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lunes, 23 de mayo de 2016

IGLESIA ARGENTINA Y LA PRECARIZACION LABORAL - NO DEJAR QUE EL HILO SE CORTE POR LOS MÀS POBRES - Por: SERGIO RUBIN


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No dejar que el hilo se corte por los más pobres

ANALISIS
Los obispos cuidaron que haya señalamiento, pero sin enfrentarse con el Gobierno.

Si Francisco no tiene nada de onda con Mauricio Macri y su gobierno como muchos argentinos creen (una percepción que es rechazada en medios eclesiales locales y del Vaticano), la Iglesia carece de una mala disposición hacia el Presidente y su administración. En todo caso, hay una actitud expectante ante los primeros pasos de una gestión que recibió una situación económica y social muy complicada. Eso sí: los obispos -en sintonía con el pontífice- no quieren dejar de alertar sobre la situación de los sectores más vulnerables para que no sean los que carguen con la peor parte del -en palabras de Macri- “sinceramiento” de la economía.
Primero fue el Observatorio Social de la UCA -en línea con el Papa, ya que el rector de esa universidad es uno de los obispos más cercanos a Francisco- el que advirtió en abril sobre el impacto de la elevada inflación y la suba de tarifas. Según sus estimaciones, en los primeros meses, 1,4 millones se sumaron a los casi 12 millones de pobres que dejó Cristina Kirchner. Luego, el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo advirtió sobre las graves consecuencias sociales de que se prolongue la suba de precios.
Este fin de semana, tras la sanción de la ley antidespidos y el veto presidencial, la Pastoral Social hizo foco en la problemática del empleo. Los obispos, haciéndose eco del contenido de los debates de la Semana Social que se cerró ayer en Mar del Plata, advierten sobre la “fragilidad laboral de miles de argentinos” que podría traducirse como un extendido “temor a perder el trabajo”, un diagnóstico que para muchos describe con más certeza el momento laboral actual que una “ola de despidos”.
Pero que implica que el riesgo está cerca, a no ser que se reactive la economía. Y también alertan sobre la “precarización laboral de buena parte de los trabajadores” que hacen changas o cobran en negro. Y que, no reciben las subas de convenio y que son los que más sufren la inflación y la recesión.
Con todo, los obispos de la Pastoral Social cuidaron que la Semana Social no vaya más allá de la reflexión y el señalamiento, y que no fuese un espacio para enfrentar al Gobierno. Cuentan que un líder de una central obrera dijo que había que aprovechar que las tres CGT y las dos CGT iban a participar del encuentro para definir la estrategia sindical ante el veto a la ley antidespidos. Pero que fueron disuadidos por los hombres de la Iglesia.
La fuerte presencia de miembros del Gobierno fue un reflejo de la pluralidad buscada: la gobernadora bonaerense; los ministros de Trabajo y de Desarrollo Social, el secretario y el subsecretario de Culto. La Casa Rosada apunta ahora a la presencia de Macri en el tedeum del 25 de Mayo; en el cierre del Congreso Eucarístico Nacional, en junio en Tucumán, y en la canonización del primer santo argentino, el Cura Brochero, en octubre, en el Vaticano (que incluiría un encuentro con Francisco en Santa Marta).

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