad el hecho de que la alianza política que nos llevó a un retroceso de la era de las políticas de Roosevelt, aquellas que crearon la clase media, se llamara a sí misma conservadora y desestimara a sus oponentes liberales llamándolos antiamericanos.
Con el tiempo, sin embargo, descubrí que el término conservador se remonta a los días en que los conservadores eran los monárquicos que consideraban a la democracia como una amenaza al orden social, la época cuando los bucaneros y corsarios surcaban los mares. 

Ese momento fue revelador.
Bucanero es un término vistoso para definir a los piratas de antaño que buscaban fortuna usando leyes hechas por ellos mismos. 

Fueron, en su momento, la máxima expresión del “libre mercado” capitalista.
Los corsarios por su parte, eran bucaneros a los cuales el rey les otorgaba inmunidad legal y un puerto seguro, a cambio de una tajada del botín.
Su trabajo era extraer toda la riqueza de tierras y pueblos lejanos por cualquier medio, aunque esto significara la ejecución de mandatarios locales y el asesinato y la esclavización de sus gentes.
Hernán Cortés reclamó el Impero Mexicano de Moctezuma para España. 

Hernando de Soto comenzó con la trata de esclavos en Centroamérica y luego se alió con Francisco Pizarro para tomar el control del Imperio Inca del Perú.
Algunos corsarios tenían a su disposición poderosas armadas. 

En el año 1671, Sir Henry Morgan (sí, los reyes británicos apreciaban tanto los favores de los corsarios que les otorgaban títulos nobiliarios por sus servicios) lanzó un ataque a la Ciudad de Panamá con 36 barcos y alrededor de 2000 brigadas, derrotando a una gran fuerza española y saqueando la ciudad y quemándola hasta los cimientos.
“Como los bucaneros y corsarios de antaño, los principales protagonistas de Wall Street encuentran más rentable expropiar la riqueza de otros que encontrar trabajos honestos que produzcan bienes y servicios para el beneficio de sus comunidades”
Con el tiempo, los monarcas gobernantes pasaron de contratar aventureros de capa y espada y piratas a contratar corporaciones que beneficiaran sus intereses de expansión colonial, administración y pillaje. 

La venta de acciones públicas le permitía a una firma independiente amasar virtualmente recursos financieros ilimitados y aseguraba la continuidad de la empresa más allá de la muerte de sus fundadores. 

La responsabilidad limitada absolvía a los propietarios de la responsabilidad personal por las pérdidas o delitos cometidos por la firma.
Las corporaciones contratadas por la Corona Británica establecieron muchos de los primeros asentamientos coloniales de lo que luego serían Estados Unidos, poblándolos con trabajadores forzados – muchos venían contra su voluntad desde Inglaterra – para trabajar en sus propiedades. 

Después siguió la importación de esclavos africanos.
La Compañía Británica de las Indias Orientales (East India Company), contratada en 1600, fue el principal instrumento para la colonización de India por Inglaterra. 

India fue gobernada por esta compañía desde 1784 y administrada como si fuera un bien privado. 

A comienzos de los 1800,  la Compañía Británica de las Indias Orientales estableció un floreciente mercado, exportando el té de China y pagando sus compras con opio ilegal.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales, comisionada en 1602,  estableció su soberanía sobre  lo que hoy es Indonesia y redujo a la población local a la pobreza, desplazándolos de sus tierras para cultivar especias para vender en Europa.

Banqueros, corredores y apostadores.
¿Cuál es la función adecuada y el rol social de un banco? 

La respuesta se da haciendo la pregunta correcta”.
No es una exageración describir a estos precursores de las actuales y publicitadas corporaciones de dudosa responsabilidad como sindicatos del crimen legalmente aprobados y protegidos, con ejércitos y armadas propias, respaldados por sus gobiernos para exigir tributos, expropiar tierras y otras riquezas, monopolizar mercados, comerciar con esclavos, traficar con drogas y lucrarse de estafas.
Los gerentes de los fondos protegidos en Wall Street, especuladores, comerciantes de divisas y los demás traficantes ilegales de bienes fantasmas son los nuevos bucaneros independientes, no autorizados de nuestros días. 

Los bancos de Wall Street son modernos corsarios que obran de forma similar a los de antes, con apoyo estatal y un puerto seguro. 

La economía es su océano. Las publicitadas corporaciones sirven como sus navíos favoritos para el saqueo, los incentivos financieros son su arma favorita y es el Estado su sirviente y guardián.
Como con los bucaneros y corsarios de días pasados, los principales protagonistas de Wall Street encuentran más lucrativo expropiar la riqueza de otros que encontrar trabajos honestos para producir bienes y servicios que beneficien sus comunidades. 

Escapan con sus honorarios, sus comisiones y paquetes de bonificaciones y dejan a los demás pagando el costo de paracaídas financieros, economías sacudidas, un medio ambiente colapsado, familias rotas, comunidades destrozadas y la exportación de puestos de trabajo junto con la manufactura, tecnología y capacidades que se van con ellos.
Ellos buscan su propio enriquecimiento, saqueando la riqueza en cuya creación no participaron, disfrutando de amplia inmunidad legal y sin reconocer el deber o la responsabilidad alguna a menos que sea con ellos mismos. 

Legal o no, tomar la propiedad de otro mediante el engaño, el fraude o la expropiación, es un robo. 

Sólo las tiranías garantizan la libertad de pocos para saquear la riqueza de muchos.



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